Según explica el académico, quien además dirige el Laboratorio de Enfermedades Autoinmunes Oculares y Sistémicas (LEAOS), el International Uveitis Study Group (IUSG) está compuesto por los sub-especialistas y profesores de uveítis e inmunología ocular más importantes del mundo; nació hace más de 40 años y actualmente reúne a alrededor de 150 miembros, teniendo como objetivo contribuir al desarrollo del conocimiento e investigación en esta área de la oftalmología, para mejorar el manejo de pacientes con inflamación ocular y, de este modo, disminuir la ceguera por esta causa. Para ser aceptado en este prestigioso grupo, se debe cumplir una serie de requisitos de mérito en cuanto a formación formal en la especialidad, grado de dedicación y producción científica destacada, bajo un estricto estándar en cuanto a número y calidad de publicaciones de alto impacto. “Y cumplir con esto último es difícil, fundamentalmente porque se hace poca investigación en este tema, debido a la barrera que supone la escasez de fondos para hacer ciencia, que en general se adjudican más en el ámbito de ciencias básicas”, señala el doctor Urzúa.
En ese sentido, destaca que junto a los miembros de su laboratorio (LEAOS) han podido contribuir al conocimiento, pues “formamos un grupo humano multidisciplinario, que se gestó a partir de un proyecto FONDEF que nos adjudicamos en el 2018. En ese tiempo, existía un grupo de colaboración más clínico que básico-clínico, con pocos investigadores, pero logramos desarrollar investigación y una serie de publicaciones científicas que nos permitieron adjudicar y conducir este proyecto; así se encendió esta mecha, que nos llevó a que en la actualidad tengamos más de 10 proyectos adjudicados con fondos concursables nacionales e institucionales, así como colaboraciones con expertos de Chile y del extranjero”.
Como grupo de trabajo, añade, lograron localizar un área de interés que puede ser global. La uveítis, explica, es la inflamación de la capa intermedia del ojo, compuesta por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Esta inflamación puede ser producida por más de 30 entidades clínicas, “y entre ellas está la enfermedad de Vogt-Koyanagi-Harada o VKH, que en Chile reúne a un gran porcentaje de estos pacientes; de hecho, en nuestra experiencia clínica y en datos que hemos tenido la oportunidad de analizar y de publicar, hemos detectado que VKH es la primera causa identificable de uveítis en los policlínicos de atención terciaria de sub-especialidad de nuestro país. Y si comparamos estos resultados con los de cualquier otro país, especialmente en el hemisferio norte, observamos que ellos casi no tienen esta condición”.
En su opinión, esta situación podría deberse a un tema genético, “de ancestría amerindia similar a lo que sucede con el cáncer de vesícula, donde como país ocupamos los primeros puestos a nivel mundial. Sabemos que en Chile y Argentina hay mucha de esta entidad clínica y más arriba en la latitud ya no se ve esta condición, por lo que decidimos abocarnos a esta patología como el centro de atención de nuestras investigaciones”, dice el doctor Urzúa.
Nuevos biomarcadores
En ese sentido, destaca que están trabajando en revisar los criterios de evaluación de esta condición, sobre la cual hay controversia. “Por ello lo que más nos interesa es la generación de parámetros de valoración objetivos, como pueden ser nuevos biomarcadores moleculares que nos permitan evaluar en forma estandarizada el nivel de inflamación ocular del paciente o si el tratamiento está haciendo efecto”.
De esta forma, explica que “hace más de 15 años se reunieron los especialistas más importantes de este grupo internacional y establecieron las bases para calificar el grado de inflamación de esta capa intermedia del ojo, pero se ha visto que ese resultado depende y varía según el grado de experiencia del especialista. Por eso es que se necesitan parámetros objetivos estandarizados”.
Pero, además de ello, “a partir de esta patología hemos avanzado a otras áreas, y tenemos experiencia en los ámbitos de inteligencia artificial –en cuanto a imagenología+, en cirugía oftalmológica, y en biomarcadores de respuesta a tratamientos e investigación básico clínica, en los que tomamos datos que encontramos para VKH y lo extrapolamos a otras causas no VKH. Fue nuestro punto de partida para abrirnos al mundo en otro tipo de ideas”.
Integrar el IUSG ha representado “que desde el inicio surgieran colaboraciones nuevas que no teníamos; con investigadores en Singapur, por ejemplo, y posibles cooperaciones en estudios multicéntricos en los que no podríamos estar si no fuéramos parte de este importante grupo internacional. Así avanzaremos generando conocimiento en la inmunología del ojo, pero además potenciando la formación de nuevos recursos humanos avanzados para el país”, finaliza el doctor Urzúa.