Las máximas autoridades de la Universidad de Chile entregaron el martes 27 de noviembre la medalla doctoral a 93 profesionales que se graduaron el segundo semestre del 2006 y primer semestre del 2007, entre los cuales se incluyeron egresados de los programas de Doctorado en Ciencias Biomédicas, Farmacología y Salud Pública.
En la ocasión, la directora del Departamento de Postgrado y Postítulo, doctora Rosa Devés, destacó que el grado de doctor se otorga a quien ha sido capaz de extender la frontera de una disciplina, es decir, a quien ha realizado algo "tan importante y profundamente humano como avanzar en el límite del conocimiento".
Añadió que los doctores son sujetos curiosos, con coraje, dispuestos a hacerse preguntas relevantes y a mirar de una determinada forma para buscar las respuestas anheladas. "En la cabeza de nuestros estudiantes de postgrado están las ideas que van a cambiar nuestra forma de ver el mundo", resaltó la doctora Devés.
Asimismo, comentó que la U. de Chile es el sistema de postgrado más grande y complejo del país, con 36 programas de doctorado, 116 de magíster y alrededor de 4.300 alumnos.
"¿Si el postgrado es tan importante para las personas, la universidad y el país, tal como se reconoce públicamente a nivel de la academia e, incluso, de la política, por qué no se lo considera así cuando se deben destinar recursos a esta actividad? ¿En qué pensaba el gobierno cuando este año propuso reducir drásticamente las becas de postgrado en el presupuesto enviado al parlamento o fue que, simplemente, no pensaba?", se preguntó la directora.
Respecto de la resistencia a aumentar la inversión en el postgrado nacional, la doctora Devés señaló tres posibles razones: el número sustantivo de recursos que esto requiere, el hecho de que haya que financiar becas de mantención y la poca confianza en las capacidades de los grados académicos nacionales. Para revertir esto la U. de Chile ha focalizado sus esfuerzos en "dar mayores oportunidades formativas a través de la internacionalización y en crear mecanismos rigurosos para el aseguramiento de la calidad de los programas", dijo.
Llamados a construir un país mejor
El rector Víctor Pérez, por su parte, destacó que los nuevos doctores de la Casa de Bello tienen, sin duda, un sueño común que es construir un país mejor. Por eso están llamados a emplear sus talentos con creatividad para indagar en preguntas y hallar respuestas que los conduzcan a la frontera del conocimiento.
"Cuando el país se pregunta qué se puede hacer para mejorar la innovación en Chile, la respuesta parece bastante simple: hay que darles becas a todo quienes tienen las capacidades para acceder a programas de doctorado", resaltó el rector.
En tanto, la doctora Lucía Eugenia Stecher, graduada del Programa de Doctorado en Literatura con mención en Literatura Hispanoamericana y Chilena, resaltó a nombre de sus compañeros que haber cursado el doctorado, si bien requirió un enorme trabajo, esfuerzo y sacrificio, fue, asimismo, un privilegio porque, lamentablemente, en Chile esta actividad educativa sigue siendo una experiencia excepcional.
También hizo un llamado a sus colegas a participar y opinar sobre las políticas nacionales destinadas al apoyo de la investigación doctoral que, según dijo, deben ser cada vez más amplias y creativas.
Finalmente, agradeció a la casa de estudios la gran calidad de sus cursos, a sus profesionales y a los profesores que supieron ser guías no sólo en el plano científico y académico, sino también en el humano. "Estudiar en la Universidad de Chile implica una gran riqueza de encuentros, ojalá nunca perdamos el pluralismo y diversidad de esta institución", destacó.