Según explica Colomba, siempre tuvo interés en la enseñanza; incluso, desde antes de ingresar a la Universidad de Chile, ya ofrecía clases particulares, y cuando era estudiante trabajó como ayudante. Por eso, cuando en su escuela informaron de la posibilidad de obtener una beca para ingresar a alguno de los programas de Magíster que se imparten en nuestro plantel, no lo dudó: “era una oportunidad increíble, porque tampoco es fácil pagar algo así siendo recién egresada”.
Así, ya casi está finalizando el primer año de estudios, durante el cual, y mediante el sistema de módulos mensuales, ha profundizado respecto de “teorías de aprendizaje, estudiando el conocimiento, cómo se aprende; vimos filosofía, política, fundamentos, todo eso. Cómo se desenvuelve la educación en un contexto social. También, cómo diseñar un perfil de egreso, una malla curricular, planes de estudio; a trabajar con simulación clínica. Y ahora todo calza; por ejemplo, sabemos a cuánto equivale cada crédito y por qué no se puede sobrepasar en algún ítem. Es como que se abre el cerebro, básicamente; cómo uno ve la docencia, pero como tras bambalinas. Y me encanta”.
Además, añade, “tengo 13 compañeros, todos del área de la salud, y son un grupo muy diverso con los que hoy somos amigos, trabajamos muy bien juntos y es muy entretenido”.
Y ahora que has visto la trastienda de la docencia; ¿tienes un espíritu más crítico respecto de lo que te tocó recibir en términos formativos, o quizás más comprensivo?
Uno igual se vuelve más crítico porque se da cuenta de lo que se puede mejorar, pero también comprendiendo que, primero, no todo el mundo tiene el acceso a la formación que estoy teniendo, porque objetivamente es un privilegio ganar esta beca. Pero al final todo se puede mejorar, y esa es mi idea: al terminar el magister quiero postular a la escuela como docente para impartir clases en base a lo que estoy aprendiendo. Por otra parte, todos los días va renovando el aprendizaje, el cómo se enseña, introduciendo tecnologías como el uso de la inteligencia artificial, o el apoyo que se debe prestar a estudiantes que pasan por etapas de bajo rendimiento; el desafío está ahí, en complementar el lado crítico y el empático, para desarrollar una mejor docencia.
Su deseo, añade es continuar con estudios de doctorado, pero también seguir el ejemplo de docentes que son sus referentes: “el profesor Pablo Gálvez, actualmente director de la Escuela de Obstetricia, porque tiene ese trato con las personas que es muy amable y cercano, como que inspira a ser un mejor docente. También la subdirectora de la escuela, profesora Marcela Goldsack, que fue mi tutora de tesis; en un momento, en primer año, yo me quería salir de la carrera, y me tocaron simulaciones clínicas con ella, y me volví a enamorar de la carrera gracias a su forma de enseñar, por cómo explica, cómo es su esencia. Y también está la profesora Marisa Villagrán, que es una fuente de inspiración también muy grande; todos ellos implementan la docencia a partir de poner al estudiante en el centro y desde una perspectiva biosicosocial, como debería ser la educación. Y es que empoderar a alguien en su conocimiento y enseñarle con cariño hace toda la diferencia.
¿Crees que este programa de magister te abrirá nuevas alternativas laborales?
Yo siento que abre puertas. Porque si a alguien realmente le gusta la docencia, es necesario tener un posgrado para impartirla; de hecho, las universidades ya no están contratando a personas que no lo tengan. Aparte, creo que cada día hay que tener más especialidad para destacar en el mundo laboral. Y este Magister es súper completo, muy integral. La presencialidad también ayuda a que tenga dinamismo y un mayor enfoque. Aunque ha sido difícil coordinar mis turnos con las clases, que son semanales, pero en el hospital me han apoyado para cambiarlos cuando ha sido necesario y casi no he tenido que faltar.
Para postular a la beca para cursar estudios de posgrado en la Facultad de Medicina, Colomba explica que los requisitos más importantes son: estar matriculada en último año de la carrera, tener promedio de notas hasta el proceso de licenciatura superior a 6,0, y presentar una carta de intención y dos de recomendación. “Lo que más pesa es la carta de intención, un 60%; por eso, no hay que desanimarse si es que el promedio no es muy alto”. Por eso, llama a todos los estudiantes de las ocho carreras que imparte la Facultad de Medicina interesados en obtener alguna de estas becas de articulación a postular, pues el proceso para el año académico 2026 estará abierto entre el 3 de noviembre y el 9 de enero próximo.