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En la Gran Sala Sinfónica Nacional se ofreció el oratorio “El Mesías” de Händel, interpretado por la Orquesta y Coro Sinfónico de la Universidad de Chile

Un homenaje de la Facultad de Medicina de la U. de Chile al personal de salud

Concierto “Memoria, esperanza y comunidad, a cinco años de la pandemia”

La Facultad de Medicina de la Universidad de Chile brindó un concierto conmemorativo como un reconocimiento a los trabajadores sanitarios que estuvieron en la primera línea de atención a los pacientes, quienes con vocación y compromiso hicieron posible seguir cuidando la vida en medio de la incertidumbre provocada por el Covid19.

La profesora Zulema de Barbieri fue entrevistada en el escenario por la profesora Claudia Araya, por lo que pudo profundizar en lo que fue su decisión vocacional, así como en su desarrollo profesional, académico y docente

Día de Fonoaudiología:

Una historia que mira al futuro

Durante el encuentro se homenajeó a académicos y funcionarios por sus años de servicio, así como a quienes representan parte de la historia viva de la disciplina: las profesoras María Mercedes Pavez y Zulema de Barbieri, así como el secretario David Vergara.

La rectora de la Universidad de Chile, doctora Rosa Devés, y el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O'Ryan, hacen entrega de la distinción de profesor emérito a los doctores Fernando Cassorla y Giorgio Solimano

Doctores Fernando Cassorla y Giorgio Solimano, nuevos Profesores Eméritos

Protagonistas del desarrollo de la Universidad de Chile

En una ceremonia solemne realizada el 12 de diciembre de 2025, quienes dirigieron unidades tan importantes para nuestro plantel como el Instituto de Investigaciones Materno Infantil, IDIMI, y la Escuela de Salud Pública Doctor Salvador Allende, fueron reconocidos por su contribución al saber superior y a la formación de generaciones de nuevos especialistas.

La nueva galería de arte está ubicada en el hall de acceso al Aula Magna del Campus Norte

Primera exposición se denomina “Cuchillo, Sierra, Sangre y Espacio”

Facultad de Medicina inaugura nueva galería de arte

El nuevo espacio -ubicado en el hall de acceso al Aula Magna del Campus Norte- tiene como objetivo albergar iniciativas artísticas y culturales que dialoguen con la labor académica que se realiza en nuestra institución, así como marca una inédita colaboración con la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile.

El doctor Cristhian Urzúa presentó las investigaciones realizadas en el Laboratorio de Enfermedades Autoinmunes Oculares y Sistémicas (LEAOS)

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El doctor Cristhian Urzúa participó del Global Ocular Inflammation Workshop 2025, realizado el 12 y 13 de noviembre en Bangkok, Tailandia, como uno de los expertos internacionales en la enfermedad de Vogt-Koyanagi-Harada o VKH, entidad clínica causante de la inflamación de la capa intermedia del ojo.

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Fue una fiesta de reencuentro, de paz y de alegría. Un interludio solemne, pues el oratorio “El Mesías” de Händel, interpretado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y el Coro Sinfónico Universidad de Chile el 18 de diciembre de 2025 se ofreció como un regalo perfecto y como muestra de agradecimiento y esperanza.

A través de la música, la Facultad de Medicina rindió un homenaje al trabajo, al esfuerzo colectivo y a la humanidad que marcó esos años, reafirmando el valor de la comunidad como eje fundamental del cuidado y la salud. Y es que, a cinco años del inicio de la pandemia —y a casi tres siglos de haber sido compuesta—, la letra de la primera parte de esta obra hace completo sentido: “Los pueblos que caminaban en la oscuridad han visto una gran luz. Para aquellos pueblos que caminaban en la tierra de la oscuridad ha brillado esa luz”.

El encuentro, en el esplendor de la nueva Gran Sala Sinfónica Nacional, fue encabezado por la rectora de la Universidad de Chile, doctora Rosa Devés, y por el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan, y contó con la presencia de la ministra de Salud, doctora Ximena Aguilera; la doctora Begoña Yarza, directora del Instituto Nacional del Tórax; el doctor Edgardo Díaz, director del Servicio de Salud Metropolitano Sur; el doctor Antonio Infante, director del Servicio de Salud Metropolitano Norte; la doctora Catterina Ferreccio, directora del Instituto de Salud Pública y el doctor Jaime Escobar, director médico del Hospital Clínico Universidad de Chile, entre otras destacadas autoridades de salud y académicas.  

