Según detalla Mónica Morales, subdirectora de Investigación y Tecnología de la Facultad de Medicina, las postulaciones de proyectos liderados por nuestras académicas al Concurso Fondecyt Regular se mantuvo entre el 30% y 40% del total entre 2014 y 2019, para luego enfrentar una severa caída en 2020 –llegó al 23,8%- y volver a su tendencia al año siguiente, e incluso descollar con un 47,1% de las postulaciones en 2022. Los dos últimos años la participación porcentual de las mujeres fue de 36% y 37,3% (cuadro 1 y gráfico 1).
Estos niveles de postulaciones no necesariamente se reflejan en un correlato en los resultados; los porcentajes de aprobación son dispares en esos mismos años, fluctuando desde un 13,3% el 2021 a un 56,3% el 2024. Incluso, el año con menos postulaciones de mujeres, como fue el 2020, fue uno de los que más alta tasa de aprobación tuvo, llegando a un 42,9% (cuadro 2 y gráfico 2).
A nivel nacional, recientemente la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, informó que este 2024 las académicas de todo el país lograron una mayor tasa de adjudicación, de un 36,5% -ganaron 209 proyectos de 573 presentados-, en comparación con la de los académicos, de un 35,6%, pues ganaron 484 de 1.361 presentados. Pero esas cifras revelan entonces que, de los 1.934 proyectos totales en concurso, 484 de los ganaron pertenecen a académicos; es decir, un 69,8%, y 209 a académicas, un 30,2%. (imágenes ANID 1 y 2)
Este mismo análisis dentro del proceso 2024 de la Facultad de Medicina también refleja que la tasa de adjudicación de las mujeres fue superior, llegando al 47,3% –ganaron nueve proyectos de un total de 19 presentados por ellas-, versus el de los varones, que llegó al 21,8%, pues son los titulares de siete proyectos ganadores de un total de 32 presentados por ellos.
Análisis desde la perspectiva de las ganadoras
La Profesora Asociada de la Escuela de Salud Pública, María Teresa Muñoz, hace un exhaustivo análisis de la presencia creciente de mujeres en ciencia y tecnología “como resultado de políticas deliberadas y esfuerzos sistemáticos para promover la equidad de género en ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCI). “La Política Nacional de Igualdad de Género en CTCI, impulsada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de nuestro país, junto con otras instituciones, establece objetivos claros y acciones concretas, como fondos especiales para apoyar planes institucionales orientados a cerrar brechas de género en investigación; así también, existen programas de liderazgo para mujeres en la academia y otras iniciativas, como el reciente lanzamiento de la política del Ministerio de Educación “Más Mujeres Científicas”, que busca reducir brechas de género en carreras STEM- sigla en inglés que hace referencia a Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas-, entre otras; todas ellas destacan la intención de Chile de cerrar las brechas de género y promover un entorno inclusivo en el ámbito científico y tecnológico”.
Y es que, destaca, “la Universidad de Chile, particularmente su Facultad de Medicina, ha jugado un papel relevante en este sentido, evidenciado por el histórico logro en la adjudicación de proyectos Fondecyt Regular 2024. Esto no solo refleja la excelencia y competitividad de las investigadoras, sino también subraya el impacto de políticas de igualdad de género bien implementadas en el ámbito científico e investigativo; en esto creo también que juegan un papel importante iniciativas como el proyecto InES de Innovación en la Educación Superior que implementó la Universidad de Chile –financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) que se adjudicó el año 2021, con el fin de instalar y fortalecer capacidades institucionales que permitan la transversalización de la perspectiva de género, la superación de desigualdades y discriminaciones en las áreas de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento- y otras estrategias que han permitido el liderazgo de mujeres en equipos de investigación en las diversas disciplinas”.
