Al dirigirse a sus 49 nuevos colegas el profesor Pérez recordó las dificultades enfrentadas con su generación; “hoy ustedes comprenden desde otro prisma la realidad de la salud, qué significa la formación en enfermería; muchos de ustedes ya han tenido incluso estudiantes de internado a su cargo, o se han dedicado a la docencia y cada uno ha ido buscando sus espacios. Me alegra tenerlos hoy y compartir este momento, con una mirada más madura, profesional y humana, al vivir una pandemia que nos hizo cambiar todo; pueden hoy ver hacia el futuro de forma más integral”. En ese sentido, y para salir de la crisis sanitaria, añadió que “sabemos lo importantes que son no solamente desde el ámbito clínico, sino también social y en todos los roles, incluyendo el sociopolítico, que hoy se ha tornado muy importante”.
Luego, se refirió a lamentables hechos que han sido noticia en el país debido a la violencia entre profesionales de esta disciplina, “y aquí los quiero invitar como agentes de cambio, a ser parte de las transformaciones que debemos tener con nuestros pares, que debemos mantener y cuidar para tener buenas relaciones. Desde la formación es algo que nos preocupa profundamente, porque para ser buen profesional primero hay que ser buena persona y nosotros como hoy sus colegas nos preocupamos por eso, de que ustedes sean personas integrales”. Por ello, los llamó a no olvidar “ese emblema que llevan en el pecho, porque donde estén van a representar a la Universidad de Chile”.
A nombre de sus compañeros, la enfermera María Inés Ferrada agradeció a familiares y amigos que los apoyaron durante este camino universitario; destacó a los colegas que estuvieron en la primera línea de la salud cuidando pacientes durante la pandemia, sobre todo por su trato humanizado y su constante preocupación por ellos y su bienestar físico y emocional, pese al desgaste físico y de salud mental que repercutió en sus vidas. “Nuestro trabajo es vocación pura y no hay día que no queramos seguir ejerciéndola; más bien queremos mejorar, cuidarnos, y para lograrlo los invito a entenderse y sanarse, y a exigir siempre mejores condiciones laborales”.
Finalmente el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan, felicitó a los egresados y sus familias, señalando que “recibieron una formación de reconocida calidad, durante la cual enfrentaron dificultades, eventos como el estallido social y la crisis sanitaria. Ustedes recordarán estos años como invaluables en cuanto a experiencia de vida. La pluripotencialidad de su educación les abre caminos que ya están siguiendo, pero seguro que no serán definitivos sino que prácticamente sin límites en el contexto de las nobles profesiones que se centran en el cuidado de las personas”. En ese sentido, destacó que podrán liderar equipos sanitarios y encabezar labores directivas en diferentes instancias de nuestro sistema de salud o contribuir en la docencia universitaria, entre muchas otras posibilidades laborales. “Los invito a seguir desarrollando y cultivando los valores humanos y profesionales que han adquirido estos años”, sentenció.
Como mejor rendimiento académico, fue premiada la enfermera Fernanda Feres; como mejor compañero, el enfermero Edgardo Stanic. El premio Florence Nightingale fue para la enfermera Daniela Carvajal.