La ceremonia de conmemoración de este nuevo aniversario se realizó el 29 de agosto de 2025, encabezada por el decano de nuestro plantel, doctor Miguel O’Ryan, junto a la directora del Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y el Recién Nacido, profesora Jovita Ortiz. En el encuentro además participaron la diputada Karol Cariola y la presidenta de la Confederación Internacional de Matronas, profesora Sandra Oyarzo.
Al dirigirse a los presentes, la profesora Ortiz inició sus palabras diciendo que “Nuestra profesión nació en 1834, cuando la mortalidad materna e infantil eran las principales amenazas para las familias. Desde entonces, la matronería se transformó en pilar de la salud pública nacional y en referente para América Latina y el mundo; hemos contribuido a transformar la salud sexual y reproductiva en un derecho humano y no en un privilegio. Y hemos hecho de la ciencia, el compromiso y la humanidad, los tres ejes de nuestra identidad profesional”.
En ese mismo sentido, añadió que “la historia de la salud pública chilena no se entiende sin la matronería. Gracias a las generaciones que nos precedieron se redujo de manera histórica la mortalidad materna y neonatal, se aseguró el acceso a la planificación familiar y a la atención prenatal, se impulsó la lactancia materna como estrategia de salud y se educó a generaciones en sexualidad y reproducción responsable. Pero, además, hemos sido agentes de transformación social y cultural: contribuyendo en políticas públicas, defendiendo derechos y generando investigación con enfoque de género y equidad”.
Mirando a futuro, la directora apuntó como desafíos los cambios epidemiológicos, destacando que “las mujeres viven más y enfrentan problemas complejos a lo largo de toda su vida: enfermedades crónicas, salud mental, climaterio y vejez. La matronería debe responder con una mirada integral y de curso de vida”. También, al envejecimiento poblacional, “que nos invita a re-mirarnos como profesión, a liderar y ampliar el horizonte de cuidado y a acompañar también a las mujeres en la madurez y en la vejez”. Asimismo, la crisis climática, por cómo afecta la salud materna, perinatal e infantil; la transformación tecnológica, pues la inteligencia artificial, la telemedicina y los datos digitales “son herramientas que deben adquirir con espíritu crítico, asegurando que su uso no aumente desigualdades, sino que promueva más justicia y equidad”, y las oleadas políticas y culturales, que amenazan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, adolescentes y niñas.
Por último, hizo un llamado a la unidad para abordar las metas que trae el próximo bicentenario de esta profesión: “¿Qué queremos conmemorar el 2034? Que seguimos siendo líderes no solo en salud materna y perinatal, sino también en salud poblacional, dando cuenta de mucho más que indicadores biomédicos, sino también de satisfacción y bienestar; que nos expandimos con éxito hacia la investigación y la innovación con mirada de género; que respondimos al envejecimiento y al cambio epidemiológico con propuestas sólidas, que defendimos derechos aun en tiempos difíciles y que fuimos referentes internacionales en liderazgo, en abogacía y en justicia social”.
Posteriormente, el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan, se refirió a las nuevas problemáticas que enfrenta esta disciplina, y los avances en los que se está trabajando a nivel institucional junto a su departamento, “como la necesidad de abordar el desarrollo académico con equidad de género; abordar la insuficiente valoración del tiempo dedicado a la maternidad, las bajas remuneraciones y la inequidad del sistema de carrera académica. La necesidad de abordar con visión estratégica de desarrollo académico para definir los focos de investigación para los próximos 10 a 15 años, considerando la disminución de los partos y la competencia desregulada del sistema universitario”.
Además, añadió, se refirió a los retos por venir en cuanto a la docencia, “asegurando cargas docentes adecuadas y una constante renovación de contenidos y metodologías; el fortalecimiento de la formación integral de nuestros estudiantes y la gestión operativa en nuestros campos clínicos”. Por último, destacó la relevancia de “mostrar mucho más de lo que hacemos, para entusiasmar a las nuevas generaciones para que ingresen a esta gran facultad y sean las y los profesionales del futuro. Nuestro compromiso con ustedes y cada una de las ocho carreras, es avanzar juntos para que al llegar al bicentenario estemos más orgullosos aún del rol que cada uno de ustedes significa para nuestro país”.
“Cuidar es un acto político”
Por su parte, la diputada Karol Cariola, quien es matrona de profesión, dictó la conferencia “Liderazgo y abogacía en salud de las mujeres desde la política pública”, en la que destacó la contribución de la Universidad de Chile en este ámbito: “Hablar de matronería para mí es hablar de derechos humanos en acción”, señaló, subrayando que cada conquista en dignidad y autonomía ha sido posible gracias a “profesionales que pusieron el cuerpo y la voz en defensa de las mujeres”.
En su intervención, sostuvo que la disciplina ha sido decisiva en la reducción de la mortalidad materna e infantil, en el acceso a la planificación familiar y en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, entre muchos otros hitos. Por esto, recalcó que “cuidar también es un acto político, y ya no basta con el reconocimiento simbólico”. A su juicio, “lo que necesitamos es incorporar el liderazgo de la matronería de manera estructural”, transformando la experiencia clínica en fuerza para incidir en leyes, programas y presupuestos. “Cada anticonceptivo entregado, cada parto defendido frente a la violencia obstétrica, son actos en derechos humanos que deben convertirse en política pública. Porque la matronería no solo atiende en el ámbito sanitario, sino que también acompaña, denuncia y transforma”.
En ese sentido, llamó a defender la profesión frente a intentos de reducir sus competencias, recordando sus 191 años de historia. “Debemos abogar con claridad que las mujeres no pueden seguir siendo las grandes ausentes de las políticas públicas”, advirtió. Para la diputada, el verdadero liderazgo de la matronería está en “convertir el cuidado íntimo en fuerza colectiva” y en asegurar que su voz esté presente en cada espacio de decisión, porque “sin la voz de la matronería no hay política pública completa ni justa para las mujeres”, finalizó.
Salvar más vidas es posible
En su exposición, la profesora Sandra Oyarzo dio la conferencia “Estado mundial de la Matronería”, partió dando a conocer que en todo el orbe hay 1.700.000 matronas y matrones, de los cuales 900.000 tienen formación profesional, “lo cual es poco, pero sin duda tenemos un gran impacto en lo que es la salud global. Podríamos salvar más del 60% de las muertes maternas y neonatales, y salvar 4.3 millones de vidas en 2035, si se invirtiera más en nuestro ámbito: solamente aumentando en un 10% la cobertura de los servicios que brindamos, podríamos reducir un 22% de la mortalidad materna y un 23% la neonatal. Y si aumentáramos la cobertura en un 25%, podríamos salvar 2.2 millones de vías adicionales al año”. Por ello, recordó que en el 2024 la Organización Mundial de la Salud lanzó el documento Modelos de Matronería, reconociendo la labor de estas profesionales en la continuidad del cuidado de la mujer y la familia, con base en la evidencia y en un enfoque de trabajo interdisciplinar, en países de diferentes culturas e ingresos.
También ahondó en la necesidad de avanzar hacia liderazgos basados en la evidencia, a cambiar desde las estructuras jerárquicas de toma de decisiones a otras más transversales e inclusivas, “y a generar datos que nos permitan compartir a nivel global lo que estamos haciendo y cómo avanzar en diversos temas, como la violencia obstétrica, el cambio climático y otros”.
Por su parte, y en representación del Colegio de Matrones de Chile, su vicepresidenta Jimena González dio un saludo institucional y recordó a las y los profesionales que, ejerciendo desde distintas zonas del país, se han unido a este gremio con 63 años de historia.
Finalmente, el Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y el Recién Nacido reconoció a la profesora Cecilia Estrada, por su contribución al establecimiento de la Unidad de Simulación de esta escuela, la cual llevará su nombre, así como a egresadas destacadas.