—Chat, últimamente me he sentido muy mal. Siento el pecho oprimido, ganas de llorar todo el tiempo, y me cuesta mucho salir de mi cama, ¿Qué puedo hacer?
—“Lamento mucho que estés pasando por esto, suena realmente abrumador. Los síntomas que describes pueden estar relacionados con depresión, ansiedad u otra condición de salud mental que requiere atención profesional. No es tu culpa sentirte así, y no es algo que debas enfrentar solo.
Algunas acciones inmediatas que puedes considerar: Hablar con un profesional: Un psicólogo o psiquiatra puede evaluar tus síntomas y ofrecer apoyo, terapia o medicación si fuera necesario; Contarle a alguien de confianza: Puede ser un amigo cercano o un familiar. Compartir lo que sientes ayuda a no cargarlo sola; Pequeños pasos diarios: Aunque sea difícil, intenta moverte un poco, tomar aire fresco, hidratarte o comer algo. Son acciones simples, pero importantes; Evitar aislarte completamente: Mantener contacto, aunque sea breve, con alguien cercano puede aliviar la sensación de soledad.
Líneas de ayuda: En Chile, puedes contactar con personas que te escuchan y apoyan:
- Teléfono Salud Responde: 600 360 7777
- Fono Salud Mental UC: 600 433 8000
- SOS Chile (emergencias emocionales): 800 726 666
Si en algún momento sientes que podrías lastimarte o que no puedes manejar la angustia, busca ayuda de inmediato: llama al 133 (Carabineros) o acude a la urgencia más cercana.
No tienes que sobrellevar esto solo. Si quieres, puedo ayudarte a armar un plan de pasos concretos para estos días, que sea pequeño y manejable para no sentirte abrumada. ¿Quieres que hagamos eso?
Preguntas cotidianas, respuestas inmediatas
Interesante, ¿No? Preguntas como la planteada se han vuelto bastante habituales desde la irrupción de la Inteligencia Artificial en el mundo digital. La utilización de herramientas de IA en la vida cotidiana ha transformado la forma en que las personas acceden a información sobre su bienestar.
En este caso, la respuesta, extraída textualmente de un chat de inteligencia artificial, se caracteriza por ser empática y entregar posibles motivos del malestar, además de recomendar acudir a un profesional y proporcionar líneas de ayuda en Chile, como Salud Responde o SOS Chile.
A simple vista, la información que entrega la IA es bastante completa y, al parecer, útil. Pero surge la pregunta: ¿realmente es precisa y segura?
En la búsqueda de responder a esta interrogante, conversamos con la doctora Vania Martínez, académica del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (CEMERA) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay, quien analizó los beneficios y peligros de esta tecnología, destacando su potencial como una herramienta de apoyo en la labor profesional, pero también advirtiendo sobre las consecuencias de reemplazar la atención médica por la consulta a un chat.
Entre la accesibilidad y la confianza digital
“Esta práctica no es tan rara como parece”, señaló la doctora Martínez. “Las personas suelen buscar primero en internet, ya sea en Google o ahora en la Inteligencia Artificial, antes de acudir a un profesional. Si antiguamente le preguntaban a la vecina sobre remedios para el dolor de estómago, ahora le preguntan a la IA”, comentó.
Una de las razones, según la académica, está asociada a la comodidad y gratuidad: “La IA está disponible, es accesible, gratuita y puede entregar información que tranquiliza en un primer momento”.
Sin embargo, a pesar de ser un factor relevante, el fácil acceso no constituye la motivación principal. En investigaciones realizadas en Núcleo Milenio Imhay, donde se evaluó el uso de una aplicación piloto de salud mental en estudiantes universitarios, se observó que la principal razón por la cual muchos jóvenes optan por consultar a la IA en lugar de acudir a un profesional, responde a barreras personales: “Detrás de la decisión de preguntarle al chat, muchas veces operan factores internos. No es la falta de horas ni el costo asociado, sino la idea de que pueden manejar los síntomas por sí mismos”, explicó la doctora. “Esto provoca que muchos jóvenes no busquen apoyo, incluso cuando sus síntomas son graves”.
Salud mental: riesgos y oportunidades
En el ámbito de la salud mental, los riesgos conviven con oportunidades. Estudios realizados por la doctora Vania Martínez junto al equipo de CEMERA, muestran que, además de los factores ya mencionados, “algunos jóvenes prefieren hablar con un chat porque sienten que no molestan a nadie”, señaló la profesora.