Al recibir a los asistentes, el doctor Miguel O’Ryan, recordó que el inicio de la pandemia, señalando que “en febrero del año 2020 comenzamos a ver, incrédulos, las noticias provenientes de Europa, acerca de que se estaba desarrollando una tormenta con potencial impacto mundial, y que se transformó en el desastre social y humanitario global más dramático de los últimos 100 años”. A ello, agregó que “habiendo pasado el desastre queda la memoria, cuya preservación será siempre un pilar angular para el mejor desarrollo de las sociedades y de la humanidad. Este es el sentido más profundo del acto que nuestra institución ha querido regalar, regalarnos, a la comunidad que tuvo un rol protagónico en los momentos más críticos y angustiosos que asolaba a nuestro país y a todas sus personas, independiente de sus condiciones de vida. Un acto especialmente dedicado para el personal de salud, quienes contribuyeron con tanta pasión, desinterés personal y profundo sentido de comunidad, para que Chile pudiese afrontar la pandemia de la mejor manera posible”.

“Sabemos que este acto tiene bastante de simbólico, porque son decenas de miles las personas que fueron determinantes, desde sus diferentes lugares de trabajo, para prevenir contagios, mitigar la expansión descontrolada del virus, permitir el diagnóstico oportuno y masivo, implementar nuevos tratamientos, en etapas precoces, intermedias y avanzadas de la infección, para salvar vidas. Igualmente importantes fueron las personas que entregaron información oportuna y veraz, los constructores de evidencia y quienes, desde diferentes ámbitos, aportaron consuelo. Nuestro tributo es para todos estos actores protagónicos, y les agradecemos, pues ustedes representan a esta gran comunidad que sostuvo a Chile durante tan graves momentos de nuestra historia presente”.

El oratorio “El Mesías” de Händel, fue interpretado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, bajo la dirección del maestro invitado Julio Doggenweiler, y por el Coro Sinfónico Universidad de Chile, que dirige Juan Pablo Villarroel. Junto a ellos, estuvieron también las destacadas voces solistas de Vanessa Rojas, soprano; Camila Aguilera, mezzosoprano; Rodrigo del Pozo, tenor, y Patricio Sabaté, barítono; todos recibieron una ovación de pie por parte de un público emocionado por esta muestra de virtuosismo, así como agradecimiento y cariño. 

Las lecciones imprescindibles

La doctora Claudia Cortés, infectóloga y académica del Departamento de Medicina Interna Centro de la Facultad de Medicina, señala que “una de las lecciones que nos dejó la pandemia es que tenemos que estar preparados; no sabemos cuándo puede volver a ocurrir, pero sí que es posible. Y es que los virus siguen mutando, o siguen apareciendo nuevos. Pero, además, tenemos otras amenazas infectológicas, como es la resistencia antibiótica de las bacterias y ese es un riesgo muy presente”.

En ese sentido, agregó que “tenemos que seguir explorando en la colaboración: ya sea entre distintas entidades públicas, privadas, nacionales e internacionales, como entre los investigadores básicos y clínicos. Poder trabajar en conjunto nos permitió tener una muy buena respuesta, involucrando también a los políticos, que se manejaron muy bien para poder tener una vacuna rápida”.

“¿Cuál es el avance más significativo en términos de atención de salud a nivel mundial? Más allá de la vacuna, logramos mejorar en muchos países del mundo las técnicas diagnósticas, haciendo que la biología molecular estuviera más al alcance de distintas localidades, al menos en nuestro país, ampliamente distribuido”.

Por su parte, la doctora Mercedes López, inmunóloga del Instituto de Ciencias Biomédicas, destacó que “un resultado positivo de la pandemia es la puesta sobre la mesa de la importancia que tienen las vacunas y de la rapidez con que se pudieron desarrollar algunas plataformas, así como el ejemplo que dieron algunos países de manera independiente al desarrollo de vacunas a nivel mundial, como Cuba, Argentina, Brasil. Eso tiene que ver con la importancia que tiene el desarrollo biotecnológico en los países; por ejemplo, en Cuba desarrollaron sus propias vacunas, Soberana 1 y Soberana 2, muy buenas, que permitieron proteger a toda su población a pesar de la falta de recursos y tener índices de mortalidad por COVID-19 bien bajos”.

“La segunda cosa que aprendimos fue entender que estamos en un sistema global, interconectado, en donde un agente infeccioso que ocurre en un país va a impactar en forma muy importante al resto. Decir que no estamos aislados, que dependemos de los otros, también es un avance. También, entender de la importancia de los determinantes sociales de la salud, como la pobreza, el hacinamiento y la falta de capacidades de los sistemas de salud para poder dar cuenta de enfermedades graves.

Por último, sentencia que “uno de los mayores aprendizajes fue la necesidad de mantener un sistema de vigilancia epidemiológica nacional, ojalá interconectados a nivel regional, que incluya los datos, pero también una vigilancia que nos permita entender cómo están funcionando las vacunas, cómo es la dinámica de la infección y cuál es la importancia del sistema inmune en cada caso”.

El doctor Eduardo Tobar, director del Hospital Clínico Universidad de Chile, destaca varios aprendizajes que dejó la pandemia, “algunos que lo estamos ocupando y otros que menos. La velocidad de desarrollo de la industria tecnológica para nuevos productos fue uno de ellos; eso ha cambiado, acelerando el desarrollo de nuevas moléculas y todo lo que es la relación entre las grandes farmacéuticas y empresas innovadoras más pequeñas; también, el desarrollo de nuevos productos más aplicados. Lo mismo pasa con la integración pública-privada, pero eso ha sido más bien en el discurso que en la acción”.

Otro gran aprendizaje, agregó, “es la importancia del cuidado a la salud mental de los funcionarios, porque esa ola viene después de la crisis sanitaria y todavía la estamos pagando en el sistema de salud. Eso se conecta con la importancia de preparar a los sistemas sanitarios, a las instituciones, a las personas, la resiliencia y poder enfrentar situaciones no previstas y de esta magnitud. Creo que hoy estamos algo mejor preparados que antes pero no todavía suficientemente; yo diría que todavía tenemos brechas entre lo que se logró en pandemia con lo que pasa post-pandemia y como lecciones”.

El doctor Fernando Valiente, académico de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas, destaca como el avance más profundo “la consolidación de una red de vigilancia genómica y diagnóstica descentralizada. Antes de 2020, la capacidad de secuenciar virus y realizar diagnósticos moleculares de alta complejidad estaba concentrada en unos pocos puntos del país y del mundo. Lo que logramos en Chile —y que se replicó a nivel global— fue una colaboración público-privada-académica sin precedentes: logramos que los laboratorios universitarios, como el nuestro en el Programa de Virología de la Universidad de Chile, se transformaran en piezas clave del engranaje de salud pública”. Por ello, añade, “hoy somos mejores en la capacidad de respuesta territorial. La ciencia no ocurre solo en la Región Metropolitana; tenemos laboratorios en regiones capaces de identificar una variante o un patógeno emergente en tiempo récord. Hemos "alfabetizado" molecularmente al sistema de salud”.

Y en términos de la lección más potente que dejó el enfrentamiento a la pandemia “es que la ciencia fundamental es la base de la seguridad nacional. Durante la crisis, nos dimos cuenta de que no podíamos depender exclusivamente de la compra de insumos o de tecnología extranjera; necesitábamos conocimiento local para adaptar protocolos, validar pruebas y entender cómo se comportaba el virus en nuestra propia población. La pandemia nos enseñó que la transdisciplina es vital: médicos, virólogos, matemáticos, sociólogos y expertos en políticas públicas deben hablar el mismo idioma. En ese sentido, la comunicación de riesgos es ciencia: no basta con tener el dato en el laboratorio, si no sabemos comunicarlo de forma transparente y empática a la ciudadanía, el esfuerzo se pierde. Por último, la inversión sostenida es la clave: no podemos acordarnos de la ciencia solo cuando hay una emergencia: la preparación para la "enfermedad X" debe ser constante. Ineludiblemente, aprendimos que nadie se salva solo. Si no cuidamos el equilibrio entre la salud humana, animal y ambiental, estaremos condenados a repetir el ciclo”.