El equipo tras el proyecto, denominado "Exploración de la percepción de usuarios, agentes tradicionales de salud y equipo de salud acerca del acceso, atención intercultural y participación de población indígena en el centro de salud mapuche Kallfulikan Ruka Cesfam Los Castaños, La Florida", está integrado por los profesores Mónica Manríquez, Cristián Lagos, José Miguel Gómez, Jame Rebolledo y Camila Miño, todos del Departamento de Kinesiología de la Facultad de Medicina, así como la profesora Verónica Figueroa, del Instituto de Asuntos Públicos, y miembros de la agrupación mapuche Kallfulikan, como son el lonko Samuel Melinao y el machi Manuel Lincovil.
"El Programa Especial de Salud para Pueblos Indígenas, PESPI, es una iniciativa que lleva varios años, pero no es demasiado conocido ni ha sido implementado de igual forma o con similar éxito en todas partes, y a lo que apunta es a ofrecer en Centros de Salud Familiar de diferentes regiones y comunas del país, la posibilidad de atención en salud intercultural", explican los docentes.
A ello, la profesora Manríquez explica que "la línea de Gestión y Salud Pública del Departamento de Kinesiología tiene a cargo los cursos de pregrado que están vinculados con las temáticas de salud pública y gestión en salud con mayor énfasis en lo relacionado al estudio del movimiento humano. Es aquí donde encontramos los cursos de Determinantes Sociales de la Salud, y Programas de Promoción y Prevención en Salud, en los cuales comenzamos nuestro trabajo relacionado con pueblos originarios, etnias y diversidad cultural. En términos de investigación, hemos abordado la generación de diversos proyectos, y en esa área nos ha interesado ahondar en distintas temáticas relacionadas con poblaciones vulnerables. Así es como presentamos este proyecto sobre salud intercultural, especialmente en población mapuche, enfocados en esta propuesta del Ministerio de Desarrollo Social, orientada a recoger información sobre experiencias que han sido exitosas y que permiten contribuir a la disminución de la pobreza".
Y es que, según agrega el profesor Lagos, "dentro de esta línea de determinantes sociales de la salud se considera que la pertenencia étnica es uno de los factores gravitantes en la salud de las personas, en cuanto a qué se enferman, qué hacen cuando eso pasa o cómo acceden a prestaciones sanitarias. Desde ese enfoque, pensamos que la pertenencia étnica no ha sido abordada de manera cabal, ni a nivel de docencia en el pregrado ni tampoco en investigación. Así, el año pasado iniciamos esta línea en ambos sentidos".
"Llevamos cerca de dos años trabajando el tema de la salud intercultural, tratando de que tenga mayor presencia en la formación de pregrado. Por ejemplo, las tasas de población migrante han aumentado al doble en los últimos años, antes era del 1% y ahora es más del 2% del total. Por ello, el personal de la salud que formamos estará inserto cada vez en mayor variabilidad cultural; lo mismo sucede con población indígena, que cada vez más está viviendo en zonas urbanas. Es por eso que queremos ahondar en cómo los profesionales de la salud podemos desempeñarnos mejor en poblaciones culturales más diversas", sentencia la profesora Manríquez.
Impacto en docencia y en la sociedad
Este proyecto, aclaran, se generó a partir de "sondeos que hicimos con distintas agrupaciones y servicios de salud específicos, luego de lo cual lo gestionamos con el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, que es donde está inserta administrativamente esta iniciativa, en el Cesfam Los Castaños de La Florida. En este lugar, se logra poner en escena el tema de interculturalidad como un modelo de gestión que involucra al pueblo indígena dentro del propio consultorio; es así como la agrupación indígena Kallfulikan es la que se hace cargo del programa, lo gestiona y lleva todas las estadísticas, por lo que se logra un diálogo entre ambas epistemologías sanitarias", informa el profesor Lagos.
De hecho, añade la profesora Manríquez, "su experiencia es bastante sólida en términos de que, por ejemplo, la dirección del Cesfam tiene bastante respeto a las decisiones que ellos tomen; la ruka está dentro del consultorio, lo que implica que ellos están insertos dentro de su actividad diaria. Allí, el machi va semanalmente y atiende tanto población mapuche como no mapuche -de hecho, más a no mapuches-, y del mismo centro les derivan pacientes. Y quedan bastante satisfechos, lo que habla bien de su modelo de atención, con una dimensión más simbólica, cultural y humana que los pacientes perciben".
Para el estudio, realizarán entrevistas semiestructuradas, grupales e individuales, "buscando información sobre cómo es la realidad que se vive en ese Cesfam y rescatando las experiencias de tres actores, como son los usuarios, los agentes de medicina tradicional y los funcionarios y profesionales de la salud que trabajan allí", explican los docentes.
"Queremos ver la compenetración que hay entre ellos: conversar con usuarios y profesionales, ver por ejemplo de qué manera se interrelacionan, pesquisando más en detalle la percepción que tienen sobre esta iniciativa profesionales y técnicos de la salud, así como los pacientes; ver cuál es el concepto de interculturalidad que tienen unos y otros", sentencian. "Este proyecto nos permite cumplir con una mirada que es central en la universidad, en cuanto a que la investigación tenga una relación directa con la docencia. Y eso es más relevante aún en nosotros como profesionales de la salud, pensando que esa docencia tendrá impacto en nuestra sociedad".