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El “Proyecto Alpha: Desarrollo Académico en Innovación e Investigación en Educación en Ciencias de la Salud”, tiene el objetivo de potenciar el desarrollo académico en la Facultad de Medicina, mediante el fortalecimiento de las competencias para la Innovación e Investigación en docencia en ciencias de la salud.

Se desarrollará durante tres años

Proyecto Alpha: un nuevo horizonte para la innovación

La Facultad de Medicina se adjudicó recursos del Fondo de Inversión para el Desarrollo Académico de la Universidad de Chile, FIDA, para la implementación de esta iniciativa cuyo objetivo central es fortalecer la investigación e innovación en docencia en el ámbito de la salud.

Nuevas carreras se suman a tres alternativas de ingreso

U. de Chile lanza vías de admisión especial 2026 en agosto

La Universidad de Chile lanzará sus vías de admisión especial, que en conjunto ofrecen más de 2500 vacantes para la admisión 2026, en la “Jornada de alternativas de ingreso a la UCHILE”, evento que se realizará el próximo sábado 2 de agosto y que contará, entre otras cosas, con stands de carreras y charlas de orientación para conocer las distintas opciones que existen para entrar a la Institución. Algunas de las novedades de este año, incluyen la incorporación de nuevas ​carreras a los ingresos especiales ​dirigidos a estudiantes de colegios técnico-profesionales​ y de establecimientos públicos, además del de equidad de género.

37 nuevos profesionales para el país

Promoción 2024 de la Escuela de Fonoaudiología recibe su título

El jueves 24 de julio en el Aula Magna doctor Gabriel Gasic del Campus Norte, la Facultad de Medicina celebró la titulación de la cohorte 2024 de fonoaudiólogas y fonoaudiólogos, en una ceremonia cargada de simbolismos, agradecimientos y llamados a ejercer con humanidad y compromiso social.

Con el objetivo de promover la salud mental del alumnado de carreras del área de la salud y garantizar ambientes respetuosos en los campos clínicos, la Superintendencia de Educación Superior, SES, oficializó una nueva norma de carácter general que establece deberes obligatorios para las instituciones de educación superior

Facultad de Medicina tiene ya en marcha diferentes aspectos que solicita esta norma

Por un aprendizaje clínico en espacios que propicien el bienestar

Con el objetivo de promover la salud mental del alumnado de carreras del área de la salud y garantizar ambientes respetuosos en los campos clínicos, la Superintendencia de Educación Superior, SES, oficializó una nueva norma de carácter general que establece deberes obligatorios para las instituciones de educación superior. La medida, que comenzará a regir el 1 de enero de 2026, está siendo revisada por las autoridades de nuestro plantel para viabilizar su puesta en marcha, informó la doctora Andrea Mena, directora clínica.

CapsoCam Plus es una cápsula endoscópica de 31 milímetros de largo y 11 milímetros de diámetro, totalmente inalámbrica y que puede ser ingerida por vía oral “de forma muy cómoda para el paciente”, dice la doctora Lucero

Alianza entre Facultad de Medicina y Hospital Roberto del Río facilitó su adquisición

Cápsulas endoscópicas de última generación para diagnóstico digestivo

Se trata de la “CapsoCam Plus”, dispositivo electrónico complementario a exámenes como la endoscopía y la colonoscopía, que toma imágenes durante todo su trayecto al interior del sistema digestivo, facilitando el diagnóstico de patologías como anemia, enfermedad inflamatoria intestinal o poliposis.

Literatura, memoria y profesión se unieron en un emotivo encuentro en la Facultad de Medicina

Café Literario rescató las huellas de la matronería chilena

El Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y el Recién Nacido organizó el Café Literario “Huellas imborrables en la memoria: relatos de Matronería sobre experiencias en la práctica profesional”, que cerró un proyecto de extensión que visibiliza la dimensión cultural, histórica y humana del quehacer de matronas y matrones en Chile. La jornada reunió experiencias, reflexiones y arte en un espacio íntimo y significativo.

El proyecto Edita y Aplica considera cuatro videos en los que se ahonda en distintas temáticas relativas a la accesibilidad universal al interior de nuestra casa de estudios.

Proyecto “Edita y Aplica”

Accesibilidad universal: ante todo, un derecho

Los profesores Sara Tapia-Saavedra y Daniel Larenas-Rosa, directora y académico respectivamente del Departamento de Fonoaudiología, e integrantes de la Mesa de Implementación de la Política de Inclusión en la Facultad de Medicina, son los creadores de cuatro videos educativos cuyo objetivo es ahondar en la importancia de la accesibilidad para favorecer los procesos de enseñanza aprendizaje de los estudiantes.

