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Más de un tercio de los egresados de la Universidad de Chile que rindió el Eunacom alcanzó puntaje superior al percentil 90 y una decena superó el percentil 99.

Más de un tercio con puntaje superior al percentil 90 y una decena sobre el percentil 99

Generación 2022 de médicos UChile obtiene excelencia en Eunacom

El doctor Marcelo Rojas Duarte, profesor encargado del curso “Síntesis de Conocimientos en Medicina” informa que esta cohorte, que rindió el examen el 25 de enero de 2023, “logró el puntaje más alto del que tenemos registro en nuestra institución y 10 puntos sobre el resto de los egresados formados en el país de la misma promoción; además, con una baja dispersión”.

Prof. Mirliana Ramírez, directora del Dpto. de Enfermería; Doris Grinspun; dr. Miguel O'Ryan, decano de la Facultad de Medicina; prof. Amalia Silva; prof. Cristián Pérez, director Escuela de Enfermería, y prof. Esmerita Opazo, subdirectora Dpto. Enfermería.

Y recibió un reconocimiento institucional

Doris Grinspun visitó el Departamento de Enfermería

El 16 de marzo de 2023 nuestro plantel recibió la visita de quien es la gerente general de la Asociación Profesional de Enfermeras de Ontario, RNAO, Canadá, ocasión en que la experta conoció los avances de esta unidad como BPSO Host a nivel nacional.

Ubicada en el frontis del edificio

HCUCH: Inauguran placa por su aporte en formación de especialistas

El reconocimiento fue otorgado por el Instituto de Conmemoración Histórica de Chile, que se dedica a la promoción de la identidad nacional a través de la difusión de diversos hechos y personajes históricos. En la ceremonia participaron la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, el director general del HCUCH, Eduardo Tobar y el decano de la Facultad de Medicina, Dr. Miguel O´Ryan.

Parte del equipo investigador del Departamento de Enfermería de la Facultad de Medicina, profesores Matías Faúndez, Roxana Lara y Daniela Montecinos.

Con el fin de generar insumo para sustentar estrategias educativas

Primer fondo concursable de ACHIEEN premia proyecto de Enfermería

La Asociación Chilena de Educación en Enfermería seleccionó al estudio que se realizará entre las escuelas de esta disciplina pertenecientes a las universidades de Chile y Mayor, sede Temuco, cuyo objetivo es detectar las capacidades de liderazgo autopercibidas por sus internos y la vinculación de éstas con las respectivas experiencias formativas.

Comisión Local de Autoevaluación Institucional emanó su Informecorrespondiente al 2021

Informe 2021 de Autoevaluación de la Facultad de Medicina:

Reflejo de un período histórico para la formación en salud

La presidenta de la Comisión Local de Autoevaluación Institucional, profesora Jovita Ortiz, resumió en una sola palabra lo que se manifestó con más claridad en nuestra comunidad durante un año marcado por la pandemia y lo que esta significó en términos docentes, de investigación y extensión: “Resiliencia”.

La cohorte 2023 de estudiantes del Magíster en Salud Pública

Histórica cohorte 2023, en el marco de los 80 años de la ESP

Bienvenida a los estudiantes del Magíster en Salud Pública

Cerca de 50 profesionales se suman a la comunidad de postgrado de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina. La jornada de inducción incluyó presentación del programa, detalles de las actividades futuras, presentación de las áreas de trabajo y una clase con la Dra. Helia Molina, diputada de la República, ex ministra de salud y egresada del mismo programa.

La generación 1973 de médicos de la Universidad de Chile

Con una ceremonia solemne en Casa Central

Generación 1973 de médicos UChile celebra 50 años de su titulación

Destacados docentes de la Facultad de Medicina –como los doctores Fernando Lolas, Fernando Cassorla, Hernán Prat, Arnoldo Quezada, José Lattus y Claudio Liberman, entre otros-, así como renombrados especialistas a nivel nacional forman parte de esta cohorte que rememoró cinco décadas desde su egreso.

Pese a que son tratadas, el cloro no mata a todos los posibles virus que enferman a la población

Estudiarán viroma de aguas residuales de Santiago y Concepción

Así lo explica el doctor Aldo Gaggero, académico del programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina, quien recientemente obtuvo financiamiento Fondecyt Regular 2018 para analizar metagenómicamente el viroma de aguas residuales.

