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Más noticias

Parte cdel Comité Académico de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo que asistió a la reunión en Mar del Plata

Por el próximo bienio

Fortaleciendo la accesibilidad universitaria en el continente

El profesor Patricio Bustamante Veas, director del Departamento de Tecnología Médica, fue recientemente nombrado como coordinador del Comité Académico de Accesibilidad y Discapacidad de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo, AUGM, durante el VII Congreso de Extensión de la entidad, realizado del 13 al 15 de noviembre de 2024 en Mar del Plata, Argentina.

Un espacio de reflexión

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Del 25 al 29 de noviembre, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile transformó su Campus Norte en un espacio de reflexión y aprendizaje. A través de actividades como el conversatorio “Acoso y violencia sexual en el trabajo: desafíos en el marco de la Ley Karin” y la “Feria Alto a la Violencia”, se buscó sensibilizar a la comunidad universitaria respecto a la violencia basada en género y sus múltiples expresiones, especialmente en el ámbito de la salud.

La profesora Sara Tapia entregó un reconocimiento a la egresada María Yolanda Aybar Orellana

Y festejan a docentes y profesionales destacadas

Fonoaudiología celebra su día

En esta especial fecha, la Facultad de Medicina conmemoró los 52 años de su escuela de pregrado –la primera del país en impartir esta carrera-, además de una década desde la fundación del departamento disciplinar.

Región de Los Lagos

U. Chile y Senadis capacitan residencias de personas con discapacidad

El viernes 22 de noviembre, con una jornada de capacitación dirigida a funcionarias y funcionarios de trato directo, profesionales y directivos que se desempeñan en residencias de personas con discapacidad, se dio inicio a las capacitaciones Conversando y aprendiendo: autonomía de las personas con discapacidad en residencias, en la región de Los Lagos. La actividad se extendió durante todo el día, y tuvo lugar en la ciudad de Puerto Montt

A los talleres, dirigidos inicialmente a 36 profesores de tres colegios de Linares, asistieron 65 docentes de nueve establecimientos.

Mentes Transformadoras:

Porque la ciencia es tuya

El 18 de diciembre de 2024 este programa, perteneciente al área de educación del Instituto de Neurociencia Biomédica de la Facultad de Medicina, efectuará la ceremonia de cierre del proyecto Fondef bajo el cual desarrolló, implementó y evaluó su propuesta de desarrollo profesional docente en tres comunidades educativas de Linares. Asistirán 400 profesores, de los cuales 340 son quienes hubieran querido que este proyecto se realizará en sus escuelas; por ellos es que Gabriela Martínez, a cargo de la iniciativa, sigue adelante, con el fin de posibilitar su expansión a toda la región y a todo el país.

Produciendo sinergia y articulación institucional

Nace el Centro de Adicciones de la Facultad de Medicina

Nace el Centro de Adicciones de la Facultad de Medicina

Así lo explica el doctor Carlos Ibáñez, director de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica Universitaria y gestor de esta nueva iniciativa aprobada en Consejo de Facultad el 28 de septiembre de 2023: “las adicciones son un trastorno psiquiátrico y el consumo de sustancias es un problema de salud pública gigantesco. Una de cada diez muertes en Chile son producto del alcohol; el tabaco está relacionado con distintos cánceres y con patologías broncopulmonares y cardiovasculares, y la marihuana con desarrollo de psicosis. Las dependencias generan una carga enorme de enfermedades en nuestro país y esa es una urgencia hace años”.

Y es que, como detalla el proyecto, según el Estudio Nacional de Drogas en Población General 2018, 649.160 chilenos y chilenas entre los 12 y 64 años declaran tener un consumo problemático de alcohol y otras drogas, 17.183 de los cuales corresponden a niños, niñas y adolescentes entre 12 y 17 años, mientras que los mayores de 18 años suman 631.977. En 2018, la cobertura de tratamiento fue de 11.381 menores; es decir, dos de cada tres recibieron una intervención, mientras que sólo 66.986 adultos realizaron un tratamiento, lo que representa el 10% de la población total que declaró tener un consumo problemático de alcohol y otras drogas.

