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Reafirmando el compromiso con la salud pública y la colaboración transdisciplinaria

Exitosa XXVI versión de la Escuela Internacional de Verano

Con más de 400 participantes y cerca de 40 destacados académicos nacionales e internacionales, la Escuela Internacional de Verano 2025 de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina se consolidó como un espacio de aprendizaje, intercambio y colaboración para enfrentar los desafíos globales en salud pública.

El equipo biestamental del CPHS; al centro su presidenta, profesora Andrea González.

Comité Paritario de Higiene y Seguridad, presente en toda la Facultad de Medicina

Por un 2025 más seguro para todos

El equipo biestamental del CPHS está definiendo lo que serán nuevas vías de información a la comunidad institucional, con el fin de mejorar el acceso a actividades de capacitación, así como el conocimiento respecto de protocolos de acción frente a accidentes laborales, enfermedades profesionales o situaciones de emergencia, entre otras.

Profesoras Karen Basfi-Fer, Paola Cáceres, Evelyn Bustamante, Claudia Gacitúa y Carolina Barrera

Y obtiene segundo lugar

Escuela de Nutrición participa en Congreso Iberoamericano

Del 15 al 16 de enero se llevó a cabo en Concepción el Congreso Iberoamericano de Educación en Ciencias de la Salud 2025, el cual tiene como propósito ser un espacio para la actualización en educación y para compartir experiencias de buenas prácticas docentes entre carreras de la salud.

La Universidad de Chile se convirtió en la institución de educación superior más demandada del país, con 46.256 postulaciones válidas. En tanto, Medicina y Plan Común de Ingeniería en la misma casa de estudios, fueron la primera y tercera carrera más postulada del sistema.

Medicina es la carrera más demandada

U. de Chile es la institución de educación superior más postulada

Este lunes 20 de enero, se dieron a conocer los resultados del proceso de selección a la educación superior y según datos del DEMRE, la Universidad de Chile resultó ser la universidad más postulada del sistema, con 46.256 postulaciones válidas. Medicina en la misma institución, en tanto, es la carrera número uno en postulaciones este 2025. En este marco, la Casa de Bello convocó a más de 7.900 personas a matricularse entre el 21 y 23 de enero.

Si luego de revisar en demre.cl o uchile.cl se confirma la selección, a partir de las 00:01 horas del martes 21 de enero, se puede comenzar el proceso de matrícula, a través del portal matricula.uchile.cl.

El proceso comenzará a las 00:01 horas del 21 de enero

¿Qué debe saber la generación 2025 sobre su primera matrícula?

Al mediodía del próximo lunes 20 de enero se acabará la espera de quienes postularon a las universidades chilenas y sabrán sus resultados de selección. Así, las personas llamadas a matricularse en el primer periodo, podrán hacerlo entre el 21 y 23 de enero. En este escenario, ¿qué deben considerar las mechonas y mechones de la Universidad de Chile sobre este proceso? Lo esencial, a continuación.

Habilidades que pueden salvar vidas:

La importancia de los primeros auxilios en carreras de la salud

El pasado 17 de octubre, en las afueras de la sede del Banco de Chile, ubicada a un costado del Campus Norte de la Facultad de Medicina, un grupo de estudiantes de nuestra universidad intervino exitosamente en la atención de una persona que se encontraba en estado crítico. El hecho relevó la importancia de la enseñanza de primeros auxilios en la formación de futuros profesionales de la salud.

La comunidad del ICBM junto al decano, doctor Miguel O´Ryan; al subsecretario de Ciencias, Cristián Cuevas, y el vicerrector de Investigación y Desarrollo, Christian González-Billault

Mirando al futuro de la salud y de la formación de nuevos profesionales

ICBM sienta las bases de su modernización

En su aniversario número 27, el Instituto de Ciencias Biomédicas celebra el que es, quizás, el logro más desafiante de su existencia: con la participación de toda su comunidad, establecer los fundamentos del necesario cambio para seguir contribuyendo al desarrollo científico de Chile.

La iniciativa brindó 10 sesiones, ofrecidas por estudiantes de 4to año, a 27 niños y sus padres o cuidadores

Primer Programa de acompañamiento a la niñez y al desarrollo infantil (PANDI)

Reflejando el rol social de la Terapia Ocupacional

El 3 de diciembre de 2024 se cerró con resultados positivos el proceso de atención a 27 niños y niñas de la comuna de Independencia, el cual estuvo a cargo de estudiantes de cuarto año de esta carrera de pregrado junto a docentes de ese departamento disciplinar.

Entrevista al director general del HCUCH:

Sustentabilidad financiera y fortalecimiento del rol institucional

En medio de un contexto nacional y global marcado por tensiones económicas, políticas y sociales, el Hospital Clínico de la Universidad de Chile cerró un año 2024 desafiante, pero con pasos firmes hacia la recuperación de la actividad asistencial y el fortalecimiento de su rol como referente en salud y educación. En su primera entrevista del año, el director general, profesor doctor Eduardo Tobar, hace un balance de este período, compartiendo los logros alcanzados y los retos que se proyectan para el 2025.