Según la académica, la disponibilidad 24/7 de la IA elimina las barreras comunes, como el temor a interrumpir en horarios inadecuados, o la vergüenza de sentirse juzgados, entre otros. En este sentido, la doctora Martínez considera que el formato “Chat de IA” puede convertirse en un complemento útil en situaciones críticas: “En la experiencia que adquirimos con la aplicación piloto, en la cual había un chat directamente respondido por psicólogos, comprobamos que los estudiantes eran reticentes a iniciar la conversación con los profesionales, pero que respondían con más confianza cuando el psicólogo iniciaba el diálogo”.
El motivo de esta reticencia es simple: “Muchos de ellos minimizaban sus necesidades, creyendo que debían dejar el espacio a alguien que realmente lo necesitara, y para otros, el temor a molestar o a ser juzgados era mayor que su necesidad de ayuda”, puntualizó.
Con el fin de superar estos obstáculos y aprovechar los beneficios de esta tecnología, actualmente el equipo de la doctora Vania Martínez trabaja en el entrenamiento de un chat de IA especializado en salud mental: “Queremos lograr que este chat realice una evaluación inicial de riesgo suicida y pueda derivar oportunamente a un servicio de urgencia o línea de ayuda”, explicó.
Aun así, los desafíos persisten: “A pesar de que este chat especializado sea entrenado por especialistas, estos profesionales también son humanos, y los humanos cometemos errores. Por esto, la posibilidad de que el chat entregue consejos inadecuados o minimice problemas que sí requieren atención urgente siempre existirá, al igual que en las consultas presenciales, donde la atención humana también puede ser inadecuada o entregar diagnósticos errados”, advirtió.
El riesgo del autodiagnóstico
Para la doctora Martínez, la inteligencia artificial “tiene un enorme potencial de aplicación en diversos ámbitos de la salud, principalmente como complemento a la labor de los profesionales”. No obstante, señaló que “el riesgo aparece cuando las personas sustituyen la consulta médica por lo que responde un chat”.
Los autodiagnósticos errados pueden tener consecuencias graves: “Si un dolor abdominal es interpretado por la IA como un malestar leve, cuando en realidad es una apendicitis, la demora en consultar puede ser peligrosa”, ejemplificó.
Además, autoasignarse etiquetas diagnósticas puede generar efectos psicológicos negativos: “Ponerse la etiqueta de un trastorno sin confirmación profesional puede provocar angustia innecesaria o, por el contrario, llevar a minimizar un problema que sí requería atención”, señaló.
El impacto alcanza incluso a la relación médico-paciente: “Muchas personas llegan convencidas de que tienen algo porque se lo dijo la IA, y eso puede generar tensión con los profesionales”, sostuvo. Por esto, subrayó que la clave está en el acompañamiento: “La IA puede ser un buen primer acercamiento, pero no sustituye la evaluación de un especialista”.
Educación, regulación y futuro
Frente a este escenario, la académica subraya la necesidad de avanzar en alfabetización digital: “Queramos o no, la IA ya existe, y cada vez se integra con mayor fuerza en nuestra sociedad y a las actividades que realizamos a diario”. Por esto, afirmó que “no se trata de prohibir la tecnología, sino de enseñar a usarla bien, verificando fuentes confiables y sabiendo qué hacer con esa información”.
Por este motivo, la educación debe comenzar temprano: “Los colegios y universidades debieran incorporar el uso crítico de la inteligencia artificial como parte de la alfabetización digital”, propuso.
En este ámbito, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile es pionera, con la reciente publicación del libro “Humanizar la Inteligencia: Orientaciones para un uso ético y transformador de la IA en la educación y la investigación en salud” que busca ser una herramienta viva y en constante actualización, que sirva como hoja de ruta para un uso reflexivo, crítico y transformador de la inteligencia artificial en la formación e investigación en salud.
Por otra parte, los profesionales de la salud también enfrentan un desafío: “Tenemos que ser humildes y reconocer que los pacientes hoy llegan con más información, y eso nos desafía a actualizarnos y dialogar con ellos”, señaló la doctora Martínez.
A ello se suma el debate regulatorio: “Las empresas deben hacerse responsables del uso ético de la inteligencia artificial, sobre todo en ámbitos sensibles como la salud, donde las respuestas que entregan sus tecnologías pueden afectar directamente la salud de las personas”, enfatizó.
El avance de la IA en medicina es innegable. Para la doctora Vania Martínez, el reto está en aprovechar su potencial sin olvidar los riesgos: “Hace cinco años yo no habría pensado en incorporar la inteligencia artificial a nuestras aplicaciones de salud mental, pero hoy creo que sería imposible no hacerlo”.
Y concluyó con una reflexión clave: “No se trata de preguntarnos si la inteligencia artificial será parte de la salud, porque ya lo es, sino de cómo la utilizamos para que realmente mejore la atención de las personas”.
¿Y tú qué piensas de la IA? ¿Aliada o un riesgo para la salud?