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Prof. Olga Toro, integrante de la mesa de expertos de esta iniciativa:
“El programa Saludablemente deberá relevar un enfoque comunitario y territorial”
La instancia, liderada por la Subsecretaria de Salud, doctora Paula Daza, y el jefe del Departamento de Salud Mental del Minsal, doctor Matías Irarrázabal, también está integrada otras treinta personas, entre las que también se cuentan académicos de la Pontificia Universidad Católica, expertos de sociedades científicas vinculadas al ámbito, parlamentarios que conforman la Bancada Transversal por la Salud Mental, y autoridades de gobierno vinculadas a servicios públicos, con el fin de dar una mirada intersectorial.
Según explica la académica -quien además es la directora de Planificación de la Facultad de Medicina-, “Saludablemente” es un programa gubernamental que considera una plataforma digital para acopiar información responsable respecto de cómo responder a esta pandemia, así como también atención a distancia a las personas que lo requieran, debido a que se vean afectados por estados de estrés o ansiedad vinculados a la contingencia actual. Además, contiene varias líneas “que coinciden en plenitud con la propuesta de Estrategia Nacional de Salud Mental que hicieron expertos de la Universidad de Chile y que fue entregada a la Mesa Social COVID-19 en abril”.
Pero “además de estos puntos de coincidencia hay otros énfasis que consideramos que también deberán desarrollarse”, agregó la profesora Toro. Entre estos, “un enfoque comunitario y territorial, porque las estrategias preventivas con protagonismo de las comunidades es clave, y en muchos casos permiten hacer un abordaje temprano con las personas que pudieran necesitar ayuda”.
Otro ámbito en el que se deberá avanzar, a su juicio, es el “fortalecer a los equipos de atención primaria. Ellos están a lo largo de la difícil geografía que tiene nuestro país, hay un programa de salud mental ministerial que está en todos los centros de atención primaria y en los centros de salud mental comunitaria, y que requiere de un esfuerzo presupuestario mayor”.
Por último, agrega que otro punto de trabajo que espera abordar en este comité es “evitar la discriminación en el acceso a las atenciones sanitarias para manejar el contagio y la cuarentena, como son las medidas de salud cuando hay covid positivo en personas que tienen trastorno mental. Debemos evitar caer en el error que cayeron en algunos países que nos llevan la delantera en esta pandemia, de readecuar los servicios de salud a tal punto de cerrar los servicios de atención para las personas con trastorno mental, o poner como factor de exclusión los trastornos mentales frente al posible ingreso, por ejemplo, a las residencias sanitarias o a la hospitalización por Covid”.
Atención remota pero cercana
Estos fueron algunos de los puntos que abordaron en la primera reunión de constitución de esta comisión asesora, realizada el 1 de junio recién pasado. “Nuestro trabajo comienza ahora. Se nos presentó de manera rápida lo que sería la plataforma y por estos días vamos a conocer en detalle su estructura, porque está muy avanzada, para poder hacer observaciones antes de que se ponga en marcha”.
En esta reunión de constitución, revela, “pudimos dar nuestra primera impresión del documento y hacer las observaciones mencionadas desde nuestra institución: temas que podrían ser fortalecidos y que podrían ser sustanciales por lo que demuestra la evidencia científica, por el Plan Nacional de Salud mental que tiene el país y porque conocemos bastante de cerca la experiencia de algunas naciones que nos llevan la delantera en la pandemia, que tienen modelos de salud mental basados en la comunidad, similares a lo que ha querido hacer Chile”.
El programa “Saludablemente” se basa en una plataforma digital que tiene el objetivo de generar asistencia remota en salud mental, con la atención de profesionales que van a estar tras el teléfono o la pantalla, pero que además pretende acopiar fuentes confiables y recomendaciones responsables respecto de cómo responder en este ámbito, “porque ha habido toda una polémica por el impacto en la salud mental por parte de la información que circula en los medios de comunicación masivos y redes sociales; particularmente, por el control de las noticias falsas, que además de falsas son desesperanzadoras. En toda esa discusión ha sido muy importante contar con plataformas donde se pueda acopiar información y facilitar el acceso a sitios con información basada en evidencias y con organizaciones responsables del material que publican, por lo que pueden ser recomendados por su seguridad y veracidad”.
De esta forma, esta nueva propuesta pretende ampliar la oferta de acceso vinculada al programa Salud Responde; para ello, “tenemos que ver la construcción de protocolos que tengan sustento de efectividad. Lo importante es que en esta asistencia remota no se pierda el enfoque territorial que ha tenido el modelo de salud mental en el país, que no ocurra que todo sea abordado desde Santiago; por eso veremos cómo se resuelve un modelo de atención cercano a la realidad de las personas. Eso no significa necesariamente estar instalado en la zona donde residan quienes soliciten esta atención, pero que quienes respondan sí conozcan esas realidades, con una mirada más regional, más local. Porque el impacto que está teniendo esta pandemia en la salud mental es heterogéneo, no afecta a todos de igual manera: las poblaciones más vulnerables, con peores condiciones de vida, sin duda van a estar más afectadas. Es importante que el abordaje sea contextualizado porque son muchas las condiciones propias de las personas o comunidades que pueden determinar un camino u otro. Todo eso es considerado por el Plan Nacional de Salud Mental, pero va a ser importante resguardarlo en una atención a distancia, equilibrando por un lado protocolos de evidencia sobre aquellos aspectos que son relevantes de abordar en esta situación de pandemia, con la suficiente flexibilidad para recoger las necesidades de la persona. Es decir, hay que evitar que se transforme en un sistema estandarizado que termine siendo frío y lejano frente a los que lo requieren, y yo entendí que ese es el espíritu de la propuesta”.
Por último, la profesora Toro explica que “no podemos pretender que un sistema digital vaya a llegar a todas las personas del país, porque hay barreras de conectividad y de conocimiento en el uso de tecnologías; por lo tanto, esto sí va a permitir ampliar la cobertura y llegar a muchas más personas, pero no va a resolver todos los problemas en salud mental que deriven del contexto actual. Por eso hemos dado énfasis a otros caminos, como es la atención primaria, a nivel territorial, a nivel de los centros de salud mental comunitarios; hay acciones que son necesarias de seguir manteniendo y potenciando. Y eso va a requerir de recursos adicionales para fortalecerla”.
Por ello, destaca, “en la Facultad de Medicina venimos desarrollando un espacio de articulación con muchos equipos académicos que están trabajando en investigación, en docencia, en extensión, en formación, con este tema de la salud mental durante la pandemia, como son los departamentos de Psiquiatría y Salud Mental, de Neurociencias, entre otros; tenemos núcleos de investigación como el Imhay y el Midap; la Escuela de Salud Pública. Es decir, contamos con condiciones de soporte académico que estamos poniendo a disposición de esta mesa de trabajo gubernamental para generar ideas. Ya les he anunciado a sus integrantes que este espacio de colaboración es una fuente de recursos para que podamos conversar estos temas y sentir que tenemos un respaldo de muchas opiniones y muchas visiones que tenemos para recurrir”.
Cecilia Valenzuela