Así lo explica el doctor Enrique Castellón, académico del DOBC, señalando que “en nuestro país desde el 2018 tenemos un marco normativo establecido por el Plan Nacional del Cáncer, la Ley del Cáncer y los objetivos estratégico-sanitarios, que tienen un capítulo especial referido al tema también. En cumplimiento de ese mandato, orientado a disminuir la incidencia y la mortalidad de las enfermedades oncológicas es que nuestra misión principal es hacer investigación en diversas áreas relacionadas que impacten en políticas públicas que apunten a mejorar su prevención, diagnóstico y tratamiento, así como a disminuir las brechas en la atención oportuna a los pacientes”.
Quienes dirigen CECAN son el doctor Bruno Nervi, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y el doctor Enrique Castellón, académico del DOBC, como director alterno. El proyecto cuenta, además, con la participación de científicos de las universidades de Antofagasta, Católica del Maule, de la Frontera, Andrés Bello, del Desarrollo y del Instituto Nacional del Cáncer.
Sus actividades se organizan en cinco líneas de trabajo, cada una a cargo de uno o dos investigadores principales, ocho en total, 26 investigadores asociados y otros colaboradores, conservando participación equitativa de las instituciones y con perspectiva de género. Estas líneas son Prevención del Cáncer y Reducción de Inequidades, liderado por las doctoras Lorena Rodríguez, académica de la Escuela de Salud Pública de nuestro plantel y Paula Margozzini, de la PUC; Optimización de la Atención del Paciente, encabezado por los doctores Bruno Nervi, de la PUC y Johanna Acevedo, de la UDD; Innovación y Atención Personalizada, a cargo del doctor Castellón, DOBC; Investigación de Políticas de Salud, dirigido por los doctores Arteaga, de la ESP, y Manuel Espinoza, de la PUC, y Datos para la Acción: una Plataforma Integrada, a cargo de la doctora Carla Taramasco, de la UNAB.
“Nuestro eje tiene que ver con el trabajo que se hace en los laboratorios, y ahí tenemos varios proyectos relacionados con cómo generamos plataformas que optimicen esa labor; estructuras que faciliten la investigación, que fomenten la interoperabilidad sinérgica entre las instituciones participantes y que, eventualmente, incluso puedan ofrecer servicios”, añade el académico. En ese sentido, detalla, durante el primer año de este centro abordarán la puesta en marcha de cuatro plataformas, referidas a: interoperabilidad de biobancos; ensayos clínicos; cultivos ex vivo con modelos 3D y estudios preclínicos con modelos in vivo.
Sinergia nacional
En cuanto a los biobancos, el doctor Castellón explica que “la idea es hacer una red nacional de ellos, para lo cual primero hay que diagnosticar las capacidades de los que existen, además de los que ya contamos en las universidades de Chile y Católica, pues el mapa del cáncer, es decir las incidencias y causas, los factores de riesgo, son distintos según cada región. Así veremos cómo colaboramos para que compartamos los mismos estándares y procedimientos y, a futuro, poder vincularnos a redes internacionales, para hacer estudios multicéntricos con países que tienen intereses oncológicos similares”. Esto también está relacionado con armonizar los requerimientos que establecen los respectivos comités de ética para la aprobación de proyectos de investigación y para la toma de consentimientos informados, por ejemplo, pero siempre conservando su autonomía; “lo mismo en cuanto al registro de la información de los pacientes, que debe estar estandarizada”.
Respecto a la plataforma para estudios clínicos, “está orientada a facilitar su realización. Queremos establecer un espacio donde podamos tener interrelación con los hospitales oncológicos, ojalá de todo Chile, para generar cohortes o grupos de pacientes a los cuales se les hace seguimiento en el tiempo. Tenemos estudios en curso utilizando secuenciación de última generación (NGS), para validar paneles genéticos relacionados a respuesta a los tratamientos y que hemos validado en laboratorio, pero tenemos que hacerlo en cohortes de pacientes, para ver si esos perfiles genómicos tienen un correlato en esos grupos y pueden darnos información para tomar decisiones clínicas”.
“También tenemos proyectos orientados a determinar el perfil inmunológico del paciente, con el propósito de conocer su respuesta a terapias inmunológicas. ¿Cómo anticipar eso? El objetivo es generar un perfil de marcadores inmunológicos –immunoprofiling- que permitan al clínico elegir el camino terapéutico más apropiado para ese paciente. Para hacer esos ensayos clínicos tenemos algunas dificultades logísticas, por lo que incorporaremos a instituciones que ya tienen esa estructura, como es el Grupo Oncológico Cooperativo Chileno de Investigación, GOCCHI; ellos nos van a apoyar de manera que podamos tener esas facilidades instaladas”, añade el doctor Castellón.
En materia de cultivos ex vivo con modelos 3D, “proyectamos tener la capacidad para hacer cultivos tridimensionales o de organoides, para los cuales se saca una muestra de tumor del paciente y se genera un minitumor in vitro que se asemeja en sus características y en sus relaciones al de la persona, porque se ha demostrado que estas estructuras responden a los tratamientos de forma similar a como lo hace el tumor del enfermo. Así, se puede hacer un screening de drogas en estos cultivos para evaluar su factibilidad en estudios clínicos; conocer las posibles mutaciones que puedan generarse durante el o los tratamientos. Al tratar un organoide tumor in vitro igual que como se trata al paciente se puede orientar la conducta terapéutica; por ello, tiene aplicabilidad como eventual prestación, porque muchas veces el médico requiere tomar una decisión de tratamiento, y este tipo de información puede ser una herramienta muy valiosa”.
La última plataforma se orienta a trabajar con modelos preclínicos “con animales modificados genéticamente para el desarrollo de tumores humanos, mediante injertos ortotópicos –en el mismo órgano- para estudiar su evolución, ensayar drogas y estudiar las células tumorales desde el punto de vista genómico, cuáles son las alteraciones que aparecen con la progresión del cáncer y las que aparecen en los focos metastásicos. Como se requiere equipamiento más avanzado, estamos postulando a un proyecto Fondequip; una vez que instalemos esa logística, con equipos y personal, queremos ofrecer esta plataforma como servicio a otros investigadores”.
Cerca del 40% de los cánceres se puede prevenir, finaliza el doctor Castellón; “si trabajamos en prevención, evaluando los factores de riesgo y estableciendo políticas para disminuirlos podemos avanzar en los objetivos que se han propuesto para la década. Hoy sabemos que el tabaquismo, el sobrepeso, el estilo de vida poco saludable y la contaminación son factores de riesgo, entre muchos otros, así como los determinantes sociales, pero necesitamos tener información detallada. Queremos ponerle números; para saber si podemos disminuir la incidencia de cáncer y que menos gente se enferme, hay que trabajar sobre la población sana, identificar grupos con factores de riesgo y focalizar los esfuerzos en ellos”.
Por eso, sentencia, “nos gustaría que el cáncer también fuera prioridad en otros fondos concursables, mediante líneas temáticas, para que tengan impacto en nuestra población dado que el cáncer es la primera causa de muerte en Chile”.