Pese a ello, señala que a nivel nacional persisten barreras estructurales y sesgos inconscientes que todavía necesitan ser abordados. “Por ejemplo, en el ámbito de investigación aplicada e innovación, si bien en el informe de INAPI 2022 existe un aumento de mujeres inventoras en Chile logrando un crecimiento de un 27% con respecto al 2021, aún persiste una brecha donde solo el 23% de las mujeres están en esta calidad de solicitudes de patentes para sus tecnologías creadas desde sus investigaciones con respecto a sus pares hombres, y creo que las universidades juegan un rol importante ya que son las principales instituciones del país que generan condiciones para la innovación científica y tecnológica”.
De todos modos, su proyección a futuro es optimista, “con la esperanza de que los esfuerzos actuales sigan fomentando un entorno más equitativo en ciencia y tecnología en nuestro país. La importancia de promover la equidad desde la educación temprana y en todas las regiones del país es fundamental para lograr un cambio significativo y duradero y creo que nuestra universidad juega un rol relevante desde las mismas capacidades científicas para proponer a través de la evidencia con nuevas tecnologías o modelos de innovación educativos y sociales que permitan disminuir estas barreras en todas las disciplinas. Las iniciativas de la Facultad de Medicina y de la Universidad de Chile como institución y los resultados en la adjudicación de proyectos Fondecyt Regular 2024 son indicativos de que es posible realizar cambios positivos y continuar creciendo e impactando en el ámbito científico y tecnológico con equidad de género”.
En ese punto, Fabiola Osorio, Profesora Asociada del Programa de Inmunología del ICBM agrega la importancia del impacto que puede tener en futuras investigadoras el tener modelos accesibles de mujeres científicas en los que puedan verse reflejadas. “En lo personal, he tenido mucha suerte al formarme en distintos laboratorios liderados por científicas (¡y científicos!) admirables, que siempre han reconocido la importancia de la diversidad en la ciencia, y puedo aseverar que eso tiene un efecto muy positivo en la futura formación de una académica. Esto me hace reflexionar sobre mi rol como científica y directora de un laboratorio de investigación, en donde aspiro transmitir esta misma motivación a estudiantes e investigadores”.
Por lo mismo, añade, “creo que los desafíos que enfrentamos continuamente las investigadoras pueden tienen un impacto menor si contamos con respeto, apoyo y valoración igualitaria. Es importante no solo identificar los principales obstáculos, sino también proponer soluciones concretas y aplicables a los ambientes académicos, los cuales pueden ser bastante particulares”. Por último, considera importante que los ambientes científicos “estén dispuestos a valorar e implementar distintas perspectivas y estrategias –algunas quizás no tan convencionales desde una perspectiva histórica- que permitan favorecer concretamente la integración de investigadoras en un ambiente que aún está lejos de ser igualitario”.
Carmen Julia Coloma, Profesora Titular del Departamento de Fonoaudiología destaca otros factores, pues piensa que en la actualidad las académicas se sienten más seguras de su trabajo investigativo, debido a diferentes causas. “Una de ellas fue el movimiento feminista que se llevó a cabo el año 2018, porque mostró las diferencias entre mujeres y hombres en diferentes ámbitos de la vida académica. Otra se relaciona con que ha habido una mayor visibilización de los estudios que realizan las mujeres, lo que podría promover que las académicas lideren proyectos de investigación, como son los Fondecyt Regulares”. A ello, agrega que “desde la institución ha habido mayor interés en fortalecer el desarrollo académico de las mujeres, impactando en su productividad. No obstante, es importante mencionar que el incremento en la adjudicación de proyectos Fondecyt Regular por parte de mujeres es pequeño, por lo que no se puede afirmar que tienen un desempeño similar al de los hombres. Por ello, pienso que se requieren más acciones específicas de la institución que estén dirigidas a fortalecer el trabajo académico e investigativo de las mujeres”.
