Este naciente enclave, que dará lugar a la docencia, investigación y extensión en la disciplina, es uno de los resultados de la proyección institucional impulsada por el Decanato y responde a la necesidad de canalizar las capacidades académicas y asistenciales con que cuenta la Facultad de Medicina, en aras de abordar problemas prevalentes de salud de la población nacional. Bajo esta premisa y tal como sucedió con la puesta en marcha del Departamento de Oncología Básico Clínico, esta unidad nace con el mandato de articular la investigación en los ámbitos biomédicos correspondientes, con la actividad de formación profesional en salud.
En ese contexto y al presentar esta iniciativa, el decano de nuestro plantel, doctor Manuel Kukuljan, señaló que este modelo implica “sumar esfuerzos, articular capacidades y no constituir unidades que se segreguen del quehacer principal de la Facultad”. Teniendo a la vista una necesidad país en el área clínica de la salud mental y las enfermedades neurodegenerativas,requerimiento frente al cual ya existen desarrollos en la Facultad, el Decano señaló que la propuesta “es una oportunidad única, pues también implica articular la investigación clínica que ya se efectúa en neurología, siquiatría y otras especialidades afines, generándose así una dinámica que potenciará el desarrollo académico.”
El proyecto de creación del Departamento de Neurociencia fue presentado al Consejo de Facultad en julio de 2016, aprobado por esta instancia en septiembre del mismo año y, finalmente, su creación fue decretada por el Rector de la Universidad de Chile a principios de este año.
Un nuevo modelo
La forma de adscripción a este nuevo departamento se basó en que cada uno de sus integrantes fue convocado en base a las contribuciones realizadas e intereses manifestados en sus respectivas especialidades y disciplinas, académicos que en su mayoría no se desvincularán de sus unidades de origen sino que distribuirán sus horas asignadas con el fin de dedicarlas a la generación de conocimiento en el área.
Para el doctor Pedro Maldonado, académico del programa de Fisiología del ICBM y director interino de este departamento, el esquema de reclutamiento ha resultado muy importante para el proyecto, en tanto “el que nuestros miembros pertenezcan a distintas unidades nos permitirá articular y gestionar mejores propuestas, más globales y conjuntas, de proyectos de investigación básica y aplicada. En la mayoría de los casos hemos aumentado el número de horas de estos investigadores”.
En ese sentido, añade, este departamento no va a tener una identidad física ni un solo espacio común. “Tendrá que haber una oficina en la que esté el trabajo administrativo, pero la idea central es priorizar la eficiencia de las tareas en base a que los académicos compartan ciertos insumos o plataformas experimentales. Los espacios y la cercanía tendrán que ver con esta premisa, y obviamente mantener a los investigadores clínicos y básicos en su actual área de trabajo es lo más eficiente”.
- Cuál será la relación del Departamento con el Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica y el Centro Fondap de envejecimiento “Geroscience Center for Brain Health and Metabolism”?
- Esta vinculación es muy interesante, porque BNI y Gero son principalmente proyectos grupales de investigación, con la formalidad necesaria para ejecutarlos pero sin contar con una estructura académica como los departamentos o institutos de Facultad, de manera que no tienen la posibilidad de reclutar integrantes. Esta relación puede ser tremendamente beneficiosa, porque combina la formalidad institucional de los departamentos con la flexibilidad de los proyectos de investigación; es el caso del Centro de Modelamiento Matemático y el Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, por ejemplo. Así se aprovechan las ventajas de ambos mundos; este tipo de institutos son los que uno quisiera fomentar más aún, en base a que unidades académicas formales sirvan como centros de apoyo a su generación, incentivando la presentación de diversos proyectos colaborativos en temáticas vinculadas. Esa es una intersección importante, y obviamente sus ventajas son que atraen recursos considerables como puede ser en el área de infraestructura, que hay que aprovechar para la Facultad, en una sinergia que combine los intereses del departamento con los de los institutos para hacer propuestas de espacios financiados externamente. Un departamento institucionaliza todo este tipo de colaboración como un centro articulador.
Respuestas al futuro
Así, los objetivos del Departamento de Neurociencia son desarrollar la docencia en el área de neurociencia en los ámbitos del pre y postgrado y en la formación de académicos e investigadores, al mismo tiempo que constituirse en un referente en investigación con aplicación en salud y, por último, forjarse en un interlocutor válido para el Estado al momento de discutir políticas públicas de salud y bienestar en esta área, que permita dar una mejor respuesta a las necesidades crecientes del país en la materia.
