El evento, organizado por la Dirección de Igualdad de Género (DIGEN Salud) y la Mesa Triestamental de Diversidades Sexuales y de Género, congregó a representantes de todos los estamentos de la comunidad universitaria, en un espacio de encuentro simbólico y político en defensa de la diversidad, los derechos humanos y la inclusión.
“Este es un momento muy importante, porque no solo conmemoramos, sino que también celebramos la diversidad y reivindicamos los derechos de todas las personas”, expresó la profesora Denisse Quijada, directora de DIGEN Salud. “Esperamos que este hito siga uniéndonos como comunidad bajo la bandera de la igualdad”, agregó.
Durante la actividad, la directora reafirmó el compromiso institucional con la equidad. “El orgullo también nace de la memoria: de aquellas luchas históricas de quienes han sido marginades, pero que han abierto caminos”, señaló. “Este mes es una oportunidad para seguir reflexionando sobre la importancia de construir una sociedad libre de discriminación”.
La ceremonia destacó por su crecimiento en convocatoria, lo que fue subrayado por el profesor Diego Cifuentes, director de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios: “El año pasado éramos 15 o 20 personas, hoy somos el doble. Nuestro compromiso es que cada año seamos más quienes izamos esta bandera con orgullo y convicción”, manifestó. “Queremos transformar nuestra Facultad en un referente de comunidad que no tolera la discriminación”.
El profesor Cifuentes enfatizó que la diversidad no es solo un principio abstracto, sino una práctica cotidiana: “El orgullo de ser quienes somos debe ser una fuente de unión. Aquí cabemos todes, sin importar cómo amamos o cómo nos vemos”, afirmó. “Hoy celebramos, pero también nos comprometemos a seguir combatiendo la homofobia, la transfobia y cualquier forma de exclusión”.
Por su parte, el profesor Rodrigo Lara, encargado de diversidades sexuales de DIGEN Salud, destacó el izamiento de la bandera como un gesto con profundo significado institucional: “Este acto tiene sentido porque nos recuerda que las instituciones deben promover espacios seguros y respetuosos para todas las personas”, dijo. “El orgullo nace de la dignidad, pero también de la resistencia y la memoria”.
Durante su discurso, el profesor Lara también anunció el lanzamiento de la primera encuesta sobre diversidades sexuales y de género dirigida al estudiantado de la facultad. “Esta información será clave para diseñar estrategias que garanticen bienestar, equidad y apoyo real”, explicó. “Invitamos a todes a participar, porque sus voces son esenciales para construir una comunidad verdaderamente inclusiva”.
Desde el estamento académico, el profesor Patricio Bustamante, representante en la mesa triestamental, recordó las luchas históricas del movimiento LGBTIQ+ en Chile y criticó los retrocesos actuales en derechos: “Hoy vemos cómo sectores conservadores intentan negar la existencia de niñeces trans. Debemos estar alertas y comprometernos desde la salud con su protección”, advirtió.
Asimismo, enfatizó que conmemorar el orgullo es también recordar a quienes abrieron camino. “La medicina fue cómplice de la patologización de nuestras identidades. Por eso hoy debemos asumir la responsabilidad de transformar ese legado”, sostuvo. “Caminamos sobre los hombros de gigantes: mujeres trans, travestis, maricas latinoamericanas que resistieron”.
A su vez, Hugo Pardo, representante del estamento funcionario, apeló a la memoria como una herramienta de rebeldía y dignidad: “Estamos aquí no solo para celebrar, sino también para resistir y recordar a quienes fueron asesinados por amar distinto”, expresó. “Nos quisieron invisibles, pero hoy alzamos la voz con orgullo y fuerza”.
Pardo destacó el papel del amor como resistencia: “Nos dijeron que no podíamos seguir adelante, y construimos comunidad. No somos minoría, somos historia viva, somos rebeldía y somos amor. El orgullo es decir ‘aquí estoy’ con todos los colores del arcoíris”.
En representación del estamento estudiantil, Miguel Valdivia, estudiante de Terapia Ocupacional y miembro del Centro de Estudiantes de la misma carrera, compartió un emotivo testimonio. “Solo por estar aquí parado, me reconozco como una persona infinitamente privilegiada. Muchas otras no tienen esa suerte”, relató. “Por eso este acto representa un llamado: a que nuestras identidades no sean toleradas, sino celebradas y defendidas”.
El estudiante subrayó que la diversidad no es ajena a la formación en salud: “No se puede hablar de salud sin inclusión. La formación debe integrar el respeto a nuestras corporalidades e identidades”, dijo. “La bandera izada hoy no debe bajarse mañana. Debe ondear en nuestras prácticas, políticas y conversaciones cotidianas”.
Cerrando la ceremonia, el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan, valoró la fuerza simbólica del acto: “Estamos en una facultad de 180 años y hoy la diversidad es protagonista. Hace 50 años esto era impensado, y ahora es realidad”, declaró. “La diversidad nos hace mejores personas, mejor comunidad y mejor universidad”.
De igual forma, reconoció el trabajo colectivo que hizo posible el acto: “Nada de esto ha sido fácil. Pero ver esta comunidad multicolor, alegre y unida me emociona profundamente”, expresó. “Aquí estamos todos por la diversidad, y seguiremos adelante con más fuerza”.
El acto concluyó con el izamiento, en medio de aplausos, abrazos y una renovada esperanza. La bandera del orgullo no solo ondeó en la parte más elevada del mástil de la Facultad de Medicina, sino también en las convicciones de una comunidad decidida a construir un espacio universitario más justo, inclusivo y humano.