El abordaje de la Facultad de Medicina, según recuenta el doctor Ibáñez, comprende “a nivel de ciencia básica equipos como el de los doctores Yedy Israel, María Elena Quintanilla y Paola Morales, -del Programa de Farmacología y del Departamento de Neurociencia- que llevan años trabajando en adicciones, en particular al alcohol, investigando intervenciones biológicas para su tratamiento. El Departamento de Psiquiatría de Campus Oriente –con la doctora Anneliese Dörr- ha trabajado en los efectos del consumo de marihuana, especialmente entre los jóvenes”.  

A ello, añade que en Gastroenterología del Hospital Clínico –los doctores Jaime Poniachik y Juan Pablo Roblero- trabajan con personas que tienen daño hepático producto del alcoholismo, “por lo que están muy sensibilizados con prevenir y tratar esta situación antes de llegar a la necesidad de trasplante; por lo tanto, estamos colaborando con ellos en la generación de protocolos de atención y tratamiento de estos pacientes, así como en protocolos para investigación. Del Departamento de  Medicina Interna del mismo HCUCH, la doctora Teresa Massardo ha llevado adelante una línea de investigación en daño cerebral y vascular vinculado al uso de drogas. Y en Broncopulmonar intervienen habitualmente en el tabaquismo.  Así, a nivel clínico hay bastante interés y muchas capacidades ya instaladas”. 

En la propia CPU, detalla, “por una parte tenemos avances muy importantes en la adaptación e implementación de programas, como es el del modelo islandés para prevenir el consumo de drogas en jóvenes, al que se le han agregado distintas novedades, en conjunto con seis municipalidades de la Región Metropolitana, lo que habla también de un trabajo comunitario. Y, por otra, hemos desarrollado varios tipos de intervenciones con las cuales además podemos entrenar a psicólogos y a médicos en formación de la especialidad, con técnicas psicoterapéuticas y farmacológicas bastante novedosas. En ese sentido, hay pocas unidades en el país que tienen esta especialización, menos aún las universitarias; es una riqueza local muy potente”.

Y, finalmente, “académicos de la Escuela de Salud Pública, como los doctores Jorge Ramírez y Pablo Norambuena, han trabajado en materia de políticas públicas junto al Ministerio de Salud, en medidas ambientales como la regulación de la publicidad o el aumento de los impuestos al alcohol”.

Entonces, señala el doctor Ibáñez, “todos estos grupos hasta ahora han trabajado de forma independiente unos de otros. Por eso este centro los convoca a la colaboración; todos tenemos en común el interés de investigar y formar en la prevención y tratamiento de las adicciones y el consumo de sustancias, en generar un espacio de comunicación en donde se pueda desarrollar la docencia, la investigación y la extensión”. 

Propuesta de futuro

Con ese horizonte, están creando proyectos de investigación que apuntan a fondos concursables; “diseñando, por ejemplo, un ensayo clínico en pacientes de hepatología que tienen trastorno por consumo de alcohol, para probar una intervención usando un antioxidante y probióticos, de lo cual ya hay buenos resultados en modelo animal”. Otra propuesta “está orientada a la evaluación de indicadores del daño que produce el consumo problemático de alcohol a nivel comunal en contraste con el desarrollo preventivo de esas propias comunas”.

Además, agrega el doctor Ibáñez, “en el ámbito docente queremos generar un diplomado; y, en términos de extensión, tenemos lo que ya hemos hecho con la adaptación del modelo islandés para la prevención del consumo en seis comunas, así como otro proyecto orientado a apoyar a las familias, denominado Acuerdo Parental”.

¿Tienen en la mira postular a algún financiamiento tipo Anillo o Milenio?

Definitivamente sí, pero queremos ir un paso a la vez. Ese tipo de proyectos requieren de la participación de más de una universidad y eso nos interesa mucho. Pero primero queremos asentar las bases de nuestra colaboración interna, conocer bien lo que están haciendo los otros, para así generar proyectos que permitan sostener postulaciones más grandes. Evidentemente sería un norte bonito, eso está en la mente de nuestro grupo, generar ese financiamiento a largo plazo, que permita sostener un desarrollo más ambicioso; yo creo que están las condiciones para hacerlo.

¿Cómo ha sido el trabajo, doctor, con las distintas unidades, acostumbradas a una independencia proverbial?

Ha ido muy bien. Me ha sorprendido la buena disposición y las ganas de los colegas de colaborar en esto, veo que hay ganas de abrirse. Es tan multidimensional el problema de las adicciones que es muy difícil abordarlo desde una sola unidad. Y cada uno desde su lugar de trabajo se da cuenta que es necesario colaborar, que no nos podemos quedar solo en un aspecto cerrado porque la realidad se viene encima; eso lo vivimos todos. Entonces cuando hay una invitación y una posibilidad de generar este tipo de articulación es extremadamente positivo.

“Ahora, efectivamente que para que esto se sostenga también se tiene que reforzar lo que se están haciendo bien en cada unidad. Es la gracia, pues no estamos partiendo de cero, sino que con un camino bien importante ya hecho; cualquier cosa que se proponga tiene que asentarse sobre eso, además de generar alguna ganancia concreta para cada equipo en particular. Y ahí es muy fácil, creo yo, pensar en proyectos de investigación que permitan enriquecer esta línea en particular con algo que desde otra unidad se pueda aportar. El desafío va a ser cómo logramos generar proyectos que integren a dos o tres equipos distintos”.

En ese sentido, acota que “el hecho de estar reuniéndonos, de haber trabajado en un proyecto de lo que significa la creación del centro, discutiendo respecto a los objetivos que queremos, todo eso en sí ya genera cohesión, sinergia y un objetivo común de trabajo. Eso es lo más importante, esta visión conjunta que empezamos a elaborar hace casi dos años y que se ha sostenido en el tiempo”.

Por lo mismo, agrega que “es importante mencionar que el CESA sigue abierto a recibir a académicos de la Facultad de Medicina que estén trabajando o deseen desarrollarse en el campo del consumo de sustancias y adicciones desde su área de experiencia, pues a pesar de que hemos hecho el esfuerzo por identificar y convocar a todos los grupos que trabajan en esta materia, puede ser que hayamos omitido a algún equipo por desconocimiento”.

¿La mayor dificultad en el tema de las adicciones a nivel sanitario es la falta de camas; o la de financiamiento de programas a nivel general?

La verdad es que, en toda la salud mental, incluidas las adicciones, siempre hay que tener en mente la pirámide de servicios, en donde la base de esa pirámide es la atención primaria, porque allí se resuelve la gran mayoría de los problemas de salud, incluidas las adicciones. El tabaquismo, los trastornos con consumo de alcohol, sin otras comorbilidades y que no tengan una severidad alta, se pueden resolver en la atención primaria. Después tenemos la atención secundaria, como los centros de salud mental familiar o COSAM y otros de especialidad ambulatorios, que deberían ver los casos derivados que requieren un poco más de recursos y eso también está muy en falta. El Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025 tenía ya muy claras cuáles son las brechas de acceso a tratamiento en estos distintos dispositivos, pero no hay seguimiento de ese plan. La verdad es que son muy pocos los nuevos COSAM y se han seguido cerrando camas. Entonces, claro, lo más dramático es la punta de la pirámide; porque uno ve que, frente a un intento suicida grave, a una comorbilidad muy descompensada de una persona con adicción, no tienen donde quedar. Y en ese sentido se genera una tensión un poco falsa y muy poco útil al pensar que tenemos que colocar todo el esfuerzo en la base de la pirámide, como es la atención primaria, sin destinar más dinero a las hospitalizaciones porque son muy caras. Eso sería equivalente a decir que a un paciente con un infarto no se le puede poner un stent porque hay que trabajar en disminuir la hipertensión arterial. Son dimensiones distintas y las dos requieren de financiamiento.

Entonces, finaliza el doctor Ibáñez, “la falta de financiamiento significa problemas en todos los niveles. Nosotros como centro justamente tenemos la posibilidad de, por un lado, adaptar e implementar técnicas novedosas; por ejemplo, de medicina o psicoterapia basada en la evidencia, que han probado ser efectivas en el extranjero, y tenemos avances interesantes en esa línea. Es parte de los temas que queremos hacer. Y ojalá que con la nueva ley HCUCH lleguen nuevos recursos para fomentar el trabajo en adicciones”.