La ceremonia solemne se realizó el 1 de julio de 2022 y fue presidida por la rectora de la Universidad de Chile, profesora doctora Rosa Devés; por el decano saliente de la Facultad de Medicina, doctor Manuel Kukuljan, y por el decano que inicia su gestión, doctor Miguel O’Ryan. Al encuentro asistieron la prorrectora de la corporación, profesora Alejandra Mizala; la vicerrectora de Asuntos Académicos (s), profesora Leonor Armanet; el vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional, profesor Sergio Olavarrieta; la vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, profesora Josiane Bonnefoy; la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, profesora Pilar Barba, y el vicerrector de Investigación y Desarrollo, profesor Enrique Aliste, además de autoridades de diversas facultades e institutos.
En sus palabras primeras palabras a la comunidad, el doctor Miguel O’Ryan se refirió a la complejidad y riqueza de nuestra institución, señalando que “reconocerla en cada uno de sus ricos espacios resulta indispensable para compartir visiones, anhelos, expectativas y también las frustraciones de nuestra comunidad. Corresponde a un proceso fundamental, necesario para abordar nuestra tarea de conducción con perspectiva y valoración de las urgencias, necesidades, y mejoras continuas e iniciativas nuevas, imprescindible para progresar en nuestra misión de ser la Facultad líder que el país requiere”.
En ese sentido, añadió, “hemos compartido con la comunidad nuestra hoja de ruta, reflexionada durante más de seis meses, y enriquecida sustancialmente durante nuestros intercambios de campaña. En ella abordamos 13 ejes estratégicos que dan cuenta de nuestra multidimensionalidad, proponiendo más de 50 líneas de acción. Comprometo hoy ante ustedes que este documento estará permanentemente visible sobre nuestros escritorios, y nos recordará lo que hemos propuesto, para dar periódica cuenta a la comunidad con trasparencia y honradez, de los avances y estancamientos, y los potenciales nuevos giros de timón que se requerirán”.
Luego, se refirió a la misión institucional: “trabajamos por una mejor salud para Chile. Por sobre los diagnósticos a veces algo sombríos, no podemos omitir este sentimiento, pues esta es la pulsión universitaria, que por sobre legítimos intereses particulares, potencia nuestra capacidad distintiva de enseñar, de investigar, de innovar y de crecer, siguiendo la huella de quienes nos han precedido desde mediados del siglo XIX”. Por ello, agregó, “tenemos todo lo necesario para converger, a partir de un trabajo colectivo, en un sistema y en una cultura que nos obliga a encontrarnos, a compartir nuestros saberes, lo que cada uno puede aportar, todo en beneficio del del desarrollo de una comunidad que mira al futuro. Y necesariamente debemos converger en lo que nos une: nuestra misión fundamental como facultad no es otra que educar y formar, al más alto nivel, a los y las jóvenes de nuestro país en su transición a la vida profesional y adulta. Esta noble labor debe sustentarse en la mejor verdad disponible, aquella que se construye con la indagación, investigación, el intercambio dialogante, respetuoso y crítico, el traspaso del conocimiento de la comunidad de maestros y maestras a la comunidad estudiantil. ¡Esta es la esencia de nuestro quehacer!”.
Por ello, dirigió su primer mensaje como “una invitación a nuestros estudiantes, a los que están por egresar, o a mitad de su carrera, a los recién ingresados, y a quienes ingresarán en un futuro cercano: “¡Estamos aquí por y para ustedes! Y nos sentiremos satisfechos en la medida que vuestro paso, fugaz en el contexto de sus vidas, sea constructivo y deje una huella profunda para ustedes, sus familias y para la comunidad, transformándoles en mejores personas y en profesionales competentes para abrazar los múltiples desafíos en salud que Chile tiene. Trabajamos con mayor esfuerzo día a día para mejorar y modernizar nuestros procesos educativos, para que este tránsito sea el más virtuoso posible”. En ese mismo llamado, los invitó a “que procuren canalizar toda su natural rebeldía, sus inquietudes y anhelos, también con el máximo respeto y afecto que vuestra facultad requiere para cumplir con lo que comprometemos a Chile, a ustedes y a vuestras familias”.