Desde el Departamento de Nutrición, la Profesora Asociada Rebecca Kanter comenta que entre los proyectos Fondecyt Regular adjudicados este año, “dada la tendencia predominantemente masculina en la mayoría de los grupos de estudio, es muy significativo que más mujeres se hayan adjudicado proyectos en la Facultad de Medicina. Pese a que todavía hay más hombres que mujeres postulando a Fondecyt Regular, este reciente éxito debería servir de motivación para que más mujeres postulen; para eso, quienes nos hemos adjudicado proyectos –actuales y anteriores, así como también a futuro-, deberíamos asesorar a nuestras colegas femeninas durante todo el proceso de postulación. De hecho, para este concurso decidí –gracias al consejo de diferentes colegas- a postular al grupo inter- y transdisciplinario, donde al final ganó la mayor cantidad de mujeres de los/las postulantes; en particular, comparado al grupo G2-G3 –donde he postulado y ganado Fondecyt de Postdoctorado y Fondecyt de Iniciación previamente-, en el que solamente tres mujeres se adjudicaron fondos”. Por eso, finaliza, “es importante reconocer la igualdad de género, y fomentar entre académicos y académicas las postulaciones -y así adjudicaciones-, a proyectos concursables, sin distinción”.
La Profesora Titular del Programa de Biología Celular y Molecular del ICBM, Lisette Leyton analiza un punto en particular: “Si suponemos que a Fondecyt Regular postula un número equivalente de hombres y mujeres, existe una tendencia al aumento del número de investigadoras de la Facultad de Medicina que han adjudicado proyectos en los últimos 3 años. Esto podría indicar que las medidas que está tomando Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo para reducir la brecha de género existente en las adjudicaciones, como el aumento de años de evaluación de productividad científica para madres, Criterio de Desempate-, están teniendo buenos resultados.
En ese mismo sentido, comenta que “en el 2021 hay un porcentaje de investigadoras de nuestra institución que adjudicaron proyectos notablemente menor al de años anteriores, que en promedio a nivel nacional es de un 26% -en el periodo 2018-2022- y en la Facultad de Medicina alcanzó un 35% en el mismo lapso de tiempo; esto puede ser reflejo de que las mujeres tuvieron que involucrarse más en el cuidado de los niños y el hogar en el año de pandemia, lo que perjudicó su desempeño laboral notablemente”.
También del Departamento de Fonoaudiología, la Profesora Asociada Andrea Helo releva el hecho de que la presencia femenina en la ciencia ha aumentado notablemente en las últimas décadas, pasando de ser casi invisible a ser reconocida gracias a numerosas pioneras. “Como resultado, en los últimos años se destacan cada vez más las contribuciones de las investigadoras en la ciencia, como lo demuestran los Premios Nobel y otros galardones otorgados a mujeres en física, química, medicina y más. Este reconocimiento incrementa la visibilidad e inspira a más de nosotras a unirse a estos campos; sin embargo, aún existen desafíos importantes como la brecha salarial y la representación limitada en puestos altos”.
Por eso, sostiene firmemente que “la inclusión de las mujeres en la ciencia no solo es una cuestión de justicia social, sino que también enriquece la investigación al incorporar diversas perspectivas y enfoques, conduciendo a avances más innovadores y completos. Con ese fin, es importante recalcar que para seguir avanzando hacia la igualdad de género en la ciencia es esencial promover políticas y programas que fomenten la participación femenina desde la educación primaria hasta el nivel profesional, apoyar redes de mentoría y combatir estereotipos de género”.
En ello coincide desde el Programa de Fisiopatología del ICBM, la Profesora Asistente Ivonne Olmedo: “Me parece que la participación de las mujeres en ciencias es fundamental para el progreso y la diversidad en el ámbito científico. Sin embargo, en la actualidad las mujeres aun enfrentamos barreras y desafíos, lo que nos ha llevado a una sub-representación en las ciencias, entre otras áreas del conocimiento. Como parte de la comunidad de la Facultad de Medicina, debemos día a día fomentar la participación activa de las mujeres en la investigación. En este sentido, la adjudicación de proyectos como Fondecyt, permite sin duda incentivar y apoyar el papel de las mujeres en la investigación científica, además de potenciar nuestra capacidad para abordar los desafíos actuales en el área de la salud”.
