El doctor Mario Luxoro Mariani obtuvo su primer título profesional como Ingeniero Civil Químico en la Universidad Técnica Federico Santa María en el año 1948. Luego, ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile motivado por su interés en las ciencias biológicas. Una vez titulado, se adjudicó la beca Rockefeller para extender su formación en el área de la Biología Cuantitativa, ingresando al programa de doctorado del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Estados Unidos, donde en 1957 se convirtió en el primer chileno en doctorarse en el extranjero.
A su regreso al país, se incorporó como académico de la Cátedra de Física Médica en la Facultad de Medicina. Posteriormente, participó junto a otros académicos en la creación de la Facultad de Ciencias de nuestra casa de estudios, de la cual fue decano entre 1968 y 1972, y del Laboratorio de Fisiología Celular de Montemar, en Viña del Mar.
Iniciador de la Escuela de Biofísica en Chile, el doctor Luxoro fue autor de importantes y numerosas publicaciones científicas. Se le reconoce, además, su labor en la formación de científicos en el campo de la fisiología celular y las neurociencias, y por su trayectoria como formador de académicos de universidades chilenas y extranjeras. El año 2000 obtuvo el Premio Nacional de Ciencias Naturales y en el 2006 fue nombrado Profesor Emérito de la Universidad de Chile.
Fue homenajeado por la esta casa de estudios a fines de 2015, en ocasión del quincuagésimo aniversario de la Facultad de Ciencias, oportunidad en la que el rector de la corporación, doctor Ennio Vivaldi, dijo que “Mario tiene algo a lo que todos aspiramos, y es su autenticidad de principios. Cree en valores que están absolutamente por encima de la conveniencia personal, pues es un hombre de convicciones muy profundas”.
En ese mismo evento, el profesor y Premio Nacional de Ciencias Exactas (1994) Humberto Maturana, envió unas palabras en las que sentenció que “recordar a Mario es recordar la seriedad y el compromiso tanto en la docencia como en la investigación. Recordar a Mario es recordar que no solo enseñábamos sino que educábamos, que respetábamos al país y en especial a nuestros colegas, colaboradores y estudiantes; por lo tanto, nuestro quehacer involucraba un espacio ético de convivencia (…) Ojalá podamos, como institución, mirarnos como comunidad y reflexionar y escoger vivir en estos espacios de aprendizaje, en el mutuo respeto con todos y todas, que en el fondo son los espacios en los que se juega nuestra convivencia cotidiana. ¿En qué Universidad de Chile queremos vivir? Yo, en la que con Mario escogimos hacer”.
Uno de sus discípulos es el doctor Manuel Kukuljan, decano de la Facultad de Medicina, quien frente a esta sensible pérdida, señaló que “Mario Luxoro es el científico más notable que ha tenido Chile en el ámbito de la fisiología y neurociencias, introduciendo la aproximación cuantitativa y rigurosa a la explicación de los fenómenos celulares. Sus principales contribuciones, publicadas en Nature y en Science en la década de los ’60, establecieron conceptos fundamentales del campo, los que ahora parecen haber sido conocidos desde siempre. El que los canales iónicos son proteínas y el hecho de que el calcio intracelular se encuentra compartamentalizado pueden parecernos nociones básicas y obvias; por lo mismo, son fundamentales para la comprensión de la excitabilidad y de la transducción de señales y de su aplicación a una infinidad de ámbitos en biología y medicina. Además de su contribución científica, Mario Luxoro generó escuela, quizás también la más notable de Chile en biología, demostrable por las la impresionante cantidad de destacados científicos que se formaron alrededor de su actividad y la del grupo de colegas con los que fundó el laboratorio de Montemar. Estos méritos académicos se coronan con la extraordinaria honestidad intelectual, consecuencia y coherencia demostrada por Mario en su vida universitaria”.