Pascual es un artista de formación mayoritariamente autodidacta: aprendió viendo videos en youtube, dice, pero también haciendo un curso en la Universidad de las Artes de Londres en aquel verano en que se decidió por estudiar medicina, simultáneamente a seguir su pasión pictórica, porque ambos caminos le gustaban mucho.
Ha expuesto desde el 2022, cuando fue seleccionado en un concurso de la Municipalidad de Lo Barnechea; en dicha muestra lo contactaron de la galería Espacio O, a quienes les encantó su trabajo, y con ellos pudo dar a conocer sus obras en instancias colectivas: las series “Motivos Personales” y “Parcelas de Agrado”. Sus trabajos también han estado en los centros culturales Gabriela Mistral y Lo Matta, así como en la Galería Artespacio. Este año, también, dio un salto internacional: participó de una feria colectiva denominada KIAF, que montó sus trabajos en Mark Gallery, Corea del Sur.
“Siempre lo que más me ha gustado es la pintura; en particular, la pintura de óleo, aunque ahora también estoy probando con nuevas técnicas. En la última exposición tuve algunas cerámicas, es un medio en el que voy a seguir haciendo cosas; y ahora me estoy expandiendo más, quiero probar un poco más el mundo de la fotografía y también trabajar con más telas, textiles. Estoy como en un periodo de investigación, probando nuevas cosas… me acabo de comprar una máquina para coser y voy a empezar a ver qué se puede hacer por ahí”.
En “Exposición solar”, Pascual une la medicina y el arte, desde su particular mirada: “Siempre me gustaron los dos temas, cuando empecé a pintar tenía ganas de buscar una forma de incorporarlas, pero eso me costó mucho porque no quería llegar a temas muy usados… no me gustaba pintar a personas enfermas o, como sucedió en la pandemia, pintar a los profesionales de salud con mascarillas, como héroes”.
Fue entonces que leyó el libro de Susan Sontag “Enfermedad como metáfora”, “y me gustó mucho la forma en que explica la experiencia de enfermar, cómo la sociedad ve a la persona enferma, todo el problema social en este ámbito. Así que lo que hice fue una metáfora también, que es la exposición solar como símbolo de la exposición de los pacientes, tanto física –como en la consulta, donde la persona se saca la ropa y queda expuesta-, como también psicológica, porque tiene que contar su vida. También se trata de cómo el mundo lo va a empezar a ver a través de la enfermedad: por eso ocupé en todas las pinturas un rayo de luz solar que le llega al paciente y lo expone”.
Además, añade, “me basé en el código internacional de enfermedades, como es el CIE 11: entonces a cada paciente le otorgué un código. Las personas que pinté eran o pacientes que vi en la práctica clínica o inventados, incluso algunos son autorretratos; entonces, cada cuadro lo terminé llamando por esos códigos, mostrando como con cada enfermedad se deja de ver a la persona que hay detrás. Entre las enfermedades que representé hay una que se repitió mucho, que es el temor a enfermar; no es la hipocondría, sino el miedo a tener cáncer u otra cosa, por lo que las personas consultan para que le hagan un chequeo o algunos exámenes en particular. Yo tomé ese temor a enfermar más como un miedo a la metáfora de la enfermedad, a la interpretación social de tener una enfermedad. Miedo a ser visto como una persona enferma, a ser tratado como una persona con una enfermedad: ese diagnóstico se repitió mucho en mis pinturas”.
El rayo de sol, agrega Pascual, se expresa también en un “uso de colores bien cálido, colores fuertes bien saturados. Y es que no quería que las pinturas mostraran mucho miedo o escenas tan oscuras, quería mostrar esa exposición no necesariamente como algo malo, porque el sol permite ver a la persona y a la enfermedad, ver lo que le está pasando… pero, también, mucha exposición te puede quemar”.
