La red de cuidados informales para personas con discapacidad o dependencia es una realidad visible pero ignorada. Ni América Latina ni Chile cuentan con un marco institucional fuerte y coordinado intersectorialmente. A esto debe sumarse la preponderancia femenina en esta labor.
Las académicas argumentan que, además de cuidadoras en el hogar, rol que les toca cumplir a las mujeres casi de manera natural, son las mediadoras entre el sistema de salud y el paciente. Todo este trabajo que no recibe no recibe remuneración, puesto que es informal, corresponde al acompañamiento, escucha, contacto físico, apoyo emocional y calma.
Uno de los puntos importantes de esta situación es cuando la mujer prioriza esta labor por su trabajo remunerado fuera del hogar. Esto advierte sin duda una naturalización del rol de cuidadora constituyendo, de paso, su identidad. Este aspecto de la vida cotidiana es lo que las docentes del Departamento de Terapia Ocupacional han querido abordar desde una perspectiva crítica.
La primera invitación se abre hacia la misma comunidad de profesionales de la intervención en salud. En esta se plantean ciertas inquietudes que permitan reflexionar acerca de la propia práctica ejercida. Abordando las consecuencias de estar a cargo de una persona. Esto puede manifestarse en cefaleas, lumbagos, ansiedad, soledad y aislamiento. La evidencia científica argumenta que también hay otros efectos como ausentarse al trabajo sin tener periodos determinados de esta falta.
A partir de estas inquietudes Pardo y Riquelme han planteado tres ideas que pudiesen contribuir a visibilizar y reconocer tan valiosa labor. La primera idea plantea las demostraciones (datos) de la no remuneración del ejercicio del cuidado y las inquietantes evidencias de las consecuencias en salud que tienen las mujeres a cargo de sus familiares o seres queridos. En este sentido, hay organismos internacionales que, viendo la apremiante necesidad de generar un soporte a los servicios informales, han implementado ayudas y capacitaciones que contribuyen a dar apoyo y fortalecimiento.
La segunda idea expuesta por las docentes es la necesidad del sistema de salud de contar con las mujeres, en general madres, como parte del sistema de salud. La madre como cuidadora genera otro nivel de compromiso en el tratamiento, puesto que cuando se trata de niños los hospitales no cuentan con todo lo necesario para aportar en el periodo de internación. Asimismo, es necesario que estas mismas mujeres estén capacitadas para otorgar cuidados posteriores al alta. Con plena conciencia de que no caiga en la desactivación de otros aspectos de su vida.
La tercera idea propuesta en la ponencia es atender, precisamente, a quienes ejercen cuidados de manera profesional, puesto que han debido sortear urgencias con recursos personales que generan, a largo plazo, consecuencias negativas en calidad de vida, tanto en aspectos de salud mental como física.
La exposición a cargo de las académicas Magdalena Pardo y Viviana Riquelme corresponde a una investigación que vienen realizando hace unos cuatro años, y que además forma parte de su trabajo en el área de docencia que ejercen dentro del Departamento. Este estudio fue presentado también en el XIII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en el año 2014.