“Estamos dando un paso muy importante que esperamos refrende y potencie todo el desarrollo disciplinario que tenemos en la Facultad; ojalá que otras universidades sigan este camino, pues ya existen programas de doctorado en la disciplina sin la base académica de un departamento. Normalmente es al revés. Y es que hoy la neurociencia es clave en tres aspectos fundamentales: la salud, pues prácticamente un tercio de todo el gasto mundial en este ámbito se asociado a enfermedades neurosiquiátricas; por ello es que fortaleceremos la investigación en neurociencia aplicada a salud, mediante la articulación de proyectos, instalaciones e infraestructura. Un segundo aspecto se relaciona con la curiosidad de la Humanidad respecto de qué es lo que nos hace humanos, y eso tiene que ver con el cerebro. Y el tercero es la educación, el aprendizaje que se hace con el cerebro; en esta área tenemos enormes expectativas de impacto que ojalá podamos coordinar con otras facultades. Por ejemplo, estamos pensando crear a futuro un programa de Doctorado en Neurociencias, que implique una visión conjunta con académicos de ciencias, de ingeniería y de educación. Queremos una mirada amplia y no focalizada sólo en la resolución de problemas básicos o clínicos de esta disciplina, sino también para quienes tengan interés en hacer desde propuestas curriculares novedosas hasta interfases entre el cerebro y robots, o posibles curas para el Parkinson”, informa el doctor Maldonado.
Un centro articulador
El grupo de académicos que conforma el Departamento de Neurociencia está constituido por un núcleo de investigadores básicos expertos en el área de la neurociencia con una adscripción jornada completa. Incluye tres profesores titulares, un profesor asociado y dos profesores asistentes, uno de los cuales está en proceso de evaluación.
Las experiencias del grupo núcleo incluyen la neurobiología celular, los procesos de aprendizaje y las ciencias cognitivas, incluyendo interfase cerebro-máquina. A este núcleo se le suman académicos que adscriben parte de su jornada contratada al Departamento de Neurociencia y que cuentan con experticia en neurociencia básica y en otras disciplinas complementarias como genética, farmacología, además de académicos investigadores que dedican parte de su jornada a la práctica clínica en ámbitos como neurología de adultos, neurología infantil, psiquiatría, otorrinolaringología, anestesiología y geriatría.
El grupo de académicos de jornada parcial incluye dos profesores titulares, tres profesores asociados y once profesores asistentes. En total son 20 académicos con grado de Doctor, 2 académicos con grado de Magíster y 14 con especialidad clínica, de los cuales diez tienen el grado de Doctor, varios de ellos con experiencia postdoctoral.
Bajo este modelo de conformación –similar al ya planteado por el Departamento de Oncología-, esta nueva unidad cuenta con un total cercano a las 12 jornadas completas equivalentes, provenientes de los departamentos de Neurología y Psiquiatría de los campus Norte, Sur y Oriente; de Pediatría y Cirugía Infantil Norte, Centro y Oriente; de Anestesiología, Otorrinolaringología, Kinesiología y Fonoaudiología, además de diversos programas del Instituto de Ciencias Biomédicas, tales como Anatomía y Biología del Desarrollo, Biología Celular y Molecular, Farmacología, Fisiología y Biofísica y Fisiopatología.
La neurociencia en el paísDe acuerdo a estudios recientes Chile es un país con altas tasas de enfermedades neuropsiquiátricas, con tasas muy superiores a las reportadas para otros países. Según las cifras del MINSAL, más del 25% de los años perdidos por discapacidad (AVISA) tiene su origen en enfermedades neuropsiquiátricas. A pesar de las cifras alarmantes de prevalencia de trastornos psiquiátricos, y sin tomar en cuenta los trastornos neurológicos o aquellos psiquiátricos derivados de enfermedades neurodegenerativas, el presupuesto para salud en general y para salud mental en particular es altamente deficiente (cerca del 3%). La falta de una política de prevención y tratamiento de las enfermedades mentales causa costos muy altos para el país en términos de ausentismo laboral del afectado y de sus cuidadores, calculándose en un 31% del costo total de las enfermedades en Chile, uno de los costos más altos del mundo. En Chile esta disciplina está especialmente desarrollada en términos relativos al tamaño del país. Actualmente funcionan dos Institutos Milenio y dos centros con financiamiento de fondos basales dedicados a esta temática, además de varios Núcleos Milenio y Anillos de Ciencia y Tecnología, varios de ellos en nuestra Facultad. Desde el punto de vista de formación de estudiantes, como institución contamos con un programa de Magíster en Neurociencias, así como con los doctorados en Ciencias Biomédicas y en Ciencias Médicas, muchos de cuyos estudiantes se desempeñan en el área de la neurociencia. |