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Estudiantes de enseñanza básica, secundaria y universitaria

Segundo Festival de Poesía y Teatro Clásico Escolar congregó a más de 500 participantes

Festival de Teatro Clásico congregó a más de 500 participantes

Un gran número de estudiantes, provenientes de comunas como La Pintana, Recoleta, La Florida, Huechuraba, Maipú, Puente Alto, Cerro Navia, San Miguel, Las Condes, Providencia, Recoleta, Ñuñoa, Peñalolén, Quilpué, La Ligua, Chépica, Victoria, San Nicolás, Puerto Montt, Doñihue y Viña del Mar, participaron en el Segundo Festival de Poesía y Teatro Clásico Escolar. En esta edición, el certamen congregó a más de 500 personas y estuvo centrado en la representación de obras del Siglo de Oro español, homenajenado también a figuras como Jorge Teillier. 

La iniciativa, impulsada por el Taller de Verso Clásico -encabezado por los académicos Jéssica Castro, Francisco Cuevas y Ariel Núñez, de la Facultad de Filosofía y Humanidades, junto a Joaquín Zuleta, de la Universidad de los Andes)- fue realizada con el objetivo de formar profesores de educación básica y secundaria, fundamentalmente, y con la intención de que los contenidos de literatura que se explican en la universidad también sean accesibles a estudiantes de otras edades y a quienes no necesariamente se orientan a estudiar literatura.

La mayor parte de los recitantes y compañías que fueron parte de esta edición, correspondieron a estudiantes de los cerca de 80 profesores que participaron en un curso de verano organizado por la Universidad de Chile. Para el profesor Francisco Cuevas, académico del Área del Literatura Española del Departamento de Literatura, esto significa una excelente retroalimentación debido a que las técnicas enseñadas en el taller, en el marco de nuevas metodología de enseñanza, son finalmente puestas en escena por las compañías estudiantiles.

“Cuando empezamos éramos un poco escépticos ante el hecho de que un texto de Lope de Vega, de 1620, pudiera interesarle a un estudiante de ahora y y que inspirara a abrir sus potencialidades”, señaló. Pero hay varias claves para entenderlo. Una de ellas, explicó Cuevas, es el ritmo y la construcción del verso. A través de la métrica y la mnemotecnia, se encuentran varias de las razones del por qué este teatro, que es en verso, tiene que ver con el recitado y cómo esto ayuda a la memorización y a la recepción. “Porque si el que recibe el texto está acostumbrado a la estructura, reconoce lo que está pasando en escena por su estructura métrica. El ritmo asociado a las canciones, a la musicalidad, funciona estupendamente”, agregó.

Claves del interés

“La clave está en una buena dirección. Por eso es un orgullo que la mayoría de las compañías vinieran con profesores que nosotros hemos formado y que hayan aprendido primero a explicar el texto, a desentrañar lo que dice. Habían unos textos muy complejos. Varios colegios hicieron el Entremés de la ropavejera de Quevedo, el que tiene unos juegos de palabras muy complejos. Nosotros recomendamos que adaptaran los textos y los explicaran para que los estudiantes supieran y vieran qué pasa en cada momento, lo que permite que luego puedan gestualizar y moverse con relación a eso”, agregó el profesor Cuevas.

La segunda clave es trabajar con el ritmo. En el verano trabajaron recitando con metrónomo, como si fuera una partitura. Algunos de los profesores replicaron eso con sus estudiantes y les funcionó muy bien. Otros utilizaron bases de rap con algunos romances y es algo que los estudiantes relacionan con lo que ven hoy. Eso facilitó mucho su memoria. “Vimos a niñas de 10 u 11 años recitando unos monólogos complicadísimos del barroco, con un montón de referencias culturales. Para ellos no ha sido un problema como nosotros, desde la visión adulta, podríamos pensar. Desde la niñez aceptan el reto de otra manera y la verdad es que no tienen el cortapisa de no poder hacerlo que tenemos los adultos”, explicó.

“La manera en la que hemos trabajado demuestra que son textos bastante más cercanos. Son los propios estudiantes quienes han elegido textos complejos como el monólogo de Segismundo, un texto que se ha leído incluso como literatura existencial y que plantea cosas tan del Siglo de Oro como actuales. Los chicos no ven barreras diacrónicas o espaciales. Forman parte de un patrimonio común y finalmente los grandes temas de las comedias eran el amor, el rechazo, el planteamiento de quién soy yo, todas cosas que son parte de hoy”, concluyó el académico.