Realizada el jueves 16 de octubre en el Auditorio Alberto Donoso del Campus Norte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, la actividad fue organizada por el Departamento de Bioética y Humanidades Médicas de nuestro plantel. El encuentro convocó a expertos y expertas que, desde diversas disciplinas, abordaron los desafíos éticos, científicos y culturales de la restauración ecológica y la convivencia multiespecie, con el propósito de repensar nuestra relación con la Tierra.
Durante las palabras de bienvenida, la doctora Alejandra Jara, académica del plantel organizador, contextualizó el origen del encuentro: “La génesis de esta actividad surge en abril del presente año. Desde nuestro departamento organizamos este coloquio motivados por la lectura del libro del doctor Cristian Moyano, Ética del Rewilding. Esa obra nos permitió darle cuerpo a esta reflexión interdisciplinaria sobre nuestra responsabilidad frente al planeta”.
La doctora Jara subrayó además la dimensión simbólica del evento y su invitación a repensar el modo en que concebimos la Tierra: “En los tiempos actuales, en que se ha tornado importante el uso apropiado de los pronombres, es razón de más preguntarse cuál será el más adecuado para nuestro hogar, la Tierra. Si la nombramos como ‘él’, evocamos su fuerza y vigor; si la pensamos como ‘ella’, recordamos su capacidad de protegernos y acogernos. Ambas miradas nos hablan de un mismo hogar que hemos de cuidar”.
Luces y sombras del rewilding
La primera exposición del coloquio estuvo a cargo del doctor Cristian Moyano Fernández, filósofo, doctor en Ciencia y Tecnologías Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, quien ofreció la charla “Rewilding: un análisis interdisciplinar de sus luces y sombras”.
“El rewilding es un asunto muy complejo, porque estamos entrando en diálogo con otras especies y eso tiene múltiples impactos a muchas escalas distintas”, señaló el investigador al iniciar su presentación. A partir de una experiencia personal con un zorro —símbolo de interdependencia entre humanos y naturaleza—, explicó cómo las interacciones con la vida silvestre revelan la complejidad de los vínculos ecológicos, emocionales y éticos que sostienen la existencia.
Para el doctor Moyano, comprender el rewilding requiere reconocer que “la vida es mucho más compleja, mucho más entrelazada e interdependiente. No somos seres atomizados ni separados del resto de los vivos; dependemos de los vínculos y de los sistemas que formamos con ellos”.
El investigador situó el debate en el contexto de la actual crisis ecológica y de biodiversidad: “Estamos en una situación crítica: los estudios muestran que el 73% de las poblaciones de vida silvestre se ha perdido en las últimas décadas. Solo el 4% de la biomasa de mamíferos corresponde hoy a animales silvestres; el resto somos humanos y ganado. Esa cifra habla por sí sola”.
Ante ese escenario, explicó, el rewilding surge como una estrategia biológica y ética orientada a restaurar la funcionalidad de los ecosistemas: “El rewilding busca recuperar la vida silvestre y la autonomía de los procesos naturales. Se trata de dejar espacio a la naturaleza para que se recupere por sí misma, de permitirle florecer sin nuestra intervención constante”.
Recuperar los vínculos naturales
El doctor Cristian Moyano definió el rewilding como una estrategia de conservación con una ética ecocéntrica: “Su preocupación principal no es solo proteger a los seres humanos o a especies específicas, sino preservar los ecosistemas completos, las comunidades bióticas que conforman la vida del planeta”.
Explicó además que esta práctica se basa en la regla de las tres C: Cores, Corridors y Carnivores, es decir, mantener núcleos protegidos de biodiversidad, conectarlos mediante corredores ecológicos y asegurar la presencia de carnívoros que completen las cadenas tróficas. “Estas tres dimensiones —núcleos, corredores y carnívoros— permiten recuperar las funciones ecológicas que sostienen la vida”, puntualizó.
Para ilustrar su impacto, mencionó el caso emblemático de Yellowstone, donde la reintroducción del lobo gris transformó el ecosistema. “Cuando los lobos regresaron, los ciervos dejaron de sobrepastorear y la vegetación se recuperó. Esa regeneración trajo de vuelta a otras especies y equilibró incluso los ríos. Es un ejemplo clásico del efecto cascada del rewilding”.
