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Más noticias

Día del kinesiólogo y la kinesióloga:

Departamento de Kinesiología inaugura modernos Laboratorios Integrados

En el marco de la conmemoración del Día del Kinesiólogo y la Kinesióloga, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile inauguró oficialmente los modernos Laboratorios Integrados del Departamento de Kinesiología, un espacio de más de 300 metros cuadrados equipado con tecnología de punta para la investigación, docencia e innovación en movimiento humano.

Por primera vez caracterizan microbiota de pulmón en lactantes aparentemente sanos

Doctores Fabien Magne y Sergio Vargas

Por primera vez caracterizan microbiota de pulmón en lactantes

Investigadores del Programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas estudiaron la microbiota bacteriana y fúngica en pulmones de lactantes aparentemente sanos que fallecieron de forma súbita. Los investigadores descubrieron que el hongo Pneumocystis se asocia a cambios importantes en el equilibrio del microbioma pulmonar.

Compromiso con la excelencia

U. de Chile entrega informe de autoevaluación y avanza en acreditación

Con la entrega del documento a la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), la Universidad de Chile inicia una nueva etapa en su proceso de acreditación. Más de 200 personas participaron directamente en su elaboración y más de 15 mil miembros de la comunidad universitaria respondieron la encuesta de percepción. El texto reconoce los avances institucionales desde 2018, identifica desafíos prioritarios y orienta el compromiso con la mejora continua para alcanzar la excelencia en todos sus ámbitos.

Proyecto Fondecyt Regular 2025

Una mirada a los vínculos ocultos entre órganos distantes

El estudio titulado “Exploración de los factores genéticos en el eje intestino-cerebro para comprender los mecanismos de pleiotropía en enfermedades humanas” liderado por la doctora María Leonor Bustamante, académica del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de nuestra facultad, busca identificar factores genéticos comunes que expliquen la coexistencia de síntomas entre enfermedades como el Parkinson y la enfermedad inflamatoria intestinal.

Taller Gastronómico PACAM:

Personas mayores innovan su alimentación con creatividad y educación

En el marco del compromiso de la Escuela de Nutrición y Dietética con la promoción de una alimentación saludable, inclusiva y adaptada a las distintas etapas del curso de vida, el martes 29 de abril se realizó con gran éxito el primer Taller Gastronómico PACAM. La actividad estuvo dirigida a beneficiarios y beneficiarias del Programa “Más Adultos Mayores Autovalentes” de la comuna de Independencia.

El doctor Fernando Cassorla junto a todos los integrantes del Instituto de Investigaciones Materno Infantil, IDIMI

Doctor Fernando Cassorla es nombrado Profesor Emérito

“Espero que el IDIMI tenga una larga vida”

En el atardecer de una jornada laboral ininterrumpida de 31 años como académico en la Universidad de Chile, deja como legado un equipo docente, científico y asistencial competitivo a nivel internacional en el ámbito de la endocrinología pediátrica, capaz de generar nuevo conocimiento y de entregar diagnósticos y tratamientos oportunos que han cambiado la vida de muchos pacientes y sus familias. Y sigue contribuyendo como presidente de la Academia Chilena de Medicina, liderando a quienes, como él, piensan en mejorar la salud nacional y la formación de los profesionales que laboran en ella.

La V Jornada CICA convocó la exposición de investigaciones básico clínicas en formato oral y poster

V Jornada CICA

Ciencia y formación para una mejor salud

20 proyectos, desarrollados por equipos académicos de los ocho Centros de Investigación Clínica Avanzada de la Facultad de Medicina, se dieron a conocer en este quinto encuentro, instancia que celebra la ciencia colaborativa y muestra el compromiso de nuestro plantel con la salud de la población nacional.

Pese a que son tratadas, el cloro no mata a todos los posibles virus que enferman a la población

Estudiarán viroma de aguas residuales de Santiago y Concepción

Estudiarán viroma de aguas residuales de Santiago y Concepción

Así lo explica el doctor Aldo Gaggero, académico del programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina, quien recientemente obtuvo financiamiento Fondecyt Regular 2018 para analizar metagenómicamente el viroma de aguas residuales.