“Hemos trabajado durante muchos años, detectando y caracterizando virus que producen diarreas en niños; sin embargo, esa es sólo una visión, la que está detrás de los casos de menores que se hospitalizan, que van a los servicios de urgencia o que consultan al médico. Pero cuando también se puede estudiar lo que ocurre en el medio ambiente y particularmente en las aguas residuales, llegamos a una mirada más completa de cómo estos virus, que afectan a niños y adultos, se eliminan y circulan en la población”. Y es que, aclara el académico, lo que contienen las aguas residuales, además de muchos otros componentes son deposiciones, orina y descamación de células de los individuos, “todos los cuales son vehículos para eliminar distintos tipos de virus al medio ambiente”.

Esta línea de investigación, añade, tuvo su origen hace unos ocho años, cuando junto a su equipo comenzaron a trabajar en virología ambiental, participando de un proyecto brasilero que quiso comparar la circulación de rotavirus entre las poblaciones de su país –que ya en ese momento tenía incorporada la vacuna para prevenir esta infección en su programa nacional de inmunizaciones- con las de Argentina y Chile, en los cuales esta vacuna no figuraba entre las obligatorias. “Ese fue nuestro primer acercamiento a hacer investigaciones en aguas residuales con el fin de detectar virus”.

Con este fin, y hasta la actualidad, hicieron los análisis utilizando técnicas de PCR en tiempo real -qPCR- para detectar virus específicos: es decir, buscaban de forma dirigida rotavirus, norovirus, hepatitis A y otros. “Pero hoy, al usar técnicas de secuenciación masiva, podemos encontrar todo lo que hay en la muestra, ya sean virus, bacterias o parásitos, entre otros microorganismos. Por ejemplo, hasta hace un tiempo se había notificado que existían más o menos 219 tipos virales que se pueden encontrar en aguas residuales responsables de infecciones en el hombre y animales, especialmente aquellos que causan gastroenteritis, que se excretan en altas concentraciones. La diversidad de virus detectada en aguas residuales y en áreas contaminadas por ellas, se correlaciona en varios casos con virus gastrointestinales que circulan en la población y reflejan el nivel de contaminación del agua, por lo que es importante establecer protocolos para monitorear virus circulantes en diferentes matrices ambientales”.

Sin embargo, estudios metagenómicos recientes han permitido reconocer alrededor de 3.200 virus diferentes y estos estudios sugieren que esa cantidad constituye solo una pequeña fracción de todos los que existen en la naturaleza. A su vez, solo un pequeño porcentaje de la comunidad viral total corresponde aquellos que infectan al hombre –de los cuales hay evidencia de un rol patogénico-, “y, además, varios de ellos son zoonosis, lo que está tomando cada vez más relevancia, sobre todo en virus emergentes. Ahora bien, al contar con esta información, se puede comparar con los bancos de datos que existen para ver qué secuencia se relaciona con qué virus. Pero hay muchas secuencias que se desconocen; se supone que son agentes virales nuevos, pero todavía no hay data para hacer este contraste”.

El cloro no es suficiente             

La normativa internacional actual de calidad de agua residual, explica el doctor Gaggero, señala que, entre otros parámetros, se debe medir la presencia de coliformes fecales, por lo que la ley establece un máximo de 1.000 coliformes fecales por cada 100 mL de agua residual tratada. “Si ese parámetro se cumple, esa agua puede ser usada, como lo es en la gran mayoría de los casos, en el sector agrícola, para riego de plazas y limpieza de calles, o en la minería. Pero los tratamientos que se utilizan para aguas servidas no necesariamente eliminan la totalidad de los virus presentes, y eso es un problema mundial, porque no existe ninguna norma que señale o establezca niveles aceptables de agentes virales en aguas tratadas”.