El desarrollo y resultados de esta investigación fueron presentados por la profesora Lee ante los miembros de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile, Asofamech, el 13 de enero de 2025.

Profesora Ximena Lee, académica e investigadora del DECSA

“No es una generación de cristal: están conscientes de sus derechos”

El proyecto “Estrategias de afrontamiento frente a barreras identificadas para el ejercicio de las buenas prácticas docentes en especialidades médicas” aborda una problemática profundamente arraigada en la formación en ciencias de la salud: el impacto del maltrato en los entornos educativos. Pero, además, propone estrategias para transformar el aprendizaje clínico en un espacio inclusivo y respetuoso.

Respuestas de una voluntaria

¿Por qué ser parte de las vacunas de prueba en contra del Covid-19?

¿Por qué ser parte de las vacunas de prueba en contra del Covid-19?

Lo conceptual ya lo han explicado los doctores María Elena Santolaya y Sergio Vargas, pediatras infectólogos a cargo de los equipos que prueban la vacuna de Oxford en los campus Oriente y Norte, respectivamente, y el doctor Miguel O’Ryan, encargado de la prueba de la vacuna de Janssen. Ambas usan distintos adenovirus no replicantes –es decir, sin capacidad de infectar- como plataforma que entrega un  segmento genético del virus SARS-COV-2; específicamente, del gen que codifica para su proteína Spike,  de manera que al entrar al organismo, nuestras células traduzcan este gen y sinteticen esa proteína para que sea presentada al sistema inmune. En simple, el respectivo adenovirus hace un “delivery” de un pedacito del coronavirus para que este pueda reproducirse y ser reconocido –y atacado- por nuestras defensas, de manera que el organismo esté preparado para cuando llegue el verdadero virus. Por eso, quien recibe la vacuna no se está infectando deliberadamente ni menos puede contagiar a su entorno, porque no se está exponiendo al virus, sino sólo a una pequeñísima parte de él, mediante una tecnología ya probada y demostrada en su seguridad en otras vacunas, como la que recientemente combatió, con todo éxito, la epidemia de Ébola. 

Eso es lo racional.

Pero hemos vivido con miedo los últimos nueve meses; se  ha convertido en un hábito. Covid no sólo significa aislamiento y mascarillas, también es una palabra que trae a la mente imágenes de hospitalizaciones, enfermos de gravedad y muerte y, en otros ámbitos, dificultades familiares, laborales y económicas. En todas las conversaciones el tema siempre aparece, a través de frases como “en los diarios no sale todo lo que pasa, y yo vi en internet que…”, “los hospitales están llenos de enfermos, colapsados, pero no se sabe…”, “ahora se viene peor”, las que se repiten con soterrados fatalismo y desesperanza.   

Pero ahora hay esperanzas.

El proceso, paso a paso

En el campus Norte el proceso se inicia inscribiéndose como voluntario en el correo vacunacovid.med@uchile.cl o llenando el formulario correspondiente; en el campus Oriente, los correos son vacunaoxford@gmail.com o vdelamaza@uchile.cl. El público objetivo son los mayores de 18 años, sin límite de edad –se puede participar teniendo incluso 70 años o más-, siendo en general personas sanas, que podrían tener alguna condición crónica como diabetes o hipertensión, pero controlada, y que no hayan sido diagnosticados con Covid-19. En base a esa solicitud, los encargados llaman al voluntario  para hacer algunas preguntas generales acerca de su salud, los medicamentos que toma y así programar una fecha para la vacunación. Eso sí, añaden, hay que ir con tiempo –calcular unas dos horas- y con el celular con batería, porque se debe descargar una aplicación del tipo agenda electrónica en la que, semanalmente, se debe informar respecto de cualquier cambio en el estado de salud.

Por la entrada de Profesor Zañartu 1060, frente al Hospital San José, se ingresa a la cancha techada del campus Norte, donde el voluntario se identifica con su cédula, la cual es fotocopiada dentro de un formulario que contiene todos los pasos que se van a seguir. Además, se recibe un bolso con una mascarilla y alcohol gel, para así guardar todos los documentos que van a oficializar el proceso.

A cada voluntario se le asigna un médico, quien le explica de qué se trata la vacuna,  esta fase de prueba y cada uno de los pasos que se van a seguir; responde todas las dudas y entrega el consentimiento informado, en el que se da a conocer, por ejemplo, que el participante no puede dar sangre en los próximos dos años, que es el plazo que dura el seguimiento por la vacuna, y que en caso de enfermarse por Covid-19 se va a recibir un dispositivo electrónico que toma los indicadores vitales y los informa al equipo investigador. También, que en cualquier momento se puede decidir dejar ser parte del estudio, aunque claramente es decisivo para su buen resultado que los voluntarios permanezcan todo lo que dure el proyecto.

