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Literatura, memoria y profesión se unieron en un emotivo encuentro en la Facultad de Medicina

Café Literario rescató las huellas de la matronería chilena

El Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y el Recién Nacido organizó el Café Literario “Huellas imborrables en la memoria: relatos de Matronería sobre experiencias en la práctica profesional”, que cerró un proyecto de extensión que visibiliza la dimensión cultural, histórica y humana del quehacer de matronas y matrones en Chile. La jornada reunió experiencias, reflexiones y arte en un espacio íntimo y significativo.

El proyecto Edita y Aplica considera cuatro videos en los que se ahonda en distintas temáticas relativas a la accesibilidad universal al interior de nuestra casa de estudios.

Proyecto “Edita y Aplica”

Accesibilidad universal: ante todo, un derecho

Los profesores Sara Tapia-Saavedra y Daniel Larenas-Rosa, directora y académico respectivamente del Departamento de Fonoaudiología, e integrantes de la Mesa de Implementación de la Política de Inclusión en la Facultad de Medicina, son los creadores de cuatro videos educativos cuyo objetivo es ahondar en la importancia de la accesibilidad para favorecer los procesos de enseñanza aprendizaje de los estudiantes.

Profesores Ramón Fuentes, Fabrizio Cuevas, Renato Salvatierra, Carolina Smok, Mariana Rojas, Ruth Prieto, Enrique Montiel, Jovita Ortiz y Miguel Concha, conferencistas del encuentro.

Se proyectan nuevos encuentros en regiones

Revitalizando la enseñanza de la embriología

El 11 de julio de 2025 se llevaron a cabo las Jornadas de Embriología Clínica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, organizadas por las doctoras Mariana Rojas, académica del Instituto de Ciencias Biomédicas de nuestro plantel, y Ruth Prieto, de la Universidad de La Frontera; la coordinación estuvo a cargo de la profesora Ilse López, del Departamento de Educación en Ciencias de la Salud.

Promoción de valores, salud y comunidad desde la Escuela de Salud Pública

Curso de Karate-Do transformó el deporte en experiencia formativa

El Curso de Formación General (CFG) de Karate-Do, impartido por el profesor Sergio Alvarado Orellana desde 2014, se ha consolidado como una innovadora propuesta de formación integral, en donde el deporte, los valores y el enfoque se entrelazan. Hoy, junto al profesor Eduardo Álvarez del ICBM, continúa impulsando esta iniciativa que trasciende la sala de clases y reúne a estudiantes y funcionarios de la Universidad de Chile.

Visita a la Facultad de Medicina

Fortalecimiento académico, modernización e impacto social

En sesión de consejo, la dirección de la Facultad de Medicina recibió a la prorrectora, al vicerrector de Asuntos Académicos y al director ejecutivo de Acreditación Institucional, para conocer los principales resultados del informe de autoevaluación terminado a fines de abril de 2025. El decano de la Facultad de Medicina, Miguel O´Ryan, dijo que la acreditación es “una señal clara de responsabilidad pública, mejora continua y liderazgo en la educación superior chilena. Acreditarnos es responder con hechos a la confianza que la ciudadanía deposita en esta universidad estatal”.

Primer proceso con la Comisión Nacional de Acreditación:

Magíster en Informática Médica, programa internacional acreditado por cinco años

Magíster en Informática Médica, acreditado por cinco años

Hace siete años la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile dio inicio al Magíster en Informática Médica, gracias a un convenio de colaboración con el Centro de Excelencia en Investigación y Docencia de la Universidad de Heidelberg en nuestro país y el apoyo financiero del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania, a través de su Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD).