En la mayoría de las plantas en Chile, el tratamiento de aguas servidas incluye cloración del agua como un mecanismo de desinfección antes de ser eliminada, pero el cloro no necesariamente mata a todos los virus. “Los reduce pero no los elimina, por lo que esas aguas siguen siendo de riesgo si se emplean para regar cultivos a ras de piso, como son hortalizas y algunos tipos de frutas como frutillas o arándanos, o bien si contaminan cursos de aguas naturales. Y es por eso que de manera frecuente ocurren brotes de enfermedades gastrointestinales asociadas al consumo de agua o alimentos contaminados”.

Antes y después de tratamiento

En este proyecto, explica el doctor Gaggero, “pretendemos determinar la diversidad y composición viral, y también la abundancia en aguas residuales afluentes -que entran a tratamiento- y efluentes -ya tratadas- durante el año. Para esto, analizaremos mediante secuenciación masiva muestras recolectadas trimestralmente en dos plantas de tratamiento de aguas residuales de la ciudad de Santiago, como son La Farfana y El Trebal –que en conjunto tratan el 85% de las aguas servidas de la zona- y de otra planta de tratamiento en Concepción. ¿Por qué en esas ciudades? Debido a que hay diferencias epidemiológicas en cada región. Por ejemplo, si bien es cierto hoy en día la vacuna contra la Hepatitis A fue incorporada al plan nacional de inmunizaciones, hasta hace un tiempo sólo se vacunaba contra esta enfermedad en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, y en la del Biobío, porque en ellas se daba un número de casos mucho mayor que en el resto del país”.

Estas muestras de aguas residuales serán procesadas mediante análisis metagenómico, para detectar el viroma presente en ellas y también serán analizadas con técnicas de qPCR, para detectar algunos virus específicos. “Una limitante de estas técnicas es que estamos expresando un resultado en términos de genomas equivalentes por unidad de volumen, pero también nos interesa determinar cuántos de esos virus están infectivos y, por ende, valorar su potencial rol patogénico. En ese sentido, y dado que no se dispone de cultivos celulares para todos los virus que se pueden encontrar en el medio ambiente, vamos a intentar aislar un tipo de virus DNA, que podría ser por ejemplo adenovirus entérico, y otro tipo de virus RNA, que puede ser un enterovirus. De esta forma, lo que podemos llegar a concluir es que si crece un adenovirus, que son virus DNA, podrían estar infectivos también otros virus DNA, como poliomavirus. Lo mismo ocurre con los enterovirus, si detectamos que una parte importante de ellos están viables, por qué no puede pasar de igual forma con rotavirus o norovirus. Por lo tanto, usaremos estos virus como marcadores para comparar esta relación”.

Cruzar información con datos clínicos

Al mismo tiempo, los investigadores colectarán muestras de deposiciones de niños con diarrea en dos hospitales en Santiago, como son el Roberto del Río y el Luis Calvo Mackenna, así como de un centro centinela en Concepción, datos que cruzarán con los que arrojen el análisis de las aguas residuales estudiadas. “Esto nos permitirá correlacionar los hallazgos en las aguas residuales con la circulación de virus entéricos en la población de niños menores de cinco años, que acuden a centros hospitalarios en ambas localidades geográficas”.

A modo ilustrativo, añade el investigador, “el año 2017 hubo un brote de Hepatitis A en Santiago, asociado a una nueva variante relacionada con virus detectados en brotes reportados a principio de 2017 en Alemania. Según datos epidemiológicos entregados por el MINSAL, el brote afectó a más de 900 personas -14 veces más que los casos reportados el 2016-, mediante un mecanismo de transmisión sexual; pero nosotros analizamos las aguas residuales y pudimos encontrar la variante viral, lo que nos hace pensar que podría haber afectado a una población mucho mayor, porque si solamente hubiera afectado a un número tan reducido de personas que eliminaron el virus, dado el factor de dilución que eso tiene en las aguas residuales de una ciudad como Santiago, con siete a ocho millones de personas, no lo habríamos podido detectar. Si lo encontramos es porque se diseminó en la población mucho más de lo que se reportó en su momento”.

Por ello, finaliza, “creemos que probablemente esta sea una muy buena herramienta desde la perspectiva epidemiológica, para poder predecir qué es lo que está pasando con un virus que entra a una comunidad en particular y como eventualmente puede circular en la población”.

Cecilia Valenzuela León/ Fotografías: David Garrido