“Hemos trabajado durante muchos años, detectando y caracterizando virus que producen diarreas en niños; sin embargo, esa es sólo una visión, la que está detrás de los casos de menores que se hospitalizan, que van a los servicios de urgencia o que consultan al médico. Pero cuando también se puede estudiar lo que ocurre en el medio ambiente y particularmente en las aguas residuales, llegamos a una mirada más completa de cómo estos virus, que afectan a niños y adultos, se eliminan y circulan en la población”. Y es que, aclara el académico, lo que contienen las aguas residuales, además de muchos otros componentes son deposiciones, orina y descamación de células de los individuos, “todos los cuales son vehículos para eliminar distintos tipos de virus al medio ambiente”.

Esta línea de investigación, añade, tuvo su origen hace unos ocho años, cuando junto a su equipo comenzaron a trabajar en virología ambiental, participando de un proyecto brasilero que quiso comparar la circulación de rotavirus entre las poblaciones de su país –que ya en ese momento tenía incorporada la vacuna para prevenir esta infección en su programa nacional de inmunizaciones- con las de Argentina y Chile, en los cuales esta vacuna no figuraba entre las obligatorias. “Ese fue nuestro primer acercamiento a hacer investigaciones en aguas residuales con el fin de detectar virus”.

Con este fin, y hasta la actualidad, hicieron los análisis utilizando técnicas de PCR en tiempo real -qPCR- para detectar virus específicos: es decir, buscaban de forma dirigida rotavirus, norovirus, hepatitis A y otros. “Pero hoy, al usar técnicas de secuenciación masiva, podemos encontrar todo lo que hay en la muestra, ya sean virus, bacterias o parásitos, entre otros microorganismos. Por ejemplo, hasta hace un tiempo se había notificado que existían más o menos 219 tipos virales que se pueden encontrar en aguas residuales responsables de infecciones en el hombre y animales, especialmente aquellos que causan gastroenteritis, que se excretan en altas concentraciones. La diversidad de virus detectada en aguas residuales y en áreas contaminadas por ellas, se correlaciona en varios casos con virus gastrointestinales que circulan en la población y reflejan el nivel de contaminación del agua, por lo que es importante establecer protocolos para monitorear virus circulantes en diferentes matrices ambientales”.

Sin embargo, estudios metagenómicos recientes han permitido reconocer alrededor de 3.200 virus diferentes y estos estudios sugieren que esa cantidad constituye solo una pequeña fracción de todos los que existen en la naturaleza. A su vez, solo un pequeño porcentaje de la comunidad viral total corresponde aquellos que infectan al hombre –de los cuales hay evidencia de un rol patogénico-, “y, además, varios de ellos son zoonosis, lo que está tomando cada vez más relevancia, sobre todo en virus emergentes. Ahora bien, al contar con esta información, se puede comparar con los bancos de datos que existen para ver qué secuencia se relaciona con qué virus. Pero hay muchas secuencias que se desconocen; se supone que son agentes virales nuevos, pero todavía no hay data para hacer este contraste”.

El cloro no es suficiente             

La normativa internacional actual de calidad de agua residual, explica el doctor Gaggero, señala que, entre otros parámetros, se debe medir la presencia de coliformes fecales, por lo que la ley establece un máximo de 1.000 coliformes fecales por cada 100 mL de agua residual tratada. “Si ese parámetro se cumple, esa agua puede ser usada, como lo es en la gran mayoría de los casos, en el sector agrícola, para riego de plazas y limpieza de calles, o en la minería. Pero los tratamientos que se utilizan para aguas servidas no necesariamente eliminan la totalidad de los virus presentes, y eso es un problema mundial, porque no existe ninguna norma que señale o establezca niveles aceptables de agentes virales en aguas tratadas”.

