La doctora Fabiola Osorio es ingeniera en Biotecnología Molecular titulada en la Universidad de Chile, cursó su doctorado en inmunología en el University College London - UCL, del Reino Unido donde investigó cómo el sistema inmune reconoce a los agresores externos, para luego realizar su postdoctorado en el Inflammation Research Center de Bélgica. Es profesora asociada del ICBM, donde se incorporó en 2016; a la fecha ha obtenido financiamientos Fondecyt Regular con dos proyectos regulares sucesivos, un proyecto ECOS-CONICYT y además, en 2017 se adjudicó un proyecto internacional del Howard Hughes Medical Institute y, en el 2020, participó de un proyecto colaborativo ANID-COVID-19. Por otra parte, presidió la Asociación Chilena de Inmunología en el período 2019-2021.
Tiene 27 publicaciones en revista de alto impacto, con más de 4200 citaciones en Google Scholar. Su línea de investigación se centra en entender cómo el estrés celular contribuye a la generación de una respuesta inmune efectiva. El conocimiento derivado de esta investigación es relevante para comprender como se originan las enfermedades inflamatorias crónicas prevalentes tales como el cáncer, o también la resistencia y tolerancia a patógenos, entre otros.
“Adelina Gutiérrez fue la primera mujer que integró la Academia Chilena de Ciencias. Por eso es un tremendo honor recibir este premio, ya que muestra que en las diferentes etapas de una carrera académica se nos puede reconocer”, señaló la doctora Osorio.
Vías conservadas entre especies
“Desde que se estableció nuestro laboratorio formalmente en el 2016, nos hemos abocado a comprender el papel del estrés celular en el sistema inmune. En este momento estoy muy agradecida con la trayectoria de nuestro laboratorio, pues contamos con trabajos publicados y otros en camino; además, hemos tenido aspectos muy positivos, tales como la graduación de numerosos estudiantes doctorales, de magister y de pregrado, así como la formación postdoctoral, lo que ha fortalecido las publicaciones y trabajos que realizamos”.
El proyecto internacional financiado por el Howard Hughes Medical Institute se aboca a “entender cómo las vías de estrés celular, que son las responsables de conservar la homeostasis celular, pueden regular la función de las células dendríticas, que son los centinelas de la respuesta inmune”. De este modo, explica que las células cuentan con un proceso reparador denominado Unfolded Protein Response, UPR, o respuesta a proteínas mal plegadas. El plegamiento de proteínas incluye todos los procesos involucrados en la producción de una proteína, englobando una variada gama de enzimas y chaperonas moleculares que coordinan y regulan reacciones. En inmunidad, la UPR es altamente relevante ya que permite que las células puedan sintetizar la vasta cantidad de proteínas requerida para ejecutar la respuesta inmune.
“Sin embargo, determinadas enfermedades o infecciones pueden causar una interrupción en este proceso, lo que provoca estrés celular: en este momento es en el que se activa la UPR, en respuesta a una acumulación de proteínas mal plegadas en el retículo endoplasmático de la célula, con el fin de recuperar el funcionamiento normal de esta fabricación de proteínas o, si no lo logra, llevándola a la apoptosis o muerte. Por esta razón, comprender el papel de estas vías en la funcionalidad de la respuesta inmune es muy relevante, ya que abre nuevos campos de investigación y puede conducir a nuevas perspectivas inmunoterapéuticas”, sentencia.
En términos de resultados, agrega que “estudiamos a través de múltiples perspectivas una vía de estrés reticular en el sistema inmune, tanto en modelo de condiciones no inflamatorias pero también de inflamación, y nos preguntamos si la actividad de estas vías son extrapolables al humano. Y uno de los logros fue que determinamos que las células dendríticas humanas, que son importantes centinelas inmunológicos, tienen exactamente la misma configuración; es decir, esta es una vía conservada entre especies, por lo que los resultados que obtuvimos en organismos modelo podrían ser potencialmente llevados al humano. Esto lo reportamos este año con el eje IRE1 alfa/XBP1 de la UPR, pero es probable que los otros ejes puedan tener una configuración similar.”
Por otra parte, agrega, “hemos estado haciendo estudios en tumores; en tejidos, y en contextos que emulan infecciones e inflamación, indicando que hay un componente importante asociado a estas vías en la regulación del sistema inmune. Estamos en un momento muy entretenido en el laboratorio, estudiando fenotipos interesantes que estamos profundizando para poder publicar”.
En ese sentido, finaliza, “las vías que estudiamos tienen una relevancia clara en ciertos modelos. Pero creo que aparte de ellas, el estrés celular en general es definitivamente es un componente importante de nuestra propia regulación, y lo debiéramos entender en profundidad porque puede dar respuesta a muchas patologías que aún no entendemos, como la diversidad de enfermedades inflamatorias crónicas asociadas al mal funcionamiento de los tejidos y que todavía no tenemos idea cómo se originan y solo logramos detectarlas muy tardíamente”.