La actividad, que tuvo lugar en el Teatro Municipal de Santiago, fue presidida por el rector de la Casa de Bello, doctor Ennio Vivaldi; por el decano de la Facultad de Medicina, doctor Manuel Kukuljan, y por el director de la Escuela de Medicina del plantel, doctor Esteban Cortés, además de la presencia de la plana directiva de nuestra institución.
En sus palabras, el doctor Manuel Kukuljan, luego de felicitar a los nuevos médicos por los logros alcanzados, sostuvo que estos no habrían sido posibles sin un complejo tejido social –compuesto por familias, instituciones educativas, sanitarias y otras- que durante siglos ha sido la base que permite el cumplimiento de este tipo de metas. Por este motivo, “debemos tener una mirada de humildad y reconocimiento a ese tejido social que nos permite desarrollar nuestras capacidades. Para que siga existiendo esa trama tenemos que hacer nuestra contribución, y en ese sentido quisiera hacer énfasis en que estamos en un momento en el cual la educación médica está en riesgo de perpetuar malas prácticas que han ocurrido durante las últimas décadas, en especial en torno a cómo se usan los campos clínicos para el desarrollo de la salud”. En ese sentido, ahondó señalando que “ustedes, en más de una oportunidad han tenido que enfrentarse con la cohabitación con otras instituciones, que en las condiciones que se dan en Chile atentan contra la calidad de la educación, de la atención y de los sistemas de salud. Es nuestra responsabilidad, y les pido que la asuman como parte de la suya en cuanto a ser buenos médicos, que contribuyan a que eso cambie, de manera que desaparezca la disociación que en muchos casos vemos entre docencia y asistencia, esa relación contractual y transaccional entre quienes atienden pacientes y las instituciones que deben formar profesionales. Que todos ustedes, desde su lugar de trabajo, contribuyan a que cada recinto asistencial de este país sea un recinto docente, lo que los llevará a ser mejores profesionales; cada consulta puede hacer coherente la atención de calidad, compasiva y respetuosa con el enseñar, tanto al paciente como al personal y a los colegas. Proyecten nuestro espíritu como Facultad de Medicina de la Universidad de Chile a cualquiera sea el lugar donde se desempeñen, porque esa construcción va a ser fundamental para revertir muchos de estos problemas que afectan a nuestra salud pública”.
Por otra parte, recordó que actualmente “estos años no son fáciles para egresar de esta carrera, en cuanto a que pareciera que cada año cambian los programas que se les ofrece a los titulados, dando pie a situaciones difíciles de entender. Por ejemplo, este año el 40% de los 700 cupos para formación de especialistas que ofrece el conjunto de 17 universidades que las imparte quedó sin tomar, aún sabiendo que hay un déficit de especialistas a nivel nacional; en cambio, los 650 cupos del programa de destinación y formación de médicos generales de zona fueron tomados. Esto nos debe hacer reflexionar como sistema, pues nos dice que hay fuerzas que moldean sus decisiones y que se relacionan con temas como estabilidad, calidad o expectativas que aparentemente no van en dirección de una política pública coherente. Estamos trabajando fuerte para que esas políticas públicas sean coherentes, pero no podemos hacerlo solos; los necesitamos en esta proyección de ser buenos médicos y buenos docentes, en cualquiera de sus acepciones. Han tenido la experiencia de nuestra diversidad y pluralismo, nuestro abordaje de todas las visiones y realidades; tienen las herramientas para ser buenos médicos, buenos ciudadanos y buenas personas”.
“El sistema público nos necesita desesperadamente”
Por su parte, el doctor Cortés felicitó a los nuevos médicos, resaltando que son la segunda generación en la que todos los egresados aprueban el Examen Único de Conocimientos en Medicina, Eunacom, “por lo que junto a mi equipo, sentimos orgullosos; además, porque nuestra escuela es la única del país reacreditada por tercera vez consecutiva por el plazo máximo, hasta el 2023. Posteriormente, instó a los egresados a cuidar con dedicación sus relaciones personales y sociales: “recuerden que, antes de ser médicos, son personas, y una buena persona será un buen médico. Lo más importante es tratar bien a nuestros pacientes, pues un enfermo es una persona que sufre”. Por último, los invitó a continuar en contacto con su cuerpo académico, “pues esta dirección considera a la docencia y el acompañamiento a ustedes no como una obligación, sino como una responsabilidad, un orgullo, un deber y un honor. Ojalá nuestra voz vaya con ustedes”.
A nombre de la promoción 2016, la doctora Elizabeth Leiva agradeció a académicos, familiares y amigos por el apoyo manifestado a lo largo de toda la formación de pregrado. Asimismo, llamó a sus compañeros a reflexionar sobre el ideal de médico que quieren alcanzar: “la respuesta está en alguien que, además de la excelencia académica y las destrezas adquiridas, es quien no se siente tranquilo frente a las situaciones de inequidad de nuestro sistema público y que busca mejorarlo. Esta para mí es la responsabilidad ética del médico, una inquietud permanente por no aceptar la injusticia y cambiar lo que nos rodea; hemos sido formados en una universidad pública, y por eso nuestro compromiso debe ser con el sistema público, que nos necesita desesperadamente”.
Cuidar la educación pública
Finalizando el encuentro, el doctor Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile agradeció a los padres por la confianza depositada en la institución para la formación de sus hijos y recordó a los nuevos médicos el hecho de que contaron con una experiencia única en ese sentido, integrando un plantel que no solo fue la primera en impartir todas las carreras de la salud, sino que se irguió como parte fundamental de la república al crear, por ejemplo, el servicio nacional de salud, por lo que “la historia de la medicina en nuestro país es la de la propia institución. Eso es lo que ustedes se llevan, ese es su legado, de un muy estrecho contacto, de un compromiso con la realidad del país. Lo que caracteriza a esta universidad en su historia es plantearse frente a una situación compleja con espíritu crítico, viendo cómo podría funcionar mejor, no velando por su provecho, sino como la persona que luchará por cambiarla. Por ejemplo, pensar que un país pueda erradicar la desnutrición infantil es casi utópico, y eso lo hizo el doctor Fernando Monckeberg desde la única institución del país que podría haberlo hecho, como es la Universidad de Chile. Ustedes tienen que partir de la base que aún las propuestas más osadas se pueden transformar en realidad. Por eso los llamo a cuidar la educación pública, porque ella es la que nos permite transformarnos en ciudadanos y ser parte de una nación”.
Los premiados
La ceremonia fue amenizada por la presentación de un fragmento de la obra “Quiebrespejos y otros sueños”, pieza teatral creada en 1974 por el entonces estudiante de medicina Marco Antonio de la Parra, actual siquiatra y dramaturgo, escenas en las que participaron dos egresados de la promoción 2016, como son los doctores Iñaki Castro y Fernando Carrasco.
Fueron premiados como mejores egresados los doctores Romy Gutmann, egresada de Campus Oriente; Denisse Alé y Camila Pizarro, de Campus Centro; Pilar Arrosamena, de Campus Sur; Amanda Osorio, de Campus Occidente, y Leonardo Peruihl, de Campus Norte, quien además fue homenajeado por ser el de mejor rendimiento académico de la generación. El premio al Talento Científico fue para el doctor Roberto Brito.
A su vez, como mejores docentes fueron distinguidos los doctores Carla Zapata, de Campus Centro; Alejandro Campos, de Campus Norte; Hayo Breinbauer, de Campus Occidente; Nicolás Medel, de Campus Oriente, y Ana Luisa Bascur, de Campus Sur.