En la mayoría de las plantas en Chile, el tratamiento de aguas servidas incluye cloración del agua como un mecanismo de desinfección antes de ser eliminada, pero el cloro no necesariamente mata a todos los virus. “Los reduce pero no los elimina, por lo que esas aguas siguen siendo de riesgo si se emplean para regar cultivos a ras de piso, como son hortalizas y algunos tipos de frutas como frutillas o arándanos, o bien si contaminan cursos de aguas naturales. Y es por eso que de manera frecuente ocurren brotes de enfermedades gastrointestinales asociadas al consumo de agua o alimentos contaminados”.

Antes y después de tratamiento

En este proyecto, explica el doctor Gaggero, “pretendemos determinar la diversidad y composición viral, y también la abundancia en aguas residuales afluentes -que entran a tratamiento- y efluentes -ya tratadas- durante el año. Para esto, analizaremos mediante secuenciación masiva muestras recolectadas trimestralmente en dos plantas de tratamiento de aguas residuales de la ciudad de Santiago, como son La Farfana y El Trebal –que en conjunto tratan el 85% de las aguas servidas de la zona- y de otra planta de tratamiento en Concepción. ¿Por qué en esas ciudades? Debido a que hay diferencias epidemiológicas en cada región. Por ejemplo, si bien es cierto hoy en día la vacuna contra la Hepatitis A fue incorporada al plan nacional de inmunizaciones, hasta hace un tiempo sólo se vacunaba contra esta enfermedad en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, y en la del Biobío, porque en ellas se daba un número de casos mucho mayor que en el resto del país”.

Estas muestras de aguas residuales serán procesadas mediante análisis metagenómico, para detectar el viroma presente en ellas y también serán analizadas con técnicas de qPCR, para detectar algunos virus específicos. “Una limitante de estas técnicas es que estamos expresando un resultado en términos de genomas equivalentes por unidad de volumen, pero también nos interesa determinar cuántos de esos virus están infectivos y, por ende, valorar su potencial rol patogénico. En ese sentido, y dado que no se dispone de cultivos celulares para todos los virus que se pueden encontrar en el medio ambiente, vamos a intentar aislar un tipo de virus DNA, que podría ser por ejemplo adenovirus entérico, y otro tipo de virus RNA, que puede ser un enterovirus. De esta forma, lo que podemos llegar a concluir es que si crece un adenovirus, que son virus DNA, podrían estar infectivos también otros virus DNA, como poliomavirus. Lo mismo ocurre con los enterovirus, si detectamos que una parte importante de ellos están viables, por qué no puede pasar de igual forma con rotavirus o norovirus. Por lo tanto, usaremos estos virus como marcadores para comparar esta relación”.

Cruzar información con datos clínicos

Al mismo tiempo, los investigadores colectarán muestras de deposiciones de niños con diarrea en dos hospitales en Santiago, como son el Roberto del Río y el Luis Calvo Mackenna, así como de un centro centinela en Concepción, datos que cruzarán con los que arrojen el análisis de las aguas residuales estudiadas. “Esto nos permitirá correlacionar los hallazgos en las aguas residuales con la circulación de virus entéricos en la población de niños menores de cinco años, que acuden a centros hospitalarios en ambas localidades geográficas”.

A modo ilustrativo, añade el investigador, “el año 2017 hubo un brote de Hepatitis A en Santiago, asociado a una nueva variante relacionada con virus detectados en brotes reportados a principio de 2017 en Alemania. Según datos epidemiológicos entregados por el MINSAL, el brote afectó a más de 900 personas -14 veces más que los casos reportados el 2016-, mediante un mecanismo de transmisión sexual; pero nosotros analizamos las aguas residuales y pudimos encontrar la variante viral, lo que nos hace pensar que podría haber afectado a una población mucho mayor, porque si solamente hubiera afectado a un número tan reducido de personas que eliminaron el virus, dado el factor de dilución que eso tiene en las aguas residuales de una ciudad como Santiago, con siete a ocho millones de personas, no lo habríamos podido detectar. Si lo encontramos es porque se diseminó en la población mucho más de lo que se reportó en su momento”.

Por ello, finaliza, “creemos que probablemente esta sea una muy buena herramienta desde la perspectiva epidemiológica, para poder predecir qué es lo que está pasando con un virus que entra a una comunidad en particular y como eventualmente puede circular en la población”.