Así lo dio a conocer el doctor Emilio Herrera, director del ICBM, en la cuenta pública que dio con motivo de su primer año de gestión, en una ceremonia que se realizó el 15 de enero de 2025, presidida por el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctor Miguel O’Ryan, y que contó con la participación del subsecretario de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Cristián Cuevas, y el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, doctor Christian González-Billault, además de la presencia de diversas autoridades académicas e institucionales.
En su exposición, el doctor Herrera recordó que el inicio de este proceso de modernización comenzó en 2023, luego de un proceso de diagnóstico y evaluación tanto interna como por pares externos, y que partió por la creación de un nuevo reglamento, el cual fue aprobado tanto por la comunidad del instituto como, recientemente, por el Consejo de Facultad. “Con esta nueva organización, pasaremos de una estructura de nueve programas disciplinarios con poca interacción entre ellos, a cuatro núcleos interdisciplinarios articulados por la dirección del ICBM”, explicó, señalando que ellos son los de Biología Integrativa; Fisiología, Biofísica y Fisiopatología; Farmacología e Inmunología y, por último, Microbiología.
Continuó dando a conocer que, con el fin de dar nuevo impulso a la generación de conocimiento, establecieron tres ejes: de investigación básica integrativa, liderada por el doctor Fabian Magne; de investigación traslacional o aplicada, encabezada por el doctor Roberto Vidal, y de innovación, a cargo del doctor Steffen Härtel. En ese mismo sentido, modificaron o crearon fondos concursables, tales como los de Apoyo a la Investigación, API –ex proyectos Puente-, y el Fondo de Investigación Asociativa, FIA-2024, dirigido a académicos pertenecientes al ICBM y HCUCH; igualmente, anunció un nuevo fondo para iniciativas colaborativas entre el ICBM y la Escuela de Salud Pública. Por último, el doctor Herrera se refirió a las nuevas metas en materia de servicios y plataformas técnicas avanzadas, desarrollando una nueva estrategia de manejo asociada a un plan de negocios para fomentar el uso de REDECA y el Bioterio Central.
En términos de docencia de postgrado, el director relevó la implementación de un plan de apoyo a comités académicos; la creación de becas para estudiantes de las carreras de la salud que se imparten en la Facultad de Medicina; la rebaja de aranceles en los siete programas de Magíster que ofrece el ICBM y el nuevo concurso para las mejores tesis de Postgrado Doctor Jorge Allende. Pero, además, relevó que entre los próximos objetivos están la creación del Programa de Magister en Fisiología y Fisiopatología, extender la articulación pre y posgrado entre las carreras de pregrado y los programas de magíster del ICBM, avanzar hacia un perfil de internacionalización y robustecer la integración de los Programas de Magíster del Campus Eloísa Díaz.
En cuanto al pregrado, si bien destacó las dificultades que supone una menor dotación académica producto de procesos de retiro, informó que realizaron la primera versión del curso “Introducción a la vida universitaria (CIVU)”, y avances en el proceso de ajuste curricular en conjunto con las ocho escuelas de pregrado, estableciendo un ciclo básico que define el trayecto formativo en ciencias biomédicas para estas carreras, finalizando con el grado de Bachiller en Ciencias.
Además, destacó los avances en las áreas de extensión y bienestar, así como en infraestructura, realizados o en carpeta; la creación de una nueva página web, vigente desde esa misma jornada y la caracterización de la comunidad del ICBM, “pues sabemos que somos 140 académicos y 160 funcionarios administrativos, auxiliares, técnicos y profesionales contratados, pero no teníamos claro quienes habitan nuestros laboratorios. Realizamos una especie de censo en nuestros programas y llegamos a la extraordinaria suma de 780 personas, de las cuales la mitad son estudiantes de pre y postgrado”.
Finalmente, el doctor Herrera dijo que “el primer paso para mejorar o solucionar un problema es reconocer que hay uno, y en eso hemos sido buenos en los últimos cinco años. Los invito a dejar de ser espectadores de los cambios y tomar el protagonismo para ser generadores de ellos, los que damos soluciones concretas, los que formamos a los profesionales de la salud y los que lideramos la investigación biomédica de nuestra querida nación”.