Por su parte, Alicia Figueroa, Profesora Asistente del Departamento de Psiquiatría Sur, sostiene que las mujeres científicas enfrentan una tarea desafiante al perseguir sus objetivos en el ámbito científico. La inserción de mujeres en la ciencia sigue marcada por brechas, no solo en el acceso inicial, sino también en la permanencia y el avance en sus carreras. A medida que se fomenta cada vez más la participación de niñas y mujeres en la ciencia, también se trabaja en consolidar su permanencia y liderazgo en proyectos y áreas destacadas. Por ello, sentencia que "la visibilidad del trabajo de las científicas es fundamental. Además, sus virtudes naturales, como la pasión por la investigación, la curiosidad intelectual y la creatividad, son esenciales para su éxito. Las mujeres científicas que conozco están profundamente motivadas por explorar y comprender aspectos del mundo. Cuestionan ideas establecidas y proponen nuevos enfoques. Sin embargo, la cualidad que más admiro es la perseverancia; la investigación científica puede ser ardua y difícil, pero esta capacidad les otorga resiliencia y permite avances significativos en el conocimiento".
La Profesora Asistente del Departamento de Medicina Interna Occidente Bárbara Echiburú, sintetiza en breves palabras que “el papel de las mujeres en la ciencia es muy importante y relevante, y si bien creo que tenemos un rol fundamental en el desarrollo de la investigación en nuestro país, es importante que se visibilice a través del liderazgo de proyectos y del aumento de las postulaciones y adjudicaciones, como es lo que está sucediendo este año. Ojalá sea una tendencia que se profundice”.
Los proyectos ganadores:
- "Decodificación y comprensión lectora en escolares con TDL de 4to básico", de la profesora Carmen Julia Coloma.
Los niños con Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) evidencian dificultades en el aprendizaje lector, debido a que tienen comprometidas varias habilidades lingüísticas que son relevantes para la lectura. En Chile existe escasa información sobre las características de la decodificación y la compresión lectora de escolares con TDL. Por lo anterior, el presente proyecto busca caracterizar la decodificación y la comprensión lectora, en escolares de 4to básico con TDL. Dicha caracterización implica dar cuenta de ambas habilidades lectoras durante el proceso y después de que se ha finalizado.
La información obtenida a través de este proyecto permitirá comprender con mayor profundidad las dificultades en la decodificación como la comprensión lectora de los niños con TDL. En el caso de la decodificación se identificará si la precisión o la velocidad lectora están más comprometidas. Por su parte, en la comprensión lectora se podrán determinar los niveles de comprensión (inferencial o literal) más descendidos y los tipos de textos que son más desafiantes para estos niños.
- “Sons of women with polycystic ovary syndrome: a cardiometabolic risk group. Hijos de mujeres con síndrome de ovario poliquístico: un grupo de riesgo cardio-metabólico", de la profesora Bárbara Echiburú.
El foco principal del proyecto es evaluar si la descendencia masculina de mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP) constituyen un grupo de riesgo para el desarrollo temprano de enfermedad cardio-metabólica, producto de la exposición a andrógenos maternos durante la gestación, como sugieren antecedentes obtenidos en un proyecto Fondecyt anterior. Esta investigación se abordará mediante el estudio en hijos adultos de mujeres con SOP y a través de un modelo murino de androgenización prenatal.
Particularmente, la iniciativa apunta a estudiar el papel del gen del receptor de andrógenos como modulador de la acción androgénica en tejidos claves, con consecuencias en la función cardiaca y endotelial. El equipo investigador propone que el exceso de andrógenos prenatales podría reprogramar la sensibilidad de algunos tejidos sensibles a andrógenos, modificando el patrón de metilación del ADN, tanto en el gen del receptor de andrógenos como en otros genes relacionados con el metabolismo de la insulina y los lípidos. Interesantemente, el papel del receptor de andrógenos en estas alteraciones, no ha sido explorado.
