La actividad, organizada por el Bloque Salud Trans para Chile con el apoyo de la Dirección de Igualdad de Género (DIGEN Salud) de nuestra facultad, reunió a representantes del mundo académico, gremial y comunitario, con el propósito de fortalecer la articulación territorial y el diálogo entre las instituciones públicas y las colectividades transdiversas del país.
Entre las autoridades presentes se encontraban la diputada Emilia Schneider y el diputado Andrés Giordano, junto a representantes del Ministerio de Salud (MINSAL) —entre ellos Paula Araya, jefa del Departamento de Derechos Humanos y Género—, y del Fondo Nacional de Salud (FONASA), con la participación de Marcela Camerati, jefa del Departamento de Derechos Ciudadanos, y Orlando Milla, jefe subrogante de Participación Ciudadana.
También asistieron Jimena González, vicepresidenta del Colegio de Matronas y Matrones de Chile; Benjamín Cornejo, de la Coordinación Nacional de la Red Diversa de Municipalidades; Yamilet Graizo, del Comité para la Prevención de la Tortura del Instituto Nacional de Derechos Humanos; y Lucas Mezquita, senador universitario de la Universidad de Chile.
Formar desde el respeto y la sensibilidad
La jornada fue inaugurada por Mercedes Carrasco, académica de la Universidad de Concepción e integrante del bloque organizador, quien dio la bienvenida a las y los asistentes y abrió el espacio de reflexión académica. Posteriormente, cedió la palabra al profesor Rodrigo Lara, coordinador de la Mesa de Diversidades Sexuales y de Género de DIGEN Salud, quien destacó: “Hoy, más que nunca, este encuentro adquiere un sentido profundo”.
En su intervención, el profesor Lara señaló que el contexto político y social actual exige un compromiso activo de las universidades públicas: “En un escenario donde observamos el avance de discursos conservadores que buscan restringir derechos y negar las experiencias y existencias de las personas LGBTIQ+, en particular de las personas trans y no binarias, reafirmar nuestro compromiso con la igualdad y la justicia social no es solo un acto académico, sino también un acto ético y político”, afirmó.
Asimismo, subrayó que la formación en salud debe incorporar una comprensión profunda de la diversidad humana: “Reconocer las necesidades específicas de salud de las personas trans y no binarias y contribuir activamente a garantizar su pleno acceso a una atención de calidad implica no solamente generar conocimiento y evidencia, sino también transformar nuestras prácticas formativas y asistenciales”, enfatizó.
Desde la DIGEN, el académico destacó la urgencia de formar profesionales sensibles y comprometidos con los derechos humanos: “Formar profesionales de la salud con sensibilidad, competencia y compromiso ético es una tarea ineludible. La salud no se limita a la ausencia de enfermedad; también es bienestar, reconocimiento y posibilidad de vivir nuestra identidad con dignidad”.
Además, enfatizó que los cambios necesarios deben permear la cultura institucional: “No basta con incorporar contenidos aislados o simbólicos. Se requiere una transformación profunda en los currículos y en las relaciones cotidianas dentro de los espacios de salud. Queremos promover un enfoque reparador de las desigualdades históricas, que contribuya activamente a reconocer la diversidad y fortalecer la equidad”.
Hacia una política pública con enfoque trans
El evento marcó la continuidad de un proceso iniciado en las regiones de Concepción y Valparaíso. “Ya es el tercer encuentro territorial. El primero fue en Concepción, el segundo en Valparaíso y este, que debía realizarse el año pasado, logramos concretarlo ahora con mucho esfuerzo”, señaló Lorenza “Lola” Quezada, vocera del bloque organizador y una de las principales impulsoras de esta articulación nacional.
Durante su intervención, Quezada repasó la historia y objetivos del movimiento: “En diciembre de 2020 se empezaron a dar las primeras reuniones entre organizaciones como OTD Chile, la colectiva Feminicidente y las no-redes profesionales de la salud trans, que de manera voluntaria sostenían policlínicos en todo el país. Pero nuestro objetivo siempre fue formalizar esto: nadie espera que te atiendan de manera informal en un servicio de salud, que debe ser un derecho humano básico”.
La dirigenta destacó que el proceso ha sido construido desde la diversidad y la descentralización: “Aquí se establecen conceptos básicos que sustentan el movimiento: la transdiversidad, la interseccionalidad, la descentralización, la territorialidad y el curso de vida, atravesados todos por la despatologización. No es lo mismo ser una persona trans adulta mayor, trabajadora sexual y migrante en Arica, que una persona no binaria adolescente en un territorio militarizado como La Araucanía. Las problemáticas son distintas, y por eso nuestras respuestas también deben serlo”.
Asimismo, relató el trabajo conjunto con instituciones públicas: “En mayo de 2021 iniciamos reuniones con FONASA para revisar propuestas de canastas de atención, y en junio trabajamos directamente con matronas, enfermeras y médicas para levantar diagnósticos en conjunto. Luego, con el Departamento de Estadísticas e Información de Salud, analizamos los estándares y profundizamos en las brechas. Fue un proceso arduo, pero necesario”.
La vocera también destacó el impacto de esta articulación nacional en la generación de políticas públicas inclusivas: “Gracias a este trabajo, hoy existe una política pública concreta que incorpora nuestras demandas. Todo comenzó con una matrona, Ana Cristina López, y con el apoyo del Colegio de Matronas, que impulsó la idea de modificar el programa Mujer para transformarlo en un programa de salud sexual y reproductiva que incluyera nuestras realidades”.
Además, recordó la fuerza de las acciones colectivas impulsadas desde los territorios: “En octubre de 2021, quisimos presionar políticamente al gobierno entrante y levantamos la campaña de las 100 primeras medidas. La Plaza de Armas fue nuevamente un lugar simbólico, porque ha sido históricamente el espacio de visibilidad para las disidencias sexuales. Esa memoria también es parte de nuestra lucha”.
Para concluir sus palabras, Lorenza Quezada proyectó el futuro del movimiento: “Este es un proceso vivo, en constante crecimiento. Seguiremos articulando desde los territorios, porque una salud trans para Chile no es solo un derecho para nuestra comunidad, sino un paso hacia una salud mejor para todas las personas”.
La jornada continuó con intervenciones de representantes del ámbito gremial, académico y comunitario, quienes compartieron experiencias y reflexiones sobre la construcción de una salud pública que reconozca las diferencias y garantice derechos para todas las personas.
Una de las intervenciones destacadas fue el discurso realizado por Andrea Albagli, subsecretaria de Salud Pública del MINSAL, quien expuso sobre la Política Nacional de Salud para personas trans y género diverso, y de las consideraciones técnicas operativas para el abordaje de la terapia hormonal en personas trans adultas.
A modo recopilatorio, y para concluir la reflexión, el profesor Rodrigo Lara señaló: “El trabajo cotidiano de la comunidad, su compromiso y su valentía son parte esencial de esta construcción de una salud pública con enfoque de derechos”.