Frente al cuerpo académico institucional, el doctor O’Ryan se comprometió a “fomentar y liderar una actitud positiva y optimista que, sin dejar de ser analítica y realista, realce hacia el interior de nuestra comunidad y también al exterior de nuestros muros, la excelencia, dedicación y entrega que fluyen desde cada rincón de nuestro plantel”. Y es que, agregó, “he escuchado, fuerte y claro, sobre la “falta de presencia” de esta entelequia que llamamos Facultad –lo que en rigor corresponde a la percepción, con mayor o menor sustento, de una insuficiente o desequilibrada presencia de las autoridades-, en las diferentes unidades e insuficiente atención a sus problemáticas específicas. Podremos sentirnos satisfechos en cuatro años más, solo en la medida en que cada académico y académica, independientemente de su jerarquía, horas de dedicación o lugar de trabajo, sienta que su facultad le reconoce y retribuye por su esfuerzo y dedicación, y le apoya en su desarrollo, fortaleciendo así su sentimiento de orgullo y pertenencia; comprometo mi trabajo y de todo el equipo directivo en avanzar sustancialmente en este fundamental objetivo”.
Con esa misma visión, el decano señaló que son “las personas quienes hacen posible el sueño de Andrés Bello, de Guillermo Blest, de Lorenzo Sazie, de Eloísa Díaz, de Ernestina Pérez , o más cercanos en el tiempo, de Alejandro Goic, Fernando Monckeberg, y Rodolfo Armas Merino, representando a nueve Premios Nacionales de Medicina, Jorge Allende y Cecilia Hidalgo por nombrar a dos de 13 Premios Nacionales de Ciencias, y de tantos académicos y académicas destacados, que nos han precedido. Es sobre ese enorme legado que nos paramos hoy; somos habitantes de paso en una de las instituciones más nobles y relevantes de la República y solo con el compromiso de toda la comunidad actual seremos capaces de proyectarla al futuro desde el pluralismo, la inclusión, el respeto, la excelencia y la tolerancia, todos valores consagrados en nuestro Proyecto de Desarrollo Institucional, y que forman parte del sello de la primera Facultad de Medicina de Chile”.
Finalmente, agradeció a la doctora Rosa Devés, rectora de la Universidad de Chile, señalando que “puede contar con que nuestra facultad persistirá en su esfuerzo incansable de ser un aporte señero y líder en formación, ciencia y salud para el país, proyectándonos más allá de nuestras fronteras, aportando al más alto nivel en Latinoamérica y estrechando lazos con instituciones de todo el mundo”. Asimismo, felicitó y deseó mucho éxito en su gestión al doctor Eduardo Tobar, nuevo director general del Hospital Clínico de la Universidad de Chile; “visualizo con optimismo y entusiasmo una oportunidad quizás única en décadas, por la confluencia de objetivos entre la rectoría, el hospital y la facultad, y un apoyo declarado del gobierno de la República”.
Por último, reconoció al doctor Manuel Kukuljan y a su equipo de trabajo, “por todas las facilidades brindadas para que este cambio de ciclo haya sido acompañado de un traspaso de información eficiente, profesional y con espíritu universitario. Nuestra facultad, a diferencia de los vaivenes propios de la política eleccionaria nacional, no cambia radicalmente, no debe hacerlo, entre una decanatura y otra. Somos una institución académica que evoluciona sobre cimientos incólumes, fruto de los logros y también de las insuficiencias de todos quienes nos han precedido”.
“Somos un instrumento de progreso”
Al despedirse de la comunidad institucional, el doctor Manuel Kukuljan agradeció en primer término a su equipo de trabajo, destacando entre ellos a la profesora Mariangela Maggiolo, vicedecana saliente, “quien representa en sus valores personales, académicos y humanos en todo sentido la esencia del trabajo que hemos realizado, la lealtad, el compromiso con la institución y la abnegación en muchos sentidos”.
Asimismo, señaló, “quiero aprovechar de pedir disculpas por todo lo que pueda haber molestado de nuestra gestión; a todos quienes esperaban más, hemos hecho todo lo que ha estado a nuestro alcance por esta institución y nos habría gustado hacer más y mejor. Tenemos el compromiso de seguir trabajando desde el lugar en que nos toque estar en el futuro para seguir completando la tarea”.
Luego, compartió los motivos que lo guiaron durante su gestión de ocho años; “para mí uno fundamental es que creo en el progreso, como el conjunto complejísimo de procesos que han llevado a la humanidad a escapar de las miserias que la han acechado durante siglos o milenios. Somos testigos de un progreso inimaginable en todos los ámbitos de la vida, y tengo la esperanza que puede y debe continuar, como la mayor cantidad de bienestar para la mayor cantidad de personas. Pero no ha ocurrido de manera mágica, sino que se asocia de manera estrecha al pensamiento de la Ilustración, que ha alumbrado la vida de la humanidad; en Chile ese pensamiento ha estado representado, desde los albores de nuestra República, por la obra de Andrés Bello, como es esta universidad y nuestra Facultad como parte de ella. Así, desde su creación, nuestra facultad ha contribuido al progreso de nuestra patria, a través del progreso individual de miles de personas que han tenido una mejor oportunidad al ser estudiantes o al ser académicos, pero que a través del desarrollo de la educación profesional en salud, del conocimiento y su aplicación, de la comprensión de la enfermedad y de las maneras de prevenirla, o de erradicar algunos de los mayores males, han hecho de esta una nación que ha progresado. Nuestra Facultad de Medicina y nuestra Universidad de Chile siguen y deben seguir siendo un instrumento de progreso para las personas que acceden a ella y para toda la comunidad”.
Pero, acotó, “a mi modo de ver las condiciones tanto del entorno, no sólo recientes, sino que de las últimas décadas, así como las internas, nos han puesto en una situación en la cual es difícil contribuir al progreso, más de lo que querríamos, para expresar el talento y el compromiso de tantos que conforman esta comunidad y permitir su progreso y el de la sociedad. Estoy siendo crítico, tal como abordé mi tarea, pues en lo cotidiano tenemos múltiples instancias que deben ser corregidas para retomar en propiedad y con toda la potencia que tenemos nuestro papel de participación en el progreso. Tenemos defectos importantes en la articulación entre lo que somos, entre la Facultad de Medicina y el Hospital Clínico; tenemos una serie de problemas de gobernanza, de administración y de gestión que nos amarran las manos para poder contribuir más y mejor al progreso”.
Finalizó señalando que “me voy con la satisfacción de sentir que hemos cambiado, aunque sea un poco, el rumbo de esta enorme y compleja institución, de tal manera de dejar atrás alguno de estos elementos que he mencionado, para enfrentar los próximos años en una mirada renovada, que no se aleja ni un ápice de los principios fundacionales, pero que se adecúa a los tiempos, a los cambios de entorno y se hace cargo de problemas y virtudes que tenemos en nuestra historia y en nuestra proyección. Estoy seguro de que el doctor O’Ryan y su equipo tienen la voluntad, sabiduría y compromiso para tomar todo lo que dejamos y proyectarlo mucho más allá”.
Una voz autorizada
Al saludar este inicio de decanatura, la doctora Rosa Devés destacó que “es emocionante estar en la casa, en nuestra casa. Hemos recorrido mucho camino juntos, y la voluntad de trabajar colaborativamente aquí cobra importancia especial; lo hicimos por años, nos desarrollamos, también, académicamente juntos, en la medida que nos preocupábamos del desarrollo de la institución con ese compromiso que ambos decanos han expresado y sólo queda decir que lo seguiremos haciendo, trabajando por la Facultad de Medicina y por la Universidad de Chile”.
A ello, agregó que “no es cualquier tiempo el que vivimos; es desafiante, difícil, que si bien está marcado por una esperanza nueva pues estamos repensando este país, también tiene fracturas y complejidades que tenemos que abordar y que a ratos no sabemos cómo hacerlo. Pero sabremos hacer frente a estos desafíos desde la educación superior; qué duda cabe que las universidades de Chile y el mundo están llamadas a atender estos grandes problemas, a entender su misión en un contacto mucho más estrecho con la sociedad y eso es especialmente importante en una Facultad como esta”.
En ese sentido, agregó que conocer al detalle la comunidad institucional lleva a “comprender el aporte enorme y la contribución del diálogo horizontal, donde se conocen esperanzas y sueños, pero principalmente los dolores de la comunidad. Quiero agradecer muy especialmente la labor ejercida por el doctor Manuel Kukuljan durante estos dos períodos, por el empuje y la calidad de su trabajo, pero sobre todo por esa entrega de su vida personal en estos años; el esfuerzo que hizo –lo conozco, es mi amigo- por ser decano en circunstancias de su vida personal muy dolorosas, es un ejemplo de lo que es la entrega en estos cargos que nos toca tomar”.
Y de la misma manera, añadió, “porque sabemos que esto es con todo, extendemos nuestro agradecimiento y felicitaciones al doctor O’Ryan, quien ha sido elegido por su comunidad académica; su destacado trabajo y su competencia es conocida por todos, por el país también, porque combina competencia académica y de investigación con el ser un extraordinario comunicador, y en las circunstancias de la pandemia se comunicó con el país entero, se transformó en una voz autorizada, a alguien que se esperaba escuchar para comprender, para cuidarse; esa será una herramienta fundamental en su decanato, porque todo lo que hacemos desde estos lugares tiene que ver con la comunicación dialógica. Le deseamos el mayor éxito y le damos las gracias”.