En un estudio recientemente publicado, liderado por investigadores del Idimi, se revisó qué medicamentos y nuevas tecnologías nueva para el tratamiento de diabetes 1 y 2 se lanzaron al mercado en Estados Unidos durante los últimos 15 años, para luego comparar la fecha en que dichos tratamientos estuvieron disponibles en Europa y en países latinoamericanos considerados de ingresos medios, como México, Argentina o Brasil, o altos, como Chile.
En esta investigación, publicada en Diabetes Care, revista de la Asociación Americana de Diabetes, se constató cómo los medicamentos en su presentación especial para el tratamiento de la obesidad no están disponibles en Chile; sólo aquellos en presentación para el manejo de la diabetes 2. También, que el medicamento inyectable más potente para el manejo de la obesidad no ha llegado a nuestro país en ninguna presentación, lo que representa varios años de atraso en la disponibilidad de nuevos fármacos para la obesidad y la diabetes 2 en Chile y Latinoamérica.
“La atención a la diabetes ha experimentado una transformación significativa en los últimos 15 años debido a la introducción de nuevos medicamentos y tecnologías. Los análogos del receptor del péptido similar al glucagón 1 (AR GLP-1) son ahora fármacos de primera línea en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad. Asimismo, en diabetes 1 el tratamiento con infusor automático continuo de insulina logra alcanzar niveles óptimos de glucosa, lo que ha llevado a recomendar ofrecer este sistema a todas las personas con esta patología”, explica la dra. Codner.
“En este estudio describimos la falta de disponibilidad comercial de nuevos tratamientos en algunos países, incluso en algunos de altos ingresos, como es el caso de Chile”, señalan los autores en el paper, investigación realizada por los doctores Catalina Álvarez, también del Idimi y del Hospital Clínico San Borja Arriarán; Valeria Hirschler, epidemióloga y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes; Luis Eduardo Calliari, del Santa Casa School of Medical Sciences, Sao Paulo, Brasil, y Margarita Barrientos, de la Medical Research Division, Angeles Hospital, Puebla, México.
La evidencia de la desigualdad
Los resultados evidenciaron varias situaciones de interés. Por ejemplo, en términos de sensores continuos de glicemia, en los cuatro países de América Latina que fueron parte del análisis, hay sólo dos marcas disponibles, a diferencia de las cuatro disponibles en Estados Unidos y Europa. En ese mismo ámbito, la disponibilidad de una de las marcas -Freestyle Libre 2- se retrasó seis años en México, y su nueva versión, Freestyle Libre 3 Plus, lanzada en 2020 en Europa, aún no se ha introducido en esta región.
En cuanto a bombas de infusión intravenosa directa, los cuatro países solo tuvieron acceso a una marca, mientras que al menos cuatro empresas ofrecen estos productos en el hemisferio norte.
El glucagón inyectable o nasal aún no está disponible en la mayoría de los países de América Latina y Caribe, a pesar de estar disponible desde 2019 en Estados Unidos. El medicamento semaglutide -utilizado para tratar la diabetes tipo 2 y para el control de peso en pacientes con obesidad o sobrepeso- se introdujo rápidamente en todos los países, pero no está disponible en su presentación para el tratamiento de la obesidad en la mayoría de ellos; la tirzepatida –cuya acción es semejante a la semaglutide, pero de mayor efectividad para el control del peso-, se distribuyó en México y Brasil en 2025, pero no está disponible en el resto del continente, y el teplizumab, que retarda el inicio clínico de la diabetes tipo 1 en personas de 8 años y más, con enfermedad subclínica o etapa 2, no está disponible en ninguna nación de la región.
Además, señala el artículo, “en los últimos años, se ha producido escasez e interrupciones en la disponibilidad de sensores de glucosa y GLP-1 AR en Europa y Norteamérica, debido a problemas con las plantas de fabricación y la cadena de suministro. Esta situación hace aún más improbable la llegada de nuevos tratamientos a Latinoamérica; en el caso de países de ingresos medios, o pequeños de ingresos altos, como Chile, el tamaño del mercado y la escasa cobertura de los seguros médicos pueden ser factores adicionales para que una empresa dedicada a la diabetes decida comercializar sus productos”.
Incluso, se detalla que otro escollo está asociado al uso de aplicaciones en algunos países: “algunas personas con diabetes pagan sus propios suministros y viajan al extranjero para adquirir nueva tecnología. Sin embargo, no siempre es posible activar las aplicaciones o el software en sus propios países”.
En conclusión, señala la investigación, existe un número limitado de empresas de tecnología relacionada con la diabetes que operan en los países de ingresos altos y medios de América Latina y el Caribe, y la disponibilidad de nuevos medicamentos sigue siendo insuficiente. Como resultado, a menudo transcurren varios años antes de que estos avances estén al alcance de los pacientes en esta región. Por ello, los investigadores hacen un llamado a los gobiernos, a los financiadores privados, a los líderes de la industria y a los profesionales de la salud, explicando que los sistemas de atención médica deben formar alianzas estratégicas destinadas a reducir las barreras estructurales que perpetúan las desigualdades globales en la atención de la diabetes. Garantizar un acceso oportuno y equitativo a la innovación no es solo una cuestión de políticas, sino un imperativo moral y una necesidad científica”.