Desde los fundamentos teóricos más generales, hasta la experiencia misma de trabajo con diversos grupos de personas, el curso de invierno coordinado por la académica Gloria Silva, finalizó el martes 18 de julio dejando abierto un diálogo fuertemente marcado por la reflexión desde las Ciencias Sociales.
En la primera parte del curso se analizó el escenario en tanto “condiciones” para pensar una intervención. De manera que sus asistentes pudiesen identificar situaciones de exclusión social, traumas, sufrimiento mental, entre otras y quienes serían los sujetos afectados por estas mismas. Desde este análisis se revisaron las reformas a lo largo de la historia y como se han ido constituyendo leyes que amparan las intervenciones para mejorar la calidad de vida de otros.
En este sentido, la docente Gloria Silva, fue perseverante en posicionar esta legislación en el marco del modelo económico del país, cuya política radica en el mercado como asignador de recursos, que se traducen en soluciones instrumentales a corto plazo, las cuales no atienden de manera profunda las necesidades de la población vulnerable.
Asimismo, la psicóloga Carla Sandoval, a cargo del mismo módulo, también expresó la importancia de las categorías que determinan la vulnerabilidad de las personas. Señaló “muchas veces, por adscribir a concepciones sociales estandarizadas de formas de vida, no se respeta la autonomía de los sujetos. Las políticas públicas debiesen abordar todos los ejes, externos e internos que sitúan a las personas en situación de vulnerabilidad”.
En tanto, el sufrimiento mental, una de los principales problemas en salud actual según la OMS, plantea muchos aspectos que revisar. Según Silva, sigue existiendo la propuesta institucional del encierro psiquiátrico, pese a que hace un tiempo se entiende que el tratamiento debiese ir más allá de estos dispositivos totalitarios. En este sentido argumentó “este análisis, parte desde un cuestionamiento al encierro, que conlleva a un disciplinamiento del cuerpo, lo que se transforma en un ejercicio político, no meramente metodológico.”
Las profesoras a cargo de este primer módulo realizaron una revisión a los hitos a nivel nacional e internacional que instalaron medidas para trabajar con población vulnerable. Un primer momento sería la fuerte migración campo-ciudad que vivió la capital de Santiago a principios del siglo XX, situación que hizo urgente la ejecución de políticas de salubridad. Un segundo momento sería la Declaración Oficial de los Derechos Humanos en 1948 después de la II Guerra Mundial. Aquí se plantean los derechos como individuales y el Estado como el organismo encargado de garantizarlos. Desde este enfoque el curso propone proyectar el trabajo interventivo, que contemple socialización de la experiencia, compromiso, sensibilidad y no prejuiciar, como ejes fundamentales.
La primera jornada terminó con la visita de los Terapeutas Ocupacionales Jonathan Reyes y Carolina Silva, ambos del Centro de Estudios de Trastornos del Movimiento (CETRAM).
La segunda jornada fue abierta por Evelyn Palma, investigadora de la Universidad de Valparaíso y de la Universidad de Chile, que junto a Sebastián Feliú expusieron algunos lineamientos de las políticas de inclusión en la escuela. Fueron abordados los trabajos que competen al Programa de Inclusión Escolar (PIE) y la Subvención Escolar Preferencial (SEP) que desarrollan una tarea en dupla de carácter psicosocial que se plantea desde la asistencia.
En la revisión de cómo se ejecuta este trabajo ambos expositores argumentaron que estos programas ven al niño/a siempre posicionado en un déficit que debe ser resuelto para incluirlo al curriculum. Por tanto, según Feliú “todas las estrategias se pensarán desde el enfoque en que al niño le falta algo y que se debe trabajar en su inclusión a la homogeneidad de la enseñanza”. Asimismo, plantearon también que el objetivo que atraviesa esta estrategia está muy marcado por la rendición de cuentas al sostenedor, puesto que la posibilidad de dejar de contar con recursos determina mucho el quehacer de los profesionales.
La siguiente visita estuvo en manos del equipo a cargo del Hogar de Campo Los Espinos, ubicado en San Pedro de Putupur en Quillota, V región. Se trata de un hogar de menores financiado parcialmente por Alemania y el Servicio Nacional de Menores (SENAME). Nació a principios de los años 90 fundado y construido por una asistente social alemana que vio en el sufrimiento familiar local la necesidad del trabajo con niños, niñas y adolescentes. La propuesta de este Hogar, compartida por su equipo, es otorgar una formación familiar agrícola, con una sólida enseñanza medioambiental que pueda entregarle herramientas en el futuro para su independencia y autonomía. Según sus representantes, se intenta no hacer a los niños y niñas meros receptores de política pública, sino que ellos sean gestores de cultura con ideas y proyectos propios.
Finalmente la académica Gloria Silva junto con la psicóloga Carla Sandoval cerraron el curso tratando aspectos de la psicoterapia institucional y el desarrollo de las buenas prácticas al interior del recinto de trabajo, compartiendo el trabajo realizado en la Corporación de Desarrollo de la Comunidad Terapéutica de Peñalolén (CORDES)