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Profesoras Karen Basfi-Fer, Paola Cáceres, Evelyn Bustamante, Claudia Gacitúa y Carolina Barrera

Y obtiene segundo lugar

Escuela de Nutrición participa en Congreso Iberoamericano

Del 15 al 16 de enero se llevó a cabo en Concepción el Congreso Iberoamericano de Educación en Ciencias de la Salud 2025, el cual tiene como propósito ser un espacio para la actualización en educación y para compartir experiencias de buenas prácticas docentes entre carreras de la salud.

La Universidad de Chile se convirtió en la institución de educación superior más demandada del país, con 46.256 postulaciones válidas. En tanto, Medicina y Plan Común de Ingeniería en la misma casa de estudios, fueron la primera y tercera carrera más postulada del sistema.

Medicina es la carrera más demandada

U. de Chile es la institución de educación superior más postulada

Este lunes 20 de enero, se dieron a conocer los resultados del proceso de selección a la educación superior y según datos del DEMRE, la Universidad de Chile resultó ser la universidad más postulada del sistema, con 46.256 postulaciones válidas. Medicina en la misma institución, en tanto, es la carrera número uno en postulaciones este 2025. En este marco, la Casa de Bello convocó a más de 7.900 personas a matricularse entre el 21 y 23 de enero.

Si luego de revisar en demre.cl o uchile.cl se confirma la selección, a partir de las 00:01 horas del martes 21 de enero, se puede comenzar el proceso de matrícula, a través del portal matricula.uchile.cl.

El proceso comenzará a las 00:01 horas del 21 de enero

¿Qué debe saber la generación 2025 sobre su primera matrícula?

Al mediodía del próximo lunes 20 de enero se acabará la espera de quienes postularon a las universidades chilenas y sabrán sus resultados de selección. Así, las personas llamadas a matricularse en el primer periodo, podrán hacerlo entre el 21 y 23 de enero. En este escenario, ¿qué deben considerar las mechonas y mechones de la Universidad de Chile sobre este proceso? Lo esencial, a continuación.

Habilidades que pueden salvar vidas:

La importancia de los primeros auxilios en carreras de la salud

El pasado 17 de octubre, en las afueras de la sede del Banco de Chile, ubicada a un costado del Campus Norte de la Facultad de Medicina, un grupo de estudiantes de nuestra universidad intervino exitosamente en la atención de una persona que se encontraba en estado crítico. El hecho relevó la importancia de la enseñanza de primeros auxilios en la formación de futuros profesionales de la salud.

La comunidad del ICBM junto al decano, doctor Miguel O´Ryan; al subsecretario de Ciencias, Cristián Cuevas, y el vicerrector de Investigación y Desarrollo, Christian González-Billault

Mirando al futuro de la salud y de la formación de nuevos profesionales

ICBM sienta las bases de su modernización

En su aniversario número 27, el Instituto de Ciencias Biomédicas celebra el que es, quizás, el logro más desafiante de su existencia: con la participación de toda su comunidad, establecer los fundamentos del necesario cambio para seguir contribuyendo al desarrollo científico de Chile.

La iniciativa brindó 10 sesiones, ofrecidas por estudiantes de 4to año, a 27 niños y sus padres o cuidadores

Primer Programa de acompañamiento a la niñez y al desarrollo infantil (PANDI)

Reflejando el rol social de la Terapia Ocupacional

El 3 de diciembre de 2024 se cerró con resultados positivos el proceso de atención a 27 niños y niñas de la comuna de Independencia, el cual estuvo a cargo de estudiantes de cuarto año de esta carrera de pregrado junto a docentes de ese departamento disciplinar.

Entrevista al director general del HCUCH:

Sustentabilidad financiera y fortalecimiento del rol institucional

En medio de un contexto nacional y global marcado por tensiones económicas, políticas y sociales, el Hospital Clínico de la Universidad de Chile cerró un año 2024 desafiante, pero con pasos firmes hacia la recuperación de la actividad asistencial y el fortalecimiento de su rol como referente en salud y educación. En su primera entrevista del año, el director general, profesor doctor Eduardo Tobar, hace un balance de este período, compartiendo los logros alcanzados y los retos que se proyectan para el 2025.