Una vez firmado el consentimiento por el médico tratante y por el voluntario, además de por un ministro de fe –en este caso la subdirectora de Investigación y Tecnología de la Facultad de Medicina, Mónica Morales-, se pasa a un exhaustivo examen físico que incluye peso, estatura, estado general respiratorio y cardíaco, palpación del abdomen y del cuello. Si todo está dentro de los parámetros normales, el doctor autoriza el pase al sector de toma de muestras, en donde en primer término se toma un examen PCR mediante hisopado de nariz; luego, se obtienen muestras de sangre y, si se es mujer en edad fértil, de orina para determinar un posible embarazo; si es así, la gestante queda fuera de la prueba. Todo, siguiendo exigentes normas de higiene y distanciamiento social: quienes hacen los procedimientos se cambian cada vez el vestuario clínico, guantes y mascarillas desechables, se lavan las manos y limpian sus escudos faciales.

Luego de esto, nuevamente se confirma que se hayan seguido todos los pasos y se procede a descargar y dar la primera configuración a la agenda electrónica. Y, por fin, llegó el momento: la vacuna.

La vacuna, al fin

En la entrada del sector de las salas “Bruno Gunther”, el participante recibe un pequeño pago por lo que serán los gastos de movilización asociados a sus traslados por participar en esta prueba -dado que deberá asistir a una segunda dosis un mes después de recibida la primera y a posteriores controles durante los dos años de seguimiento-, y hace entrega la carpeta con todos los documentos que se han ido recopilando en los pasos previos.

Al ser llamado a los boxes de atención, el profesional de salud a cargo explica nuevamente que las probabilidades de recibir vacuna o placebo son de dos es a uno, y que al ser un estudio doble ciego ni el participante ni los investigadores saben qué recibió el voluntario: sólo el grupo de químicos farmacéuticos que dispone las vacunas para su uso conoce qué se asignó a cada reclutado por el número que se le asigna, con el fin de repetir el mismo producto, vacuna o placebo, para la segunda dosis.

El brazo elegido es el menos hábil, por las posibles molestias del tipo muscular que se pudieran sentir después del pinchazo, y se pone de manera intramuscular. Ahí, sólo queda esperar quince minutos a recibir el alta médica –para ver si es que se produce alguna molestia o reacción adversa- y, al fin, termina el proceso de la primera dosis.

El seguimiento comienza al lunes siguiente, con un aviso para responder las preguntas de  la agenda electrónica y, a los pocos días, se recibe la primera llamada del médico tratante para preguntar acerca de cualquier posible síntoma y por el interés en seguir siendo parte del estudio.

Sin voluntarios no hay vacunas

Esa es una de las esperanzas, el éxito de la vacuna Oxford. En Chile se están probando también la belga Janssen y Sinovac, de origen chino.

Elegí participar en este proceso de prueba de Fase III porque el hecho de que se haya detenido ya un par de veces en todo el mundo me da confianza: quiere decir que están revisando cada síntoma adverso, cada contrariedad al detalle, y sólo reanudan la actividad cuando tienen la certeza de que el producto es seguro para los voluntarios. Además, va a ser una de las vacunas de menor costo, lo que facilitará su distribución y el acceso equitativo a ella. Y porque su creadora, la doctora Sarah Gilbert, de la Universidad de Oxford en Inglaterra, la probó antes que nadie en sus propios hijos, lo que para mí es una garantía mayor.

Aparte de un leve dolor muscular en el brazo vacunado, al día siguiente de la primera dosis sentí molestias como cuando se está iniciando un resfrío, pero nada grave. 24 horas después, ya estaba bien de nuevo; cuando me llamó mi doctor, le dije que por supuesto seguiré siendo parte de los voluntarios. Y reafirmé mi convicción de que al miedo sólo se lo enfrenta con conocimientos; en este caso, en base a los cuales están trabajando cientos de científicos, farmacéuticos y profesionales sanitarios que asegurarán tanto la salud de los participantes como, si sale todo bien, la distribución de esta vacuna en todo el planeta.

¿Por qué ser parte de este proceso de pruebas? Porque el miedo cansa y la cuarentena aísla. Porque el teletrabajo es lo que hay, no lo que quiero. Porque quiero que mis hijas retomen sus actividades presenciales como estudiantes y como adolescentes, y que mi padre vuelva a abrazar a sus nietos. Porque quiero ayudar, aunque sea un poquito, a que volvamos a encontrarnos, y es que incluso si me tocó placebo, lo que arrojen mis resultados servirá para contrastarlos con los que sí hayan recibido el verdadero producto y así determinar su seguridad y eficacia. Y porque sin voluntarios no hay vacuna