Los resultados que se obtengan de este estudio tienen importantes alcances, ya que hasta ahora no hay evidencia de si algunos marcadores metabólicos que se han observado en hijos de mujeres con SOP se agravan en la adultez, promoviendo el desarrollo de aterosclerosis y enfermedad cardiovascular, que de comprobarse debiera ponerse atención en estrategias tempranas de prevención.
- "Signos precoces del trastorno formal del pensamiento: Mapeando la funcionalidad de las interacciones comunicativas en Estados Mentales de Alto Riesgo Clínico (EMAR)", de la profesora Alicia Figueroa.
El objetivo principal de este proyecto es analizar las características de las interacciones comunicativas en la población con Estados Mentales de Alto Riesgo Clínico (EMAR) y esquizofrenia (EQZ), evaluando la presencia de síntomas de Trastorno Formal del Pensamiento (TFP) y las cualidades de alineamiento interaccional. Su hipótesis sugiere una correlación positiva entre el deterioro de la funcionalidad comunicativa en la interacción y la aparición temprana de síntomas propios del TFP, que es el síndrome que describe las anomalías lingüístico-discursivas en la esquizofrenia. Además, plantea que los sujetos con TFP, ya sean EMAR o EQZ, mostrarán una reducción relativa en la Teoría de la Mente (ToM), tanto en las tareas de alineación comunicativa como en los diálogos naturales, debido a las dificultades en el procesamiento contextual que deben sortearse en las interacciones. Adicionalmente, apunta a proporcionar una comprensión más completa de cómo se manifiestan los síntomas de TFP, lo cual puede servir para predecir la psicosis en las etapas prodrómicas.
Para ello, el equipo de investigación pretende desarrollar un modelo sobre la funcionalidad comunicativa en EMAR, que actualmente no existe. Hasta ahora, la investigación sobre los rasgos lingüísticos de EMAR ha sido fragmentaria, y se requiere de un modelo lingüístico que no dependa de inventarios de rasgos que carecen de equivalencia interlingüística y no tienen sustento teórico. Es decir, se requiere de un modelo basado en la teoría que sustente la selección de rasgos lingüísticos y comunicativos destacados en los EMAR. Para proponerlo, examinarán las características de las interacciones comunicativas en la población EMAR y EQZ, centrándose en la presencia de síntomas de TFP. Además, analizarán y compararán las cualidades de la alineación interaccional en la población EMAR y EQZ, tanto en una tarea ToM como en diálogos naturales.
El modelo resultante tendría un impacto significativo en la predicción, detección y prevención de enfermedades mentales graves como EQZ y otras psicosis relacionadas. Además, permitiría correlaciones con aspectos clínicos predictivos, como la identificación de rasgos de TFP, que impactan en el funcionamiento social temprano y en la comunicación. El deterioro del lenguaje en EMAR se considera un indicador de TFP, por lo que es crucial identificar cambios sutiles en la estructura funcional de las interacciones. Por lo tanto, este tipo de análisis sería útil para determinar si los grupos diagnósticos EMAR y EQZ pueden diferenciarse. Una acción subyacente será la construcción de un repositorio de datos lingüísticos para analizar el lenguaje en personas con EMAR, el que permitirá establecer clasificaciones de grupos, estudiar fenotipos lingüísticos y clasificar rasgos según su importancia en la funcionalidad comunicativa. Esto ayudará a comprender mejor el papel predictivo del lenguaje en la psicosis y a mejorar las intervenciones psicoterapéuticas.
- "Born too soon: Investigando la interacción entre factores ambientales e individuales para la adquisición temprana de léxico en bebés prematuros", de la profesora Andrea Helo.