Ciencia, el motor del desarrollo
Al abrir este encuentro, el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan, felicitó a la comunidad del ICBM por el esfuerzo que representó el inicio del proceso de modernización, para luego ahondar en el significado fundamental de avanzar aún más en la integración, en la transdisciplina “y en la optimización de lo que cada uno de ustedes hacen, con una mayor focalización en el proceso investigativo, que es su esencia”.
Con ese fin, destacó en primer término la importancia del desarrollo de nuevos proyectos, “donde se vierte toda la inteligencia, talento e historia que uno tiene como académico para avanzar el proceso investigativo y finalmente a la publicación, en áreas de alta pertinencia para apuntar a problemas de salud de nuestra población y el mundo”. Luego, ahondó en el ineludible rol educativo y formador para las nuevas generaciones que tiene el ICBM, “pues está embebido en nuestra Facultad de Medicina, y ahí el rol es enseñar a los futuros profesionales a pensar con un razonamiento científico, de donde deriva finalmente el pensamiento crítico que debe impregnar a cada una de las ocho profesiones de salud que nos competen”.
Asimismo, dijo que “nos compete, además, ser actores sociales. Tenemos que convencer a la sociedad de la relevancia fundamental de la ciencia y de la evidencia para nuestro desarrollo sustentable como Humanidad. En todo ello, a mi manera de verse sustenta ni más ni menos que el futuro de la medicina académica, que hoy está fuertemente cuestionada, está en análisis profundo porque se percibe un cierto extravío en el rumbo. Los ejercicios de modernización y de reflexión que ha hecho el ICBM creo que apuntan en el sentido de correcto de cómo irle dando una direccionalidad a la medicina académica de los próximos decenios. Y tenemos que convencer a la sociedad de la bondad que existen invertir en ciencia, para que ella logre convencer a la autoridad que efectivamente es un motor importante del desarrollo invertir en nuevas tecnologías, en recursos humanos capacitados y en formación de nuestra juventud como un valor ineludible del desarrollo de nuestra sociedad mirando a futuro”.
Por su parte, el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, doctor Christian González-Billault, reflexionó respecto de la historia del Instituto de Ciencias Biomédicas, “que tras su fundación a finales de los 90, el ICBM ha sido un pilar fundamental para el desarrollo de las ciencias biomédicas en Chile y un referente en investigación, formación de postgrado, innovación y extensión. Su creación fue un paso audaz que reconoció la necesidad de una mayor integración entre la investigación básica, clínica y aplicada, así como entre la docencia y la extensión; esto ha contribuido a que la Universidad de Chile se posicione como un referente en el ámbito biomédico de América Latina. Un aspecto de especial de relevancia para esta vicerrectoría es la destacada contribución de este instituto a la generación de conocimientos científicos, liderando investigaciones de alto impacto en áreas como neurociencia, inmunología, biología celular, enfermedades crónicas y la genómica, con impacto directo en la salud pública y el desarrollo de nuevas terapias y tratamientos que benefician a nuestros compatriotas”.
Además, destacó la participación de sus académicos en centros de excelencia como el Centro de Estudios Moleculares de la Célula; el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia; el Instituto de Neurociencia biomédica; el Centro de Estudios Avanzados en Enfermedades Crónicas; el Centro de Investigación avanzada en Educación; el Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad; el Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo; el Centro Nacional de Inteligencia Artificial y el Centro para el Control y la Prevención del Cáncer. “Esta contribución es diversa, es transdisciplinaria y aborda aspectos que son necesarios para la solución de problemas a través de ciencia básica, aplicada y de la innovación”.
A ello agregó lo que fue la labor realizada como primer ministro de Ciencia y Tecnología del doctor Andrés Couve, académico del ICBM, cuyo sucesor fue el doctor Flavio Salazar, también integrante de esta comunidad; el aporte del instituto en la formación de las nuevas generaciones de investigadores y profesionales altamente calificados en sus programas de postgrado, como es el Doctorado en Ciencias Biomédicas. Posteriormente, relevó el papel crucial que desempeñó el ICBM durante la pandemia por Covid-19 “en la comunicación de la información científica clara y accesible, liderando estudios de seroprevalencia y colaborando con el Ministerio de Salud en el diseño estrategias de vacunación”.
Por ello, celebró que el ICBM presente una propuesta de renovación, señalando que “la posibilidad de construir un plan para los próximos diez años a través del Fondo de Investigación Universitario de Frontera, FIUF, es una oportunidad también de materializar proyectos e ideas que respondan a los desafíos del país y por lo tanto los invitamos a ser parte de esto”.
La transdisciplina, sustantivo y verbo
Al dirigirse a los presentes, el subsecretario de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Cristián Cuevas felicitó la cuenta presentada por el doctor Herrera “en honor de avanzar hacia un ejercicio transdisciplinario en esta nueva forma de estructurarse orgánicamente, con vista tanto en el compromiso del ejercicio disciplinar como en relevar el ejercicio de pre y posgrado en estos desafíos; de integración, por ejemplo, para dar cuenta de entender una vinculación con el medio bidireccional, la oportunidad que tienen de acceder a espacios donde es posible retroalimentar el ejercicio de la investigación y, por cierto, también a la docencia”.
“Es innegable el gran aporte que hacen y el que hicieron hace unos pocos años cuando enfrentamos la pandemia de Covid-19, y no sólo lo hicieron hacia adentro, con estudios sobre el virus mismo, las nuevas variantes y las nuevas vacunas. También tuvieron un rol vital en la educación de la población. Así nos dimos cuenta que es necesario tener Estados robustos, que articulen con sus academias para poder hacer frente a esa magnitud de incertidumbre. Ustedes estuvieron a la altura de tener un Estado que logró abordar el desafío; sin duda que hay que mejorar, pero fue un ejercicio donde el ICBM fue un gran colaborador para poder sortear esta situación, demostrando que es posible tener un ejercicio investigativo y trabajar con otros investigadores e investigadoras con un objetivo de ayuda al país, e hicieron una transformación tecnológica importante demostraron la capacidad que tiene la ciencia en Chile y que esta tiene un nivel mundial”.
Por otra parte, destacó la transdisciplinariedad como concepto base del ICBM y que también es uno de los de los pilares de su ministerio en los últimos tres años, “junto con la articulación de los diversos conocimientos; otro elemento que ya es parte de ustedes. Para fortalecer esa ciencia que hoy se hace en Chile es como es que como gobierno decidimos avanzar en un cambio que es trascendental en la forma en cómo financiamos la investigación en el país, un desafío tremendo, combinando los proyectos competitivos con un financiamiento basal y estructural para las universidades y, de esta forma, ir avanzando en un desarrollo que se sustenta en ciencia y tecnología. Esto nos enfrenta a desafíos de mejora en la gestión, por cierto, pero también en un avance serio, estructural y así es como pensamos Fondo de Investigación Universitario de Frontera, FIUF, de frontera por el nivel de excelencia que cumple la Universidad de Chile. Con este fondo queremos transformar el ecosistema de investigación chileno y lo haremos aumentando progresivamente y de manera responsable el gasto, fortaleciendo las capacidades de investigación fundamental y aplicada, la transferencia de tecnologías y la creación de spin off universitario de empresas de base científica tecnológica. Este instrumento se puede transformar en una herramienta que colabore con la construcción de un país más justo y sostenible para el país y es deseable que este tipo de proyectos colabore con los gobiernos regionales, con las estrategias regionales de desarrollo, de innovación, y la Universidad de Chile, en su espíritu de impacto nacional ese desafío se multiplica por cada una de las regiones que configura nuestro país”.
Durante la ceremonia se homenajeó a académicos y funcionarios que se acogieron a proceso de retiro voluntario por jubilación, como son Carmen Alcayaga, Diego Bustamante, Julia Carrillo, Mónica Flores, María Soledad Guzmán, Yedi Israel, Enrique Jaimovich, Américo López, Jacqueline Román, María Josefa Serón y Ana María Vega.
El premio a las mejores tesis de postgrado “Doctor Jorge Allende” fueron para la tesis de Magíster de Sandra Benavides y de Doctor de Jonathan Morales.
La jornada continuó con una charla magistral a cargo de la doctora Cristina Dorador, académica de la Universidad de Antofagasta, acerca de la "Vida microbiana de los salares y su potencial en biomedicina”; la premiación de los posters expuestos durante la actividad y con un foro de innovación en el que participaron destacados actores del área que discutieron sobre tendencias, desafíos y oportunidades en la materia.