Esta alianza se reflejó en la malla curricular del programa, que reflejó la perspectiva que iniciativas similares europeas imparten a sus estudiantes. Hoy, entre los desafíos que les dejó su primer proceso de acreditación como meta para su equipo académico está ajustar la oferta formativa a la cultura e idiosincrasia nacional y regional. Para ello, explica el profesor Härtel, partirán de la base que plantea el Modelo de Competencias Referenciales en Sistemas de Información en Salud, el cual reúne los conocimientos, habilidades y actitudes esenciales relacionadas con la salud digital y que fue creado por miembros del ámbito público y privado que componen el Centro Nacional de Sistemas de Información en Salud, CENS -corporación sin fines de lucro integrada por las Universidades de Chile, Católica, de Concepción, Valparaíso y Talca, con el apoyo de CORFO-, considerando la realidad y los recursos de América Latina.

“Es primera vez que el continente cuenta con un insumo así, para el cual trabajamos a fondo con un amplio grupo de educadores recogiendo las características y necesidades de nuestra región en materia de salud digital. En base a esos requerimientos es que ahora nos toca modernizar y madurar los programas y ajustarlos a la idiosincrasia local”, explica el académico, quien además dirige en nuestra institución el Centro de Informática Medica y Telemedicina, CIMT, cuna de dicha instancia de postítulo junto a diversos diplomas y escuelas de verano.

En ese sentido, considera que algunas áreas del magíster requieren una mayor consolidación: “Hay módulos en los que somos fuertes ya, por ejemplo en el ámbito de imágenes, procesamiento de señales o métodos matemáticos, donde lo que hacemos no tiene nada que envidiar a lo que se ofrece en Europa; en ese sentido, estamos trabajando en sintonía con el resto del mundo. Pero también pensamos que hay algunos módulos de los que impartimos que requieren madurar: la bioinformática es uno de ellos. Lo podemos ver en esta pandemia: ¿qué capacidad tenemos en Chile para detectar las diferentes cepas del virus que están activas en la población?; ese es un ejemplo que refleja que no hay competencias suficientes, no contamos con una capacidad establecida aún en el país para dar respuestas rápidas y solidas sobre preguntas que hoy son de vida o muerte. Y en ese sentido, pagamos caro el dividendo por no haber creado antes competencias en bioinformática como otros países”.

Otro ejemplo, añade, es el módulo referido a la gestión de la calidad y del cambio; es decir, “todo lo que tengo que saber cuando hago innovación en una institución de salud, cuando me pongo el sombrero del director de una institución hospitalaria compleja, y quiero inducir cambios en ella. Ese es un arte y se tiene que aprender, sobre una base de know how de las especificaciones técnicas y su arquitectura, pero también cómo moderar procesos de cambios e innovación, que es algo para lo que muchas de las jefaturas en salud del país no están preparadas por falta de oferta formativa. Todos hacen lo que pueden y es respetable, pero son competencias que no tienen, no saben medir la complejidad de los procesos y equipos, piensan que toman la mejor decisión, y esto nos lleva a la situación de salud digital que vemos en muchas partes en Chile todavía”.

Pero para ello, el doctor Härtel explica que en primer término deben superar otro desafío: “Para levantar y robustecer programas que son importantes para el desarrollo del país, hoy no cuento con la masa crítica de académicos suficiente, no soy capaz de atraer académicos jóvenes que vengan con formaciones complementarias para insertarlos en la Facultad de Medicina. Como programa vivimos fuertemente este problema económico de no tener fondos para diversificar nuestro cuerpo académico, en una disciplina que es nueva y altamente colaborativa, en la que necesitamos competencias que solamente puede proveer gente joven; esto nos afecta en forma muy dura, prácticamente existencial”.

Con esa meta en el horizonte, agrega que “una recomendación de los pares evaluadores del proceso de acreditación, que recogimos, se refiere a establecer alianzas con el sector privado. Así que estamos convocando a representantes de la industria para que inviertan en el magíster; para ello, estamos diseñando junto con Alejandro Maass, del Centro de Modelamiento Matemático de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, y a otros actores también, algo que permita esta interacción, un compromiso financiero de empresas para apoyar programas e investigación en datos y salud. Podrían ser becas para estudiantes, o donaciones que cubran puestos académicos. Estamos creando nuevos convenios, ideando cómo pueden fluir en forma adecuada fondos desde la industria a la academia, para que sea factible un nuevo marco de acción que el país y sus instituciones requieren”.

Al respecto, acota que en paralelo “debemos avanzar en cuán maduros somos como institución para recoger ese tipo de fondos privados. En ese sentido, destacaría el trabajo que están haciendo la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo y el Senado Universitario para cambiar los reglamentos pertinentes y crear las condiciones que permitan modernizar la administración y así acoger y manejar los recursos responsablemente. Pero en primer plano, es llamativo que el Estado no apoye, con proyectos como Mecesup, por ejemplo, que una institución pública como la Universidad de Chile pueda desarrollar disciplinas nuevas de forma adecuada, que todos reconocen como relevante”.

En ese escenario, ¿es posible pensar en un futuro programa de doctorado?

Ese sería nuestro próximo paso, pero si no logramos robustecer el magíster es complejo. De hecho, su programa es muy exigente, tiene 120 créditos, por lo que en la práctica faltaría muy poco para dar ese salto hacia un doctorado. Pero para hacerlo necesitaríamos el apoyo de un programa como Mecesup, porque si bien partimos con fondos internacionales, y eso estuvo bien, hoy Chile tiene musculatura propia ya, no es un país pobre, por lo que esperaría que pudiera gestionar su propio desarrollo. De hecho, fundaciones internacionales han medido su progreso en las últimas décadas y ya no consideran que el país requiere fondos para madurar, sino que requiere un cambio organizacional, de gestión y gobernanza. Todavía no logro entender cómo el país piensa crecer si no se compromete con inversiones en programas formativas de su gente.

Una brecha lejos de cerrar

En la actualidad, el Programa de Magíster en Informática Médica está orientado a profesionales provenientes tanto de carreras de la salud como de ingeniería. Consta de cuatro semestres, tres lectivos y uno de tesis; el primero se aboca a nivelar a estudiantes de uno y otro ámbito en lenguajes comunes, para luego formarlos en las áreas de Gestión de la Información y de Diagnóstico y Tratamiento Computarizado, entre las cuales los participantes pueden optar por la de su mayor interés. Durante el cuarto semestre, cuentan con dos alternativas para preparar su egreso: realizar una tesis de investigación o una Actividad Formativa Equivalente, AFE, desde una perspectiva más orientada al plano profesional.

Al contar con un panel transdisciplinario, nacional e internacional, de más de 60 profesores –con académicos de las universidades de Heidelberg y de Heilbronn-, es indispensable que los postulantes hablen inglés, lo que además facilitará el que puedan realizar un posible intercambio europeo. En ese sentido, el doctor Härtel señala con alegría que han recibido igual número de alumnos extranjeros que los chilenos que viajaron a completar sus tesis en Alemania.

En sus siete años de existencia han egresado 30 estudiantes, formados en la mejora de la salud de las personas, de los sistemas digitales de salud, de la salud pública, de la investigación clínica y biomédica a través de una eficaz y eficiente gestión de la información y conocimiento. “Considerando que Chile tiene 29 servicios de salud a lo largo del país; se podría pensar que hay justo un egresado por servicio, pero se necesitan muchos más”, comenta el doctor Härtel. Y es que, añade, en el primer informe de la submesa de Datos Covid-19 del Ministerio de Ciencias, “Una Mirada a la Cultura de Datos en Chile“, se reconocen brechas en el manejo de información de salud y se publicaron datos de un estudio de participantes del magíster que cuantifican la brecha en capital humano en el orden de 2.000 personas para alcanzar niveles de madurez básicos en interoperabilidad, calidad de los datos y software, así como en gobernanza de datos en sistemas de información en salud.

Por último, la reciente acreditación faculta al programa para la postulación a becas nacionales, consolida su prestigio y permitirá hacer realidad la doble titulación con las universidades de Heidelberg y Heilbronn, la cual ha sido aprobada por el Consejo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en enero de este año.