Este proyecto se centra en el desarrollo del lenguaje en bebés prematuros. Frecuentemente, estos enfrentan dificultades en la adquisición temprana de palabras, lo que afecta varias áreas de su desarrollo; el objetivo es investigar la interacción de varios factores que influyen en este proceso. Estos factores incluyen variables individuales –tales como biológicas y cognitivas- y ambientales, con un enfoque especial en las interacciones entre cuidadores e infantes. Se sugiere que las interacciones positivas desencadenan la liberación de oxitocina tanto en el bebé como sus cuidadores, lo que favorecería el apego y la maduración cerebral necesaria para la adquisición temprana del vocabulario.
Para comprender mejor la interacción de estos factores, el proyecto seguirá a los bebés prematuros durante 18 meses. Se recogerán datos ambientales, como la sensibilidad de los padres y la cantidad de lenguaje proporcionado. A nivel cognitivo, se medirán aspectos como la percepción del habla, la atención visual, la integración audiovisual y la velocidad de procesamiento del lenguaje. A nivel biológico, se incluirán medidas electrofisiológicas relacionadas con la maduración cerebral y los niveles de oxitocina en la saliva, asociados con las interacciones entre padres e hijos.
- "Desenredando la complejidad en la implementación de las nuevas Guías Alimentarias Chilenas: un enfoque transdisciplinario y participativo basado en sistemas alimentarios", de la profesora Rebecca Kanter.
Este proyecto apunta a tratar de comprender cómo pueden los diversos actores del sistema alimentario chileno contribuir a la implementación de las recomendaciones de las nuevas Guías Alimentarias para Chile publicadas en diciembre de 2022. En comparación con versiones anteriores, las actuales guías consideran las dimensiones sociocultural y ambiental como aspectos esenciales para lograr una alimentación saludable con un bajo impacto ambiental. Pero sin recomendaciones sobre cómo implementarlas dentro de los sistemas alimentarios locales y un acuerdo claro sobre cómo funcionan los sistemas alimentarios locales en nuestro país, se justifica un enfoque transdisciplinario y participativo basado en sistemas alimentarios.
En cinco regiones climática y agrícolamente distintas (Arica y Parinacota, Coquimbo, Metropolitana, La Araucanía y Los Lagos), los investigadores colaborarán entre disciplinas –por ejemplo, nutrición, agricultura, sistemas de salud- y sectores relacionados con los sistemas alimentarios para desentrañar la complejidad de implementar las guías. Así, a través de actividades participativas con diversos grupos de personas, desarrollarán dos objetivos: ilustrar en tiempo real los vínculos y factores contextuales dentro de los sistemas alimentarios locales chilenos necesarios para implementar estas guías. Y, en segundo lugar, identificar áreas estratégicas dentro de los sistemas alimentarios locales chilenos en las cuales poner en marcha estas pautas, pensando en posibles impactos futuros en los sistemas alimentarios, como eventos climáticos más extremos o una nueva pandemia.
Con una mejor comprensión sobre cómo sistemas alimentarios locales podrían apoyar las recomendaciones dentro de las nuevas guías, desarrollarán una intervención en conjunto con comunidades para su implementación. Por último, harán un estudio piloto de esta intervención en el norte, centro y sur del país para generar recomendaciones estratégicas de cómo poner en marcha las Guías Alimentarias para Chile para su uso nacional y mundial.
- "Controlando neurotoxicidad de astrocitos reactivos en inflamación a través del tráfico endo-lisosomal", de la profesora Lisette Leyton.
