Desde el inicio de la crisis sanitaria nuestra Facultad ha trabajado para adaptarse a cumplir su misión en un contexto que afecta todos los ámbitos. Hemos entregado directrices enfatizando la necesidad de innovación, flexibilidad y resiliencia, de afrontar las situaciones para identificar problemas y comprender las circunstancias sin precedentes a las que todos nos enfrentamos. Hemos realizado grandes esfuerzos como institución, como unidades y como personas para solucionar problemas que surgieron al inicio de este periodo, tales como el acceso y la capacitación en competencias específicas para la educación a distancia de emergencia.
No obstante ello observamos un paro extendido por semanas, en circunstancias que de las numerosas conversaciones sostenidas con representantes estudiantiles y con académicos, de las exposiciones en el Consejo de Facultad y en otras instancias, se desprende una voluntad mayoritaria por solucionar los problemas que han emergido, así como en la comprensión general de que es necesaria la participación de docentes y estudiantes para generar las soluciones.
Hemos definido como objetivo el brindar la oportunidad a cada estudiante de completar su educación en los plazos inicialmente considerados para cada cohorte, en condiciones que permitan certificar la adquisición de competencias y conocimientos de acuerdo a cada plan de estudios. Entendemos que este es un objetivo ampliamente compartido, además de ser nuestra responsabilidad y deber como institución.
Para superar la actual circunstancia hemos identificado y comunicado como temas centrales a abordar el manejo de la carga académica, la readecuación curricular, la preocupación activa por la salud mental de la comunidad universitaria y la discusión y definición respecto de modalidades de evaluación.
Si no abordamos estos temas y no implementamos las soluciones de manera urgente arriesgamos el no poder cumplir el objetivo general definido antes. De manera más amplia, debemos tomar conciencia del riesgo de la viabilidad de la Facultad. Vemos con preocupación como con cada semana de retraso la tarea se hace más difícil, aún con la mayor disposición y flexibilidad, considerando además las dificultades externas, como la falta de acceso a campos clínicos por un período prolongado y fuera de nuestra decisión.
Considerando nuestra responsabilidad con cada estudiante y sus familias, con el país, y con nuestra institución en su conjunto, me permito reiterar el sentido de urgencia para el trabajo y comunicación que deben ser acordes a la naturaleza universitaria que nos reúne.
Es por lo tanto una tarea inmediata de los consejos de nivel, coordinados por sus Escuelas y estas por la Dirección de Pregrado, el abordar estos ejes y generar una propuesta específica, que atienda a la diversidad de situaciones y características. El tener avances significativos no puede esperar más y depende solo de esta comunidad, en la que cada cual tiene responsabilidades personales definidas y también compartidas y colectivas. Creemos que es completamente factible e imprescindible que en el curso de esta semana podamos demostrarnos avances que sustenten la continuidad de los procesos de aprendizaje.
Todos albergamos incertidumbres y temores; todos podemos ofrecernos la certeza del trabajo mancomunado, racional y respetuoso, cuidándonos como comunidad y haciendo realidad los valores que sustentamos. Como dirección de la Facultad hemos demostrado la disposición más amplia al diálogo y trabajo constructivo en pos del bien común. Hacemos un nuevo llamado a ello, en un momento en el cual la urgencia y riesgo en muchos ámbitos asumen rasgos que debemos reconocer en toda su dimensión.
Confiamos en la capacidad de esta comunidad de comprender la situación y asumir cabalmente sus responsabilidades, y en poder llegar juntos al momento de mirar hacia atrás con la satisfacción de haber superado en conjunto el muy complejo desafío que hoy tenemos por delante. Contamos con todas las voluntades e inteligencias al servicio de ello.
Dr. Manuel Kukuljan P.
Decano