Los asistentes a la actividad, que tuvo lugar el 22 de octubre de 2025 en el Auditorio Emilio Croizet del Campus Norte de la Facultad de Medicina, fueron recibidos por la profesora Pamela Aros, encargada del Área de Atención Primeria en Salud y Salud Comunitaria, quien se manifestó muy satisfecha con la amplia convocatoria, señalando que “esta instancia forma parte de las actividades de extensión y vinculación con el medio que impulsa nuestro departamento, con el propósito de fortalecer el quehacer profesional y académico en salud sexual y reproductiva, desde un enfoque integral de derechos que vincula a la academia hacia la comunidad. Hoy nos reunimos para seguir profundizando un tema esencial para nuestra práctica, la anticoncepción como herramienta de autonomía, equidad y bienestar; abordaremos temáticas que amplían nuestra comprensión y competencias, desde la anticoncepción en edades extremas, la sexualidad como dimensión de autocuidado, hasta la consejería, las buenas prácticas en docencia y el rol de la matrona y el matrón como agentes de cambio en salud sexual y reproductiva y en la planificación familiar”.
A ello, agregó que “nuestro objetivo en general es claro: actualizar conocimientos en métodos anticonceptivos para fortalecer una atención de calidad humanizada y basada en la evidencia que promueva el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas. Les invitamos a participar activamente, a dialogar, a compartir experiencias y a nutrirse de las valiosas presentaciones que conforman este programa. Estas interacciones son las que enriquecen el aprendizaje colectivo y nos permiten construir saberes en conjunto, generando una oportunidad de aprendizaje colaborativo y reflexión crítica, en beneficio de nuestras comunidades y de una atención cada vez más justa, inclusiva y centrada en derechos”. Por último, agradeció el apoyo del laboratorio Organon en la organización de este encuentro.
A lo largo de todo el ciclo reproductivo
La primera conferencia estuvo a cargo del doctor Guillermo Galán, investigador principal del Centro de Capacitación e Investigaciones Clínicas, CCIC, y miembro honorario de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, quien dictó la clase magistral “Anticoncepción en edades extremas”, refiriéndose a los desafíos de la planificación familiar entre las mujeres en la adolescencia y en la perimenopausia. De esta forma, dio a conocer que la ninguna edad es contraindicación para el uso de anticonceptivos con el fin de evitar los embarazos no deseados, para luego señalar que este tipo de gestaciones representan el 49,1% de 208 millones de embarazos que anualmente se producen a nivel mundial. Ese porcentaje, en países de Latinoamérica y el Caribe llega a representar el 58% de los embarazos; y, particularmente en Chile, alcanza el 51% de las gestaciones cuya primera consulta se hace en atención primaria. Pero, entre las adolescentes, aumenta al 75%.
Luego, explicó que la mayoría de los anticonceptivos que utilizan en nuestro país las adolescentes son los anticonceptivos orales combinados, es decir la “píldora”, con un 32% de usuarias; luego el inyectable combinado, con un 30% de usuarias y, en menor cuantía, los inyectables de progestágeno puro, en un 10%, todos métodos de corta duración. “Y resulta que, si analizamos la estructura del uso del método anticonceptivo en la adolescente, nos damos cuenta que el 74% de ellas usan métodos de corta duración: eso nos está diciendo que algo no estamos haciendo bien. Si el 75% de las adolescentes tienen embarazos no deseados y el 74% de las adolescentes usa métodos de corta duración, tenemos que cambiar la forma de ofrecer los métodos anticonceptivos al adolescente”. En ese sentido, ejemplificó que la píldora es altamente efectiva si se usa correctamente, pero estudios internacionales han demostrado que la gran mayoría de las mujeres olvida tomar entre uno y tres comprimidos por ciclo, lo que lleva a que se produzca una tasa de embarazos de un 9%.
Posteriormente, revisó los métodos de larga duración, por lo que se administran con una frecuencia menor a una vez al mes, y no de forma oral, como los dispositivos intrauterinos y los implantes subcutáneos, revisando brevemente su historia, por lo que recordó que la T de Cobre fue creación del doctor Jaime Zipper, académico e investigador de la Facultad de Medicina, quien no patentó su trabajo, para que pudiera ser utilizado y distribuido en todo el mundo. Así también, destacó las contribuciones del doctor Horacio Croxatto, también académico de nuestro plantel, en el desarrollo de los implantes subcutáneos de liberación prolongada.
Asimismo, comparó los mecanismos moleculares de los distintos anticonceptivos, la posibilidad de que disminuyan la densidad de la masa ósea -la cual se recupera completamente al año de suspender su uso- o que provoquen aumento de peso, lo cual es estadísticamente muy poco significativo.
A continuación, ahondó en el uso de métodos de planificación familiar entre mujeres mayores de 40 años, haciendo énfasis en una consejería que aborde los riesgos del embarazo no deseado y de enfermedades por edad, como patologías cardiovasculares, metabólicas o cáncer; el caso de las mujeres fumadoras y, por último, las mujeres en la menopausia.
Posteriormente, la profesora Judith Poza dictó la charla “Sexualidad y anticoncepción”; el profesor Leonardo Reyes ofreció su conferencia sobre “Consejería en anticoncepción”; la profesora Sandra Oyarzo, quien además es presidenta de la Confederación Internacional de Matronas, impartió la charla “La matrona como agente de cambio en salud sexual y planificación familiar, enfoques integrales y humanizados” y, por último, la profesora Alicia Carrasco abordó las “Buenas prácticas en docencia en anticoncepción”.