Las células estrelladas del cerebro, conocidas como astrocitos, son esenciales para la función y reparación cerebral. En inflamación, los astrocitos se vuelven “reactivos”, pudiendo dañar a las neuronas. En su laboratorio han demostrado que la inflamación aumenta los niveles de una integrina en astrocitos, lo que es suficiente para volverlos neurotóxicos, pero ¿cómo controlar los niveles de esta integrina para evitar el daño neuronal? El equipo de investigadores apuesta a que una reducción de los niveles de proteínas de la familia Rab –que controlan el tráfico y la degradación de proteínas intracelulares- durante la inflamación, podría aumentar los niveles de la integrina y su presencia en la superficie celular, afectar el comportamiento de los astrocitos y, con ello, el de las neuronas. Por ello, manipularán los niveles de proteínas de la familia Rab, esperando regular los niveles de integrina y el daño causado por los astrocitos. Su objetivo es aprender a controlar la “reactividad” de los astrocitos para evitar que la protección que estos entregan a las células del cerebro se transforme en una actividad tóxica y dañina para la función cerebral.
- "Exposición ambiental a plaguicidas y efectos neuroconductuales y neurofisiológicos en adultos de comunidades rurales de la Región del Maule, Chile", de la profesora María Teresa de los Ángeles Muñoz.
El uso creciente de plaguicidas en la agricultura ha generado preocupación por sus efectos neurotóxicos, en especial los insecticidas organofosforados y piretroides, cuyo manejo inadecuado puede provocar intoxicaciones y daño ambiental. Grupos vulnerables, como trabajadores agrícolas y residentes cercanos a zonas de fumigación, corren riesgo de sufrir efectos neuroconductuales adversos debido a la inhibición de enzimas críticas y alteraciones en las membranas neuronales. A pesar de evidencia preliminar en niños y trabajadores, poco se sabe sobre sus efectos neurofisiológicos en adultos no ocupacionalmente expuestos que viven en entornos rurales.
Este estudio, encabezado por la Universidad de Chile con apoyo regional de las universidades Católica del Maule y de Talca, tiene como objetivo evaluar la exposición ambiental a plaguicidas organofosforados y piretroides y el efecto en el desempeño neuroconductual y neurofisiológico a través de mediciones longitudinales en adultos de comunidades rurales de la región del Maule, según variables sociodemográficas y distancia a fuentes de exposición ambiental de la zona. El estudio apunta a identificar posibles riesgos en la actividad cerebral de comunidades expuestas a plaguicidas, esperando entregar evidencia para estrategias preventivas y políticas para proteger su salud y bienestar.
- “Miro1 y la ubicación subcelular de las mitocondrias durante la disfunción cardíaca inducida por doxorrubicina”, de la profesora Ivonne Olmedo.
En Chile, el cáncer es una de las principales causas de muerte, y la quimioterapia con antraciclinas, como la doxorrubicina, puede causar cardiotoxicidad acumulativa y progresiva, especialmente en aquellas sobrevivientes al cáncer de mama. Este proyecto se centra en estudiar los mecanismos moleculares que podrían alterar la función cardíaca durante el tratamiento con doxorrubicina, centrándose en la proteína Miro 1, localizada en las mitocondrias, organelos fundamentales para el funcionamiento de la célula cardiaca. Se investigará específicamente cómo la distribución subcelular de las mitocondrias dependientes de Miro 1, podría desempeñar un papel crucial en los mecanismos de cardiotoxicidad, con el objetivo de explorar estrategias que minimicen los efectos adversos cardiacos asociados con este tratamiento oncológico.
- “Intestinal dendritic cells unfolded: the unexpected role of IRE1 as orchestrator of mucosal immunity”, de la profesora Fabiola Osorio.
El intestino, un órgano esencial para la absorción de nutrientes, está colonizado por trillones de microbios –la microbiota-, beneficiosos para la salud; pero, al mismo tiempo, este órgano está constantemente expuesto a amenazas por patógenos y otros componentes nocivos. El sistema inmune de las mucosas debe desplegar respuestas inmunitarias precisas para poder tolerar moléculas inocuas sin perder la capacidad de reaccionar efectivamente contra infecciones y daño celular. La coordinación de estