La noticia fue recibida por la profesora Iluany Pohlmann, directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de nuestro plantel, quien señaló: “Que un externo valide desde afuera la labor que realizamos, con una mirada objetiva e imparcial, confirma que el trabajo que hacemos día a día, con tanto rigor y amor por la formación de futuros nutricionistas, efectivamente da frutos”.
El proceso de certificación fue riguroso e implicó la revisión integral de los aspectos académicos, administrativos y formativos de la unidad, por parte de pares evaluadores expertos designados por Fundación Qualitas para la Educación, agencia encargada del proceso.
Estos profesionales —nutricionistas con trayectoria académica, ajenos a la Facultad de Medicina de la U. de Chile— visitaron la escuela durante tres días consecutivos, periodo en el que se reunieron con estudiantes, egresados, académicos, empleadores y autoridades. También recorrieron las instalaciones y verificaron en terreno la información presentada en los informes previos entregados a la agencia certificadora.
“El proceso incluye entrevistas con integrantes de los tres estamentos de la comunidad universitaria, además de egresados, empleadores, y visitas a centros de práctica y campus clínicos. La certificación ofrece una mirada integral que va mucho más allá de lo que expresa el papel”, aseguró la profesora Pohlmann.
Uno de los aspectos más destacados por la directora fue la participación transversal de toda la comunidad de la carrera y facultad: “Desde el personal de aseo hasta las autoridades universitarias, todos fueron parte del proceso”, señaló. Y agregó: “Quiero destacar y agradecer el trabajo y dedicación de las profesionales que conformaron el Comité de Autoevaluación: profesoras Nathalie Llanos, Sonia Sandoval, Evelyn Bustamante, Paulina Herrera y Claudia Lataste".
También, y en nombre de la Escuela de Nutrición y Dietética, “agradezco encarecidamente a la profesora Karen Basfi-Fer, exdirectora de nuestro plantel, quien a pesar de ya no trabajar con nosotros, fue parte fundamental de este proceso”.
Por último, la profesora Pohlmann también agradeció a todos quienes participaron: “Recibimos infinita ayuda de todas partes. Todas las personas que conforman diferentes unidades estuvieron disponibles y comprometidas. La motivación de todos los participantes y la gran convocatoria fue lo que permitió que obtuviéramos este resultado. Fue gracias al trabajo en equipo”.
Una escuela con enormes fortalezas
Durante el proceso de certificación se destacaron varios aspectos como fortalezas sobresalientes. Entre ellos, la calidad y actualización del cuerpo docente, su vínculo contractual con la universidad y su productividad académica: “Nuestro cuerpo docente es sin duda una de nuestras mayores fortalezas, así como la consistencia entre el modelo educativo, el perfil de egreso y el plan de formación, lo que evidencia una estructura coherente en la preparación de nuestros profesionales”, afirmó la profesora Pohlmann.
Sobre lo mismo, subrayó la importancia del trabajo de autoevaluación constante realizado en la escuela, así como el diseño del Plan de Desarrollo de Unidad (PDU): “Nuestro sistema de evaluación no responde únicamente a un proceso de certificación. Nosotros estamos permanentemente evaluándonos como carrera”, destacó.
Respecto de los desafíos futuros, la directora explicó que “lo más relevante ahora es concretar la implementación del ajuste curricular para el primer semestre de la carrera, donde actualmente nuestros estudiantes deben cursar nueve asignaturas, cuando lo ideal es siete”.
Este cambio busca “disminuir la carga académica en nuestros estudiantes nuevos, quienes durante su primer semestre, se encuentran pasando por un período clave de adaptación a la vida universitaria, por lo que queremos que ese proceso sea más amigable”.
El rediseño curricular ya se encuentra en marcha: “Una vez listo el plan de ajuste, debemos esperar la aprobación del decreto, para luego implementarlo en cinco cohortes consecutivas durante cinco años y así evaluar su funcionamiento. La idea es que la primera promoción con este ajuste esté titulada para el próximo proceso de certificación, que se realizará en siete años más”, detalló la profesora.
Compromiso con la mejora sin pausas
Aunque la certificación es por siete años, el trabajo no se detiene. La Escuela de Nutrición y Dietética ya comenzó con la recopilación de información para la evaluación intermedia que se realizará a mitad de ese período: “El tiempo pasa muy rápido y no se puede estar siete años sin evaluar. La evaluación intermedia nos permitirá mostrar todo lo que estamos haciendo para seguir mejorando”, afirmó la profesora Pohlmann.
Este enfoque en la mejora continua ha sido una de las razones por las que la escuela ha sido reconocida de manera sostenida como la mejor del país en el ranking especializado de la revista AméricaEconomía, y mantiene altos niveles de empleabilidad entre sus egresados.
“Nuestra carrera ha sido nominada durante más de una década como una de las mejores del país y queremos seguir ahí, siendo referentes en la formación de nutricionistas”, enfatizó la directora.
El desafío ahora es mantener este estándar y seguir avanzando: "Existe el compromiso de sostener la calidad educativa y el liderazgo nacional logrado, lo cual es un desafío de gran exigencia", concluyó la profesora Iluany Pohlmann.
La Escuela de Nutrición y Dietética de la Facultad de Medicina de la U. de Chile se proyecta como una comunidad cohesionada y comprometida con la mejora continua, en la que la calidad no es una meta puntual, sino una práctica constante. La certificación en su máximo nivel ratifica no solo el cumplimiento de altos estándares de calidad, sino también el compromiso permanente de la unidad con la formación de profesionales de excelencia.