"Los métodos de neurotecnología que tienen que ver con la lectura y el cambio de la actividad cerebral, en realidad nos llevan a la manipulación de la esencia del ser humano. Nosotros somos una especie definida por la mente y esta surge del cerebro, entonces si cambias el cerebro estarías cambiando la mente y la base de lo que es ese ser", sentenció Rafael Yuste, neurocientífico español que visitó el Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI). En su charla, el experto sostuvo que la inteligencia artificial y la neurociencia deben respetar y preservar la privacidad e identidad las personas, proponiendo el establecimiento de "una serie de reglas que tienen que estar ancladas en los derechos humanos. Por eso hemos promovido la idea de cinco nuevos 'neuroderechos'".
Ética, neurotecnología e inteligencia artificial
Rafael Yuste es el impulsor de Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies, iniciativa de investigación colaborativa que nació en Estados Unidos durante el gobierno del expresidente Barack Obama. En un lapso de 15 años, y con un método de trabajo similar al utilizado en el Proyecto de Genoma Humano, investigadores de diferentes lugares del mundo están desarrollando técnicas para registrar y también manipular la actividad cerebral. "Se busca cambiar esta actividad de manera precisa, porque no nos sirve de nada medir la actividad de las neuronas de una área cortical de un esquizofrénico, si no podemos entrar ahí, cambiarlas y recanalizar la actividad anormal para curar a este paciente", subrayó.
El gran potencial que promete esta tecnología en el ámbito de la salud, acarrea una serie de aspectos éticos respecto a la privacidad e identidad de la información que está almacenada en nuestros cerebros. El investigador manifestó que en un principio "la tecnología es neutra, se puede utilizar para bien o para mal. Se está abriendo la puerta a un nuevo mundo en que podemos implantar un chip inalámbrico para que un paciente ciego vea. Pero también, en vez de poner una corteza visual a un ciego, se lo pueden poner en la corteza parietal a una persona normal y recibir información sobre su actividad mental o utilizarlo para activar patrones de descarga como lo hacemos nosotros con los ratones y esto puede ser con razones no altruistas".
¿Qué son los neuroderechos?
Por esta razón el grupo de científicos, ingenieros, expertos en inteligencia artificial, representantes de los proyectos Brain de todo el mundo y profesionales del área de la ética, la bioética y el derecho, entre otros, han propuesto la adición de cinco "neuroderechos" a la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Primero, el derecho a la privacidad mental, protegiendo legalmente los datos de las neuronas de cada persona como si fueran otro órgano del cuerpo. En segundo y tercer lugar la identidad personal y el libre albedrio, dos conceptos que según explicó el profesor Yuste están relacionados con las consecuencias de la manipulación de las capacidades cognitivas y la potencial interferencia en la toma de decisiones de los pacientes.
El cuarto punto es el acceso equitativo a estas tecnologías, previniendo desigualdades y privilegios y finalmente el quinto es la protección contra sesgos y discriminación que podrían tener los algoritmos de inteligencia artificial.
Finalmente, Rafael Yuste subrayó que gracias el desarrollo de este estudio sitúa en un momento histórico a la humanidad "porque vamos a logra entender cómo funciona el cerebro, tenemos la posibilidad de entendernos a nosotros por primera vez y eso me lo imagino como un nuevo renacimiento, un 'Renacimiento .2'".
Rafael Yuste en ChileEl académico español se encuentra en Chile invitado por el Congreso Futuro y el Senado de la República, con el objetivo de debatir la incorporación de los principios de los neuroderechos a la legislación nacional. Además de reunirse con políticos, visitará otras casas de estudio para analizar su propuesta con el mundo académico. |