El pasado 27 de septiembre la Dra.Verónica Iglesias, jefa del Programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, expuso en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, en la sesión en torno a continuar la discusión, en primer trámite reglamentario, del proyecto de ley que regula el consumo, publicidad, comercialización, calidad y seguridad de los cigarrillos electrónicos, vaporizadores u otros, que operen como sistemas electrónicos de administración de nicotina, o sistemas similares sin nicotina.
La sesión que estuvo a cargo del presidente la comisión Tomás Lagomarsino, contó con la participación como invitados del Subsecretario de Salud Pública, Dr. Cristóbal Cuadrado, el Senador Dr. Juan Luis Castro y las académicas de la Escuela de Salud Pública y Departamento de Salud Pública de la Universidad de Chile y Universidad Católica, Claudia Bambs y Verónica Iglesias, respectivamente, ambas en representación del Consejo Asesor para el Control de Tabaco del Ministerio de Salud.
En la ocasión la académica de la Universidad de Chile se encargó de poner en antecedentes a los integrantes de la comisión el impacto del consumo del cigarrillo en la salud de las personas “a nivel internacional la epidemia de tabaquismo causa más de 8 millones de muertes al año, de estas 1,2 millones se deben a la exposición al humo de tabaco ambiental. Este número de muertes anuales es superior a la mortalidad generada por el COVID-19 con 6,5 millones aproximadamente en estos casi tres años de pandemia. En Chile, si bien en la última ENS 2016-2017 se reportó una menor prevalencia de consumo de tabaco con respecto a las Encuestas Nacionales anteriores, aún es insuficiente considerando que el tabaquismo es el principal factor de riesgo prevenible, y que no existe ningún nivel seguro de exposición”.
La experta detalló además, que los datos del Informe sobre el control del tabaco en la Región de las Américas 2022, el año 2020, posicionan a nuestro país con la prevalencia más alta de consumo de tabaco tradicional en adultos con un 29,2%. Y en cuanto a los cigarrillos electrónicos, de los 26 países de la región con información publicada, Estados Unidos tuvo la prevalencia más alta de consumo en jóvenes con un 19,6 %, y Brasil la más baja con un 0,2%.
“En Chile la prevalencia de consumo de cigarrillo electrónico en la ENS realizada el 2016-2017 fue 1,5%, siendo mayor el consumo en el grupo más joven (15 - 24 años) con un 3%. A pesar de los esfuerzos realizados por la Organización Mundial de la Salud quien el año 2003 convoca a los países miembros a firmar el convenio marco para el control de tabaco que tiene como fin disminuir la prevalencia de consumo y la exposición a humo de tabaco ambiental. La irrupción de los cigarrillos electrónicos pone en jaque esta disminución sostenida que ha experimentado la prevalencia de consumo en Chile y otros países de la región. Esto, porque la industria insiste en enfocar las estrategias de consumo principalmente en jóvenes y en afirmar en base a estudios realizados por investigadores de la propia compañía que estos productos tienen un 95% de menor riesgo que los cigarrillos tradicionales por lo tanto son una alternativa para quienes desean abandonar el consumo” explicó Verónica Iglesias a la Comisión.
Marcos internacionales y recomendaciones nacionales
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que es necesario regular los Sistemas electrónicos de administración con y sin nicotina (SEAN/SSSN) con la finalidad de proteger la salud de la población y potenciar los beneficios que pueden tener para disminuir los índices de prevalencia de tabaquismo en el mundo: "El rápido aumento del consumo de SEAN en todo el mundo no se puede desestimar ni aceptar sin realizar esfuerzos por reglamentar apropiadamente esos productos, con el fin de minimizar las consecuencias que puedan agravar la epidemia de tabaquismo y optimizar los posibles beneficios para la salud público" declara el organismo internacional.
Por su parte el Instituto de Salud Pública de Chile realizó un estudio y este año emitió una alerta donde advierte sobre el riesgo del uso de estos cigarrillos o vapeadores señalando que “tiene efectos dañinos para la salud. Adicionalmente, se advierte que los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina corresponden a productos farmacéuticos que requieren registro sanitario para su comercialización. A la fecha no hay ninguno registrado por esa institución, por lo que su venta es ilícita. Algunas marcas de cigarrillos electrónicos indican no contener nicotina, y a pesar de ello se ha encontrado que sí contienen” señala el estudio.
Sobre los riesgos a la salud el ISP indica además que la utilización de los cigarrillos electrónicos se ha asociado a riesgos para la salud, que van desde enfermedades bucales hasta cáncer.
En este sentido la Dra Iglesias agrega otra arista del consumo “la nicotina genera adicción que se evidencia en primer lugar por el fracaso en intentos para dejar de fumar y por la dificultad para controlar el consumo de tabaco. Esta dependencia química asociada a una dependencia psicosocial explica que aunque 70% de los fumadores desea abandonar el tabaco, sólo 2,5% lo consigue sin ayuda y quienes se someten a tratamiento, alcanzan cifras de cesación al año de 15% a 30%”.
Por eso explica la académica “se ha determinado que mientras antes se inicien en el consumo (menor edad) existe más riesgo de adicción, por eso es tan importante evitar que se inicien en el consumo y en caso que se inicien que sea lo más tarde posible. Y la venta y uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos sin las legislaciones y restricciones necesarias van precisamente en el sentido contrario de lo que recomiendan las políticas públicas de salud” finaliza Verónica Iglesias, jefa del Programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública.
Cabe señalar que la discusión de la próxima sesión de la Comisión de Salud continuará abordando el proyecto de ley que regula el consumo, publicidad, comercialización, calidad y seguridad de los cigarrillos electrónicos, vaporizadores u otros, buscando la forma en la que las recomendaciones de los expertos, las exposiciones de los integrantes de la mesa y las indicaciones del Ministerio de Salud se entrelacen en una normativa que contenga los elementos reglamentarios para no afectar la salud de las personas.