Otra característica de sus personajes son sus ojos, grandes y muy abiertos. “Hay dos formas en la que utilizo estos ojos saltones: hay pacientes que tienen sus propios ojos saltones y otros, que los considero los estudiantes de medicina. Es una forma de expresión donde están más asustados, están con miedo… yo veo a la persona como muy expuesta, entonces su cara es como de “qué está pasando acá”. En otros cuadros, lo que hice fue quitarle los ojos a la persona y ponerlos en otra parte, y ahí se relaciona con el dejar de ver a la persona y solo estar viendo la enfermedad, y la persona se vuelve un espectador de lo que está sucediendo, sus ojos están viendo desde afuera lo que le están haciendo su cuerpo”.
Los autorretratos aparecen como “una respuesta a la exposición que veo en la práctica clínica en estos pacientes; de alguna forma, quería exponerme a mí mismo y mostrarme, ponerme de alguna forma en su situación. Y mis dos autorretratos también están con un código de un problema de salud que tuve y en ellos también me quitaba la ropa, ponía los ojos exaltados y trataba de responder a esto que veía. Fue como tener las dos visiones, tanto desde la perspectiva del médico tratante que muchas veces deja de ver a la persona; por ejemplo, durante una cirugía al paciente se le tapa la cara, entonces como que se olvida que estás tratando a un enfermo. Pero también la visión desde el lado del paciente, donde esa persona se siente expuesta, vulnerable”.
¿Cómo fue que llegaste a exponer en Corea?
Un galerista de la Mark Gallery, conoció por Instagram mis pinturas, le gustaron mucho y así comenzamos a hablar con la galería y decidimos llevar unas pinturas; las expusimos en una feria internacional que se llama KIAF y ahí le fue muy bien. Ahora estoy organizando otra muestra allá el próximo año, pero en solitario, voy a llevar otras cosas en las que estoy trabajando, voy a partir con lo nuevo que viene.
¿Qué te gustaría hacer en esta nueva línea?
También en relación al concepto de la exposición, pero ya no con pacientes, sino más desde la identidad LGBT, como uno se siente expuesto, o cómo esconde su sexualidad; entonces, en vez de ocupar la exposición al sol estaba pensando en ocupar una cortina, como la persona se esconde detrás de ella, manteniendo los mismos patrones murales que ya he usado. Por ahí va, todavía no está todo tan armado.
¿Cómo proyectas tu futuro, combinando el arte y la medicina?
Trato de no pensar mucho en eso, porque todavía no sé y siento que todavía no tengo que tomar la decisión porque me faltan algunos años para terminar la carrera. Por ahora las dos cosas me gustan mucho y no quiero dejar ninguna de lado. Cuando la termine veré si sigo por la medicina y trato de especializarme, o si es que hago una residencia en algún otro país para aprender más de arte. O también tratar de hacer las dos cosas, tomar algún curso de medicina más corto que me permita estudiar arte al mismo tiempo; no lo sé, ahí tendré que decidir.
¿Tienes algún artista, chileno o internacional, que sea un referente para ti?
Mis artistas favoritos no son tan conocidos porque son contemporáneos: Salman Toor y Nicole Eisenman, son artistas figurativos que me gustan mucho y yo creo que su influencia sí se ve a través de mis pinturas. Son poco realistas, ocupan colores fuertes, Salman Toor abarca mucho el tema de la sexualidad y el mundo LGBT en Nueva York, es su tema principal y crea ambientes que me encantan, estas escenas en bares o en casas, con personas bailando. Nicole Eisenman también abarca temas LGBT, tiene personajes que me interesan mucho y que siento que se parecen a los que yo pinto… ella es mi fondo de pantalla del celular y del computador. Otro de los artistas que me gusta es chileno: Guillermo García Lorca. Él fue el primero con el que me obsesioné, y creo que antes se veía su influencia mucho más en mis pinturas, como es más realista ocupaba un poco más de animales, que él pinta mucho.
La muestra "Exposición Solar" está abierta a público hasta el 31 de octubre de 2024; para visitarla, hay que ponerse en contacto con la galería Espacio O y llenar el formulario.