El desarrollo y resultados de esta investigación fueron presentados por la profesora Lee ante los miembros de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile, Asofamech, el 13 de enero de 2025.

Profesora Ximena Lee, académica e investigadora del DECSA

“No es una generación de cristal: están conscientes de sus derechos”

El proyecto “Estrategias de afrontamiento frente a barreras identificadas para el ejercicio de las buenas prácticas docentes en especialidades médicas” aborda una problemática profundamente arraigada en la formación en ciencias de la salud: el impacto del maltrato en los entornos educativos. Pero, además, propone estrategias para transformar el aprendizaje clínico en un espacio inclusivo y respetuoso.

Un hito en la formación de especialistas y el fortalecimiento de la salud pública

FMUCH firma convenio asistencial docente con el Hospital Barros Luco

En una ceremonia celebrada el pasado jueves 9 de enero en el Aula Magna del Campus Sur de la Facultad de Medicina, autoridades de ambas instituciones resaltaron la trascendencia de este acuerdo para formar especialistas comprometidos con la vocación pública y la atención de calidad en el sistema de salud chileno.

Andrés Couve, ex Ministro de Ciencias y académico de la Facultad de Medicina

"Ha llegado el momento de incorporar la ciencia de manera mucho más decidida al motor de desarrollo"

Ha llegado el momento de incorporar la ciencia al motor de desarrollo

Inició ese recorrido en diciembre de 2018, proveniente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, donde uno de los hitos destacados de su trayectoria fue la creación del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), espacio en el que confluyen la investigación científica, la innovación, la educación y la divulgación, de la mano de la academia y de las redes de colaboración con entidades públicas y privadas, nacionales y extranjeras.        

Ese modelo basado en la articulación es el que, cuatro años después, cree que es indispensable para la consolidación de la ciencia como motor de crecimiento y cambio para nuestro país. “Hay un consenso muy generalizado en la comunidad científica, en el mundo político y en el privado, de que Chile debe invertir más en investigación y desarrollo, acercándose a los niveles que tienen hoy los países del primer mundo. El problema es que tenemos que encontrar mecanismos para hacerlo, y eso es mucho más difícil que simplemente plantear una meta de inversión como porcentaje del PIB. Esa estrategia tiene que contemplar un aumento de la inversión pública atendiendo a propósitos claros y también incentivos para que el sector privado se involucre de manera muy activa durante los próximos años. 

Pero con las restricciones del gasto público se ve complejo avanzar. ¿Cuáles serían para usted los ejes para alcanzar ese estatus de interacción?

“La invitación que hice permanentemente como ministro y que continúo haciendo es que comencemos un debate para ver cómo debe crecer el sistema de I+D e innovación en nuestro país. Temas fundamentales: hay que saber para qué y cómo vamos a aumentar el gasto público, que no puede ser simplemente en base a proyectos ni a los instrumentos que existen hoy. Tenemos que diseñar nuevos instrumentos que permitan inyectarle recursos al sistema asegurando un impacto en el desarrollo. Parte de esos recursos tienen que orientarse hacia incentivos para que el sector privado se comprometa de manera muy activa en la I+D, y de esa forma incorporar mucho más conocimiento a nuestra economía. Durante el último semestre en el ministerio hicimos una proyección utilizando una comparación internacional, que consideramos ambiciosa pero viable, que nos llevó a plantear una serie de acciones que resultan en un aumento de la inversión en I+D que alcanza el 0,8% del PIB en ocho años y que, al final de ese periodo, resulta en igual proporción de inversión público y privada”.  

