En Chile, al igual que en muchos países, el sistema de salud está conformado por diversos profesionales, como médicos, enfermeros y kinesiólogos. La escasez de especialistas prolonga las esperas por años en el sistema público y meses en el privado, agravando pronósticos, deteriorando la calidad de vida y aumentando costos por ausentismo laboral, entre otros. El diagnóstico inicial de las patologías musculoesqueléticas se basa frecuentemente en realizar movimientos específicos para valorar la movilidad general y ver la capacidad física como por ejemplo sentarse-pararse, en el caso de la artrosis. El PhD Carlos Cruz, de la Escuela de Kinesiología, y el PhD Mauricio Cerda, académico del ICBM y subdirector del Centro de Informática Médica y Telemedicina, desarrollaron en el 2022 una herramienta para la medición automatizada mediante inteligencia artificial del test sentarse-pararse, utilizando la cámara del teléfono móvil: así, se desarrolla este examen, que cuenta las veces que el paciente se levanta y se sienta de una silla tantas veces como pueda durante treinta segundos, pues los resultados obtenidos de la prueba combinados con antecedentes demográficos permiten analizar la fragilidad y el rendimiento motor de los individuos.
En 2025, con la incorporación del Traumatólogo Maximiliano Barahona, del Hospital Clínico de la Universidad de Chile; la profesora Caterine Galaz, de la Facultad de Ciencias Sociales; el kinesiologo MSc Diego Vicente, y el experto en transferencia tecnológica Carlos Márquez, el grupo busca generar una solución flexible que permita categorizar según las necesidades del hospital o centro de salud, producto que han llamado “Smartdiago”.
¿Qué es Smartdiago?: básicamente, una app para el celular, porque funciona en base al uso de la cámara del teléfono inteligente, que sirve para aplicar diferentes test de movilidad y funcionalidad en base a laestimación de postura. El objetivo del proyecto Fondef IT, dirigido por el doctor Cerda, y cuyo director alterno es el profesor Cruz, es probar y revisar su uso asistencial, en las categorías que sean de interés para los diferentes centros asistenciales y que sirvan para la derivación de los y las pacientes, validando su eficacia en patologías musculoesqueléticas.
Estudio clínico en 194 pacientes
Si bien Smartdiago ha sido aplicado para evaluar potencia muscular, dice el doctor Cerda, “su uso para ayudar en la realización de pruebas a personas para detectar de manera precoz una enfermedad o problema de salud, en el área de traumatología y en condiciones reales, y su comparación con la selección tradicional, mediante la evaluación hecha de forma presencial por profesionales de la salud, así como el modelo de cómo usar la información que recabe el sistema para dar acceso, acelerar las listas de espera y facilitar el diagnóstico por el especialista, requiere de un estudio clínico prospectivo”.
En este sentido, el proyecto cuenta con el apoyo del Servicio de Salud Metropolitano Norte, Hospital San José y el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. El objetivo general de este proyecto es escalar y mejorar Smartdiago, aumentando su nivel de madurez tecnológica, y su posible eficacia en patologías musculoesqueléticas.
Este proyecto plantea los siguientes tres objetivos específicos, explican los investigadores: implementar una interfaz para usuarios y usuarias a distancia, de fácil uso y que pueda ser instalado en cualquier teléfono inteligente, “lo que ya probamos con el examen de sentarse-pararse”, dice el doctor Cerda. Pero, además, realizar un estudio clínico de 194 sujetos a quienes evaluarán con Smartdiago y con un traumatólogo especialista o profesional según el tipo de paciente, en casos de artrosis rodilla y cadera, dolor lumbar y síndrome manguito rotador del hombro, para comparar los resultados y márgenes de error. Y, por último, elaborar estrategias de validación de normativas y regulaciones y para protección intelectual.
“A corto plazo, buscamos ofrecer un servicio de apoyo Inteligente para el diagnóstico remoto de enfermedades musculoesqueléticas, que pueda ser utilizado tanto por prestadores de salud públicos y privados asociados a servicios de traumatología como por los propios pacientes. Este servicio permitirá priorizar la atención según los criterios institucionales y podrá contribuir, por ejemplo, a la gestión de las listas de espera. Y, más adelante, probar su uso a nivel de salud laboral”.