El investigador español expuso también los beneficios múltiples que genera esta práctica: “El rewilding puede contribuir a mitigar el cambio climático, reducir el metano liberado por el ganado, aumentar la biodiversidad y prevenir incendios al mantener el equilibrio de la vegetación. Además, tiene efectos positivos sobre la salud global y el bienestar humano”.
Asimismo, agregó que “vivir en entornos biodiversos mejora nuestra microbiota y fortalece el sistema inmunológico. También tiene beneficios psicológicos y sociales, porque reconecta a las personas con espacios más amables y saludables”.
El investigador compartió ejemplos donde la pérdida o recuperación de fauna ha afectado la salud humana: “Cuando los buitres desaparecieron en la India por intoxicación con diclofenaco, aumentaron los cadáveres en descomposición y surgieron nuevos brotes infecciosos. En cambio, al reintroducir anfibios en Centroamérica, disminuyeron los casos de malaria porque los mosquitos recuperaron a sus depredadores naturales”.
Rewilding en Chile: oportunidades y dilemas éticos
Refiriéndose al contexto chileno, el doctor Cristian Moyano valoró el trabajo de fundaciones y comunidades que impulsan la restauración ecológica: “Chile tiene ejemplos notables de rewilding, como la creación de parques nacionales y corredores biológicos por parte de la Fundación Rewilding Chile. Estas iniciativas protegen especies emblemáticas como el huemul, el puma o el ñandú y fortalecen la conectividad ecológica del territorio”.
No obstante, advirtió sobre la necesidad de abordar los conflictos socioambientales asociados: “Aplicar esta estrategia es complejo. En ocasiones, la creación de parques puede entrar en tensión con los derechos y soberanía de pueblos originarios. Por eso debemos preguntarnos si los fines de la conservación justifican siempre los medios empleados”.
Desde una mirada filosófica, el investigador sostuvo que “el rewilding no debe ser una práctica colonial ni imponer modelos externos, sino un proceso dialogante con las comunidades locales y sus saberes. Hacer rewilding no es solo restaurar la naturaleza, sino también reconstruir nuestras relaciones sociales y éticas con ella”.
El doctor Moyano agrupó los principales retos del rewilding en tres dimensiones. Primero, los epistemológicos, que cuestionan si es posible recuperar una “naturaleza prístina” en el contexto actual del antropoceno: “La influencia humana llega incluso a los rincones más remotos del planeta. Por eso, más que volver a un estado puro, se debe buscar reducir nuestra huella y permitir que los ecosistemas se regeneren en un nuevo equilibrio”.
En segundo lugar, los socioculturales, que implican superar la falsa dicotomía entre humanidad y naturaleza: “No podemos olvidar que también somos naturaleza. Renaturalizarnos a nosotros mismos es parte del desafío ético”.
Finalmente, los multiespecie, que obligan a considerar la ética animal junto con la ecológica: “Cuando reintroducimos especies, debemos velar por su bienestar. No se trata solo de ecosistemas funcionales, sino de vidas concretas que merecen cuidado”.
“Desde la bioética, hacer rewilding no es decidir qué es bueno o malo, sino poner en diálogo diferentes valores: la autonomía de las especies, la justicia ambiental y la beneficencia hacia todos los seres vivos”, concluyó el investigador.
Hacia un nuevo contrato con la naturaleza
El coloquio continuó con la charla “Del mejoramiento tradicional al moderno: herramientas para la resiliencia”, dictada por la doctora Claudia Stange, profesora titular de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile; “El rol del rewilding en la conservación del ecosistema”, a cargo del doctor Álvaro Promis, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, también de la U. de Chile; y “Rewilding y eco-suicidiología”, presentada por la doctora Sandra Baquedano, profesora titular de la Facultad de Filosofía y Humanidades U. de Chile.
La jornada culminó con las palabras de cierre de la profesora Gabriela Huepe, directora del Departamento de Bioética y Humanidades Médicas, quien destacó la relevancia de integrar la ética ambiental al quehacer universitario y sanitario.
El coloquio dejó abierta una invitación a continuar el diálogo entre ciencia, filosofía y ética. En palabras del doctor Cristian Moyano: “No se trata de decir un sí o un no absoluto al rewilding. Se trata de hacerlo bien, con prudencia, con justicia y con sensibilidad hacia todas las formas de vida. Solo así podremos construir un futuro verdaderamente común con la naturaleza”.