Hoy, añade, los factores de esa participación provienen aproximadamente en un 70% de fondos públicos y un 30% del sector privado, “siendo que en los países desarrollados es al revés. ¿Y cómo se hace? Primero con un esfuerzo sostenido en el tiempo, es decir con políticas que trascienden los gobiernos de turno. Otros países han tomado entre 10 y 15 años en lograrlo. Además, tenemos que diseñar mecanismos nuevos y muy efectivos para el aumento de la inversión pública con propósito y mirada estratégica de política pública, que es la función del Estado. Más y mejor investigación en las universidades, creación y fortalecimiento de centros regionales, plataformas tecnológicas, nuevos convenios de desempeño en I+D de nuestros Institutos Tecnológicos Públicos son algunos ejemplos de acciones en el sector público que requieren inversión. Y para lo privado tienen que diseñarse incentivos atractivos que mejoren su participación. En este escenario el nuevo supercomputador en la Universidad de Chile y el eventual beneficio tributario en el proyecto de ley de reforma tributaria apuntan en la dirección correcta".

En ese sentido, el doctor Couve tiene la convicción de que la I+D es absolutamente indispensable para el desarrollo de Chile y que tenemos muchos desafíos en esa materia. "Hemos avanzado, pues hemos tenido una política sostenida de inversión durante muchas décadas, lo cual es quizás lo más importante para el desarrollo de la investigación científica y para que esta llegue a tener impacto, aun cuando la inversión haya crecido menos de lo que necesitamos. Y tenemos una institucionalidad dinámica que ha evolucionado de acuerdo a las capacidades y necesidades del país. Es evidente que ha llegado el momento de incorporar la ciencia de manera mucho más decidida al motor de desarrollo. En ese contexto, es necesaria una investigación más distribuida a lo largo del territorio abordando desafíos estratégicos, más inclusiva, vinculada con los distintos ámbitos de la sociedad incluyendo la promoción de la transferencia tecnológica, innovación y emprendimiento para transformar nuestra economía.

La “apropiación social” del conocimiento 

La ciencia como tema público pareciera tener una bisagra en octubre 2019, pues se empezó a hablar de su rol en el marco de la nueva Constitución, del presupuesto con el debiera contar. En ese escenario sobrevino la pandemia; ¿sirvió esta crisis para visualizar la importancia del desarrollo científico nacional para enfrentar este tipo de episodios?

El ministerio nació marcado por el estallido social y la pandemia, lo que nos orientó rápidamente a concretar la misión de poner la ciencia al servicio del país. Fueron tiempos muy difíciles, pero que sirvieron por un lado para visibilizar la relevancia que debe tener una institucionalidad científica y una comunidad académica articulada, por otro, para compartir con la ciudadanía contenidos, metodologías y prácticas científicas, que antes eran desconocidas. Por ejemplo, hoy todos tenemos alguna noción de que existen distintos tipos de vacunas, de cómo se desarrollan, la importancia de los ensayos clínicos, de los estándares de seguridad y de efectividad. Lo mismo ocurre con las técnicas de diagnóstico; hoy la gran mayoría de las personas se ha hecho un PCR y sabe que detecta material genético del virus. Algo similar ocurrió gracias a la discusión internacional sobre cambio climático, en temas como el aumento del nivel del mar y de la temperatura, o sobre la pérdida de biodiversidad. Hoy son conversaciones diarias, discusiones a todo nivel; son estos momentos de crisis los que permiten que las temáticas se visibilicen y las personas se preocupen e interesen en profundizar en cada una de ellas y contribuyan a las soluciones. Lo que llamamos la “apropiación social” del conocimiento.

Ello se junta con que en nuestro país, asegura el doctor Couve, “tenemos una tradición de toma de decisiones basadas o informadas por evidencia. Lo que ocurre es que esa evidencia ha provenido de muy pocas disciplinas; particularmente de la economía, que es una ciencia social. Pero en los últimos años el número de disciplinas que está informando la política pública es mayor. Las decisiones son complejas, se toman en base a una serie de insumos, y hoy día ciertamente la información científica proveniente de diversas áreas se está considerando en la toma de decisiones en ámbitos sanitarios, medioambientales, tecnológicos o digitales. Contamos con ejemplos muy concretos de cómo se han tomado decisiones informadas por evidencia científica que nos han destacado a nivel internacional: es el caso de las vacunas contra el COVID-19; hoy tenemos vacunas de origen chino, europeo, de Estados Unidos, y eso no es común en el mundo, pues en muchos países se tomaron decisiones basadas en la política, bloqueando a unos u otros fabricantes, mientras que en Chile la robusta institucionalidad y apertura internacional permitió tomar decisiones en base a criterios científicos y técnicos. Pero aún nos falta mucho camino que recorrer en la creación y formalización de canales que acerquen la investigación científica a la toma de decisiones a nivel de gobierno, gobiernos locales y congreso”. 

Vinculando ciencia, sociedad y territorios

Y así como se consideró lo que tenían que aportar científicos de diversos orígenes de todo el mundo para el control de esta pandemia, el doctor Andrés Couve señala que, de la misma forma, se comprometió a fomentar la generación de conocimiento a lo largo de todo el país. “Mientras estuve en el ministerio recorrí todas las regiones, muchas regiones más de una vez y no solamente sus capitales, sino que hicimos un esfuerzo para llegar al territorio profundo. Hoy tenemos instrumentos que apoyan la investigación en todo el país y eso tenemos que continuar promoviéndolo. Alcanzamos a fortalecer cinco o seis centros regionales, pero deberíamos tener al menos uno por región, además de mecanismos que le permitan a los investigadores e investigadoras de regiones alcanzar mayores niveles de competitividad; también me parece que uno de los grandes desafíos que tenemos es darle alcance nacional y coordinado a la investigación de campo, en terreno, donde ya hay redes establecidas de estaciones científicas pertenecientes a distintas universidades que se pueden fortalecer. Es una oportunidad concreta para aprovechar el potencial que tiene nuestro territorio y nuestro talento”. Estas estrategias regionales pueden tener un impacto importante en el desarrollo del país y he visto que el ministerio actual continúa empujándolas. Finalmente, añade, “creamos elementos para promover la vinculación de la ciencia con la sociedad en los territorios, desarrollando nuevos instrumentos orientados al desarrollo de proyectos, productos y espacios físicos de divulgación, que efectivamente contribuyen a lograr esos objetivos". 

Los “fierros” y las ideas

Por ello, al mirar hacia atrás, quien puso su trayectoria al servicio del nacimiento de una nueva cartera gubernamental para vincularla férreamente con el desarrollo - y que hoy volvió a los laboratorios en el Departamento de Neurociencia - apunta como uno de sus principales logros el que “primero, dejamos instalada la institucionalidad completa. El país cuenta hoy con un Ministerio de Ciencia plenamente instalado que se coordina con la nueva Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, la sucesora de Conicyt, que se encuentra operando en plenitud y con cambios estructurales importantes para hacerla más eficiente. Existen por primera vez cinco secretarías regionales ministeriales para descentralizar la institucionalidad científica y están en marcha también un consejo asesor presidencial, que acaba de entregar su trabajo al Presidente de la República, y otro ministerial; esos son los fierros, el hardware. Pero además de eso dejamos software, el diseño y planes de desarrollo; hoy contamos con una política de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación, con una política de equidad de género, con una política de inteligencia artificial, con un plan de centros, otro de capital humano o de talentos. Quedaron establecidos los primeros lineamientos u hojas de ruta, todos construidos de manera participativa; junto con eso en ciertas temáticas, donde orientamos el trabajo, quedaron instalados nuevos instrumentos, como uno de promoción al emprendimiento científico y tecnológico, Start-up ciencia, otro para incorporar la innovación al sector público, como es el Programa Desafíos Públicos; quedaron implementados nuevos instrumentos que permiten la vinculación entre la investigación, el mundo de la cultura, la economía o la sociedad en todo el territorio. Y además hicimos un trabajo muy sistemático en los temas que se convirtieron en emergencias durante nuestra administración, como un comité científico de cambio climático que fue fundamental para la COP 25-26 así como para el desarrollo y la aprobación de la ley marco de cambio climático; el mismo grupo de trabajo contribuyó a la estrategia climática de largo plazo, a la de desarrollo y transferencia tecnológica con ese objetivo, a una propuesta de exportación de energías limpias y a una nueva institucionalidad para el agua. Lo mismo ocurrió con la pandemia: fue una demostración de cómo la comunidad científica articulada puede contribuir significativamente al desarrollo del país en plazos muy cortos. Y finalmente elaboramos una propuesta para el futuro. No es “la” única idea, pero plantea cómo, a través de nuevos mecanismos, deben fortalecerse la investigación y el desarrollo. Es una mirada de futuro, con la intención de que sea revisada en profundidad, debatida, mejorada. La diseñamos como una provocación, para empezar a pensar en el cómo, en los mecanismos, no solamente en la meta”. 

¿Cómo visualiza avanzar en proyectos a su retorno, incorporando y complementando miradas?

De todas maneras; la combinación de mi trayectoria científica junto con estos tres años y fracción en la primera línea de la política me presenta una oportunidad que es más bien una responsabilidad, y que es contribuir a que la investigación científica, a que el conocimiento de distintas disciplinas, tenga el mayor impacto posible en la toma de decisiones. Eso implica transmitir aprendizajes a nuevas generaciones para que se entusiasmen y contribuyan a llevar conocimiento a la esfera pública. En ese sentido, en la Universidad de Chile hay un gran potencial para desarrollar actividades formativas, de investigación y de comunicación referentes a políticas públicas informadas por evidencia científica, de comenzar a formar esas capacidades. 

Por otro lado, añade, “creo que necesitamos reflexionar y desarrollar una nueva mirada sobre el valor de lo público, y cómo también requiere del sector privado para alcanzar objetivos comunes y de impacto que beneficien a la sociedad, y es estimulante volver a hacerlo desde la Universidad”.

Y es que, reitera, “la vinculación público-académico-privada es hoy indispensable para que el conocimiento generado en Chile tribute al desarrollo del país. Por eso que es tan relevante  que la investigación se vincule con la innovación, con el emprendimiento, y con la construcción de marcos regulatorios que permitan que el conocimiento participe de la transformación de la economía, que nos ayude a convertir amenazas en oportunidades. Sólo a modo de ejemplo, la articulación de académicos, privados, Fuerzas Armadas y el Estado permitió el desarrollo de ventiladores mecánicos en un momento crítico para el país, que tecnológicamente no tienen nada que envidiarle a ningún otro; sin embargo, no tenemos instituciones nacionales que certifiquen esos productos para uso médico, lo que le pone un obstáculo importante al desarrollo tecnológico. 

La relevancia de sumar investigación, innovación, emprendimiento, y regulación, complementando funciones público privadas, se vio de forma muy evidente durante la pandemia con el premio Franz Edelmann, donde la propuesta del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería y la Facultad de Medicina, en relación con datos móviles manejados por Entel, fue absolutamente clave para comprender cómo se estaba moviendo nuestra población durante cuarentenas. Así se tomaron decisiones en base a movilidad, comprendiendo que el respeto a la cuarentena era muy distinto dependiendo del nivel socioeconómico de la comuna, lo que ayudó a definir la entrega de apoyo. Ese es un valor público muy grande que también genera valor académico, porque se publicaron excelentes estudios científicos, y sin duda, un valor para la empresa pues aprendió y se incorporó a un tema de frontera que será beneficioso para su negocio. 

¿Es imaginable una especie de think tank de desarrollo científico en la Universidad de Chile?

De todas maneras. Pero la manera en que a mí me gustaría abordarlo sería con una mirada pragmática partiendo con instancias formativas, de cursos destinados a analizar la relación entre ciencia y política, luego con instancias de investigación en temas vitales para el futuro como datos, cambio climático, o futuras amenazas biológicas, y finalmente con instancias que permitan acompañar el diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas informadas por evidencia científica exponiendo nuestras opciones con la mayor claridad y objetividad posible para la toma de decisiones. La reciente creación de la nueva Facultad de Gobierno y una potencial vinculación con la Facultad de Medicina, y otras unidades de la Universidad, permiten hoy abordar este desafío para crear masa crítica, hacer investigación interdisciplinaria e incidir en políticas públicas desde la ciencia, valorando la libre producción y acceso igualitario al conocimiento y la tecnología como pilares de la democracia.