En la víspera del “Día de la Kinesiólogo” que se celebra cada 06 de mayo, desde 1969 en el país, el Departamento de Kinesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y la carrera de kinesiología de la Universidad de Santiago se reunieron para conversar, “desde distintas miradas, cómo afecta la inclusión en la kinesiología, no solo cómo favorecer, sino también cómo la incorporamos dentro de nuestro quehacer”, señaló Álvaro Besoaín, encargado de extensión de nuestra casa de estudios y quien estuvo moderando la actividad “Educación inclusiva en kinesiología: Hacia la participación de personas con discapacidad”.
Javier Silva, académico de la carrera de Kinesiología de la Universidad de Santiago de Chile (USACh), indicó que “la kinesiología es muy amplia, ya no es solo la que se ejercía hace 30 años, es decir, masajistas deportivos o rehabilitadores, sino que va de la ciencia básica hasta la gestión, pasando por atención de salud. Po eso, la inclusión es hacia dónde tenemos que ir apuntando actualmente”.
Al respecto, Pamela Aquino, estudiante de Kinesiología de la USACh, comenta que “es un proceso complejo el ser estudiante con discapacidad, al principio están los mitos y los miedos de que no se pueda lograr. Sin embargo, las barreras se pueden ir superando. Lo fundamental es pensar en un modelo centrado en el estudiante, ya que se están educando, en este caso, personas que van a ejercer como kinesiólogos/as y van a tener en sus manos vidas, van a trabajar con personas que necesitan su apoyo”.
Derecho fundamental y su implementación
“La discapacidad no afecta lo que tú eres como profesional o como persona. La inclusión va de la mano con la confianza, cuando aceptemos que somos todos y todas iguales”, explicó la kinesióloga Jenniffer Cukic. En tal sentido, uno de los grandes desafíos que han aparecido en la implementación de la Ley de Inclusión (Nº 20.845) en las Instituciones de Educación Superior (IES) es asegurar, a las y los estudiantes con discapacidad, su participación con equidad e igualdad de oportunidades en la universidad.
En las IES, la inclusión responde a un derecho fundamental que resguarda la no segregación de ninguna persona por razones de su cultura, origen socioeconómico, discapacidad, identidad de género u orientación sexual. “Más que un desafío legal, es un desafío comunitario de cómo construimos comunidad y cómo construimos un currículum pedagógico que sea capaz de aceptar y promover diversidad en todas sus formas'', afirmó Solange Vallejos, terapeuta ocupacional.
Cabe mencionar que la “Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, vigente en Chile desde el 2008, tiene el propósito de “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”. Por esta razón, la educación inclusiva tiene que ser un proceso conjunto en comunidad, “por mucho que existan los mandatos, no existe una inclusión real si no instalamos una cultura inclusiva. Si no instalamos una visión empática con el otro, será difícil favorecer la inclusión”, agregó la terapeuta ocupacional.