La iniciativa es liderada por el Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas

Se inicia construcción de la primera etapa de un Laboratorio de Bioseguridad Nivel 3

Se inicia construcción de la primera etapa de un Laboratorio BSL-3

Estas nuevas dependencias permitirán tanto la investigación con patógenos del grupo de riesgo de nivel 3 –es  decir, capaces de causar enfermedades en personas o animales de gravedad o incluso mortales-, como también la formación y certificación de recursos humanos especializados para el trabajo en este tipo de recintos de bioseguridad. Estos avances son posibles gracias a los recursos provenientes del Programa de Estímulo a la Excelencia Institucional de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, los que fueron concursados internamente por la Facultad de Medicina el año 2017. Su adjudicación por parte del Programa de Virología del ICBM permitió el inicio de las obras de infraestructura destinadas a la habilitación del espacio de 140 m2 que ocupará este nuevo laboratorio, ubicado en el tercer piso del sector J del edificio del Campus Norte de nuestro plantel, el cual durante muchos años estuvo en desuso. Las obras, que están siendo ejecutadas y supervisadas por personal de la Dirección Económica y de Gestión Institucional, incluyen normalización de red eléctrica, obras civiles y climatización, entre otras.

Los doctores Aldo Gaggero, director del proyecto, y Fernando Valiente, coinvestigador, ambos académicos del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de nuestro plantel, señalaron que “la pandemia de COVID-19 puso en evidencia la necesidad de contar con este tipo de laboratorios, puesto que en ellos no sólo se puede investigar en virus, bacterias o parásitos causantes de enfermedades humanas o animales graves, con consecuencias económicas importantes, sino que, además, podríamos por ejemplo haber contribuido con otro tipo de servicios, como la certificación de productos desinfectantes apropiados para este tipo de patógenos, solicitudes que crecieron ocho veces entre el 2019 y el 2020, entre otras muchas posibilidades”.

Este es un proyecto transversal que está actualmente en proceso de evaluación, y que contempla la participación de expertos tanto de la Facultad de Medicina como de las universidades de Antofagasta, Atacama, Católica de Valparaíso, Andrés Bello, Mayor, de Santiago, de Concepción, Austral y Magallanes, además del Servicio Agrícola y Ganadero, SAG. “Actualmente en nuestro país sólo dos instituciones tienen laboratorios de bioseguridad de este tipo: el Instituto de Salud Pública y la Pontificia Universidad Católica, lo cual es insuficiente para cubrir todos los requerimientos de investigación y sanitarios tanto a nivel de academia como en prestación de servicios”, añaden.

Diferentes niveles de bioseguridad

Según la Organización Mundial de la Salud, los niveles de contención de seguridad que deben ofrecer los laboratorios se clasifican según el tipo de microorganismo o volumen de patógenos que se analice en estos. Así, agentes del grupo de riesgo de nivel I –es decir, de bajo riesgo individual y comunitario, como bacterias, hongos, virus y parásitos que no causan enfermedades a personas ni animales-, requieren nivel de contención de bioseguridad BSL-1, “que son los laboratorios como tradicionalmente los conocemos, en los que se hacen estudios más sencillos o docencia”, explica el doctor Gaggero.

Luego, los agentes del grupo de riesgo de nivel II son patógenos que pueden causar enfermedades a humanos o animales, pero que habitualmente no causan riesgos serios a trabajadores de laboratorio, la comunidad, los recursos naturales o el medioambiente; además, cuentan con tratamientos efectivos, medidas preventivas y la posibilidad de dispersión en la comunidad es bajo. Para ello se requieren laboratorios con nivel de contención de bioseguridad BSL-2.

Los agentes del grupo de riesgo de nivel III son de alto riesgo individual y bajo a nivel comunitario. Son patógenos que causan enfermedades humanas o animales serias, o que pueden resultar en consecuencias económicas importantes, pero que normalmente no se transmiten por contacto casual de un individuo a otro y para los cuales existe tratamiento con agentes antimicrobianos o antiparasitarios. Por ello, requieren nivel de contención de bioseguridad BSL-3.

“Un laboratorio de contención BSL-3 está concebido para trabajar con microorganismos del grupo de riesgo III, así como con grandes volúmenes o concentraciones de grupo de riesgo II, ya que permite contener cualquier riesgo de difusión de aerosoles o salpicaduras de fluidos o líquidos corporales”, explica el doctor Valiente. “Se podrá trabajar con Mycobacterium tuberculosis, virus como el hantavirus, VIH, SARS-CoV-2, lentivirus o retrovirus en cantidades mayores, porque podrían representar un riesgo para el operador. Hay una serie de patógenos que eventualmente deberíamos manejar en estos niveles pero que hoy, por no disponer de estos laboratorios, no podemos investigar con ellos”, añade el doctor Gaggero.

Contribución a proyecto de vacunas de la Universidad de Chile

La puesta en marcha de esta iniciativa consta de varias fases, la primera de las cuales es la ya iniciada adecuación del espacio físico del futuro laboratorio, y que debiera culminar a mediados de septiembre próximo, para así instalar equipamiento de laboratorio ya adquirido gracias a proyectos de investigación anteriores, señalan los académicos. “La construcción de la plataforma BSL-3 se basa en un proyecto diseñado por la empresa Tecnyca, especialista en laboratorios de bioseguridad, y que considera un área limpia compuesta de tres sectores de trabajo separadas para patógenos  virales, bacterianos o parasitarios, que serán modulares y flexibles. Además se contempla una zona de biobanco, que nos permita no solamente tener los microorganismos de los investigadores que usen este espacio sino también una colección de patógenos del grupo de riesgo III, congelados bajo condiciones adecuadas, ya sea a -80 grados celsius o en nitrógeno líquido”, informa el doctor Gaggero.

También se considera la instalación de accesos restringidos mediante tecnología de ingreso y cámaras de seguridad, y zonas para el cambio de ropa previo a ingresar al área limpia, una “burbuja” climatizada, con presión negativa –para impedir que nada salga cuando se abren las puertas- y cuyos respectivos equipos estén instalados sobre el techo del edificio, espacio al cual se accede desde fuera de las dependencias, de manera de facilitar su mantención sin que los operarios deban ingresar al laboratorio. 

Además, el proyecto contempla salas para una ultracentrífuga, citómetros de flujo, microscopía,  sistemas de documentación, así como áreas de lavado y autoclavado de material, pues cualquier elemento que salga del laboratorio debe estar inerte. Del mismo modo, instalaciones sanitarias y eléctricas que permitan su autonomía y funcionamiento ininterrumpido, así como con personal capacitado para esos fines. “El objetivo es cumplir con las normas de certificación de la Organización Mundial de la Salud para la puesta en marcha de laboratorios BSL-3, para lo cual trabajaremos bajo un sistema de gobernanza que considera la participación de un comité asesor externo compuesto por expertos de la propia OMS, del Instituto de Salud Pública y de la Subsecretaría de Salud Pública, que nos ha prestado su apoyo”, añade el doctor Valiente.

Quienes trabajen en este laboratorio, o sean sus usuarios, deberán ser especialistas e investigadores con certificación internacional de uso de BSL-3. “Los cursos aprobatorios tendremos que generarlos nosotros acá, y eso es por una razón: de todo el consorcio de universidades que participa, somos siete los investigadores principales, entre los cuales estamos nosotros, que ya tenemos esa  certificación internacional, por lo que podremos crear e impartir esos cursos de capacitación abocados al usuario, que podrían ser profesionales del área o investigadores en postgrado o postdoctorados”, señalan los académicos.

Así, los investigadores postularon a la convocatoria 2021 de Fondequip para Equipamiento Mayor para la puesta en marcha de esta segunda etapa, cuyo costo bordea los 950 millones de pesos y que, de lograr su adjudicación, podría estar terminada durante el 2023. Si no se obtienen dichos recursos, añade el doctor Valiente, estudiarán nuevas formas de recaudación de dichos fondos de manera de concretar el proyecto, cuya sustentabilidad en el tiempo mediarán a través de la prestación de servicios tanto a investigadores de las universidades participantes en el consorcio como de otras instituciones académicas o de los sectores agrícola, ganadero o pesquero, por ejemplo. “Esta iniciativa está muy en sintonía con el proyecto del laboratorio de vacunas que tiene la Universidad de Chile en el Parque Carén, que nosotros podemos apoyar como un aporte muy importante tanto desde la perspectiva del manejo de agentes de riesgo de nivel III como con el biobanco de patógenos que proponemos”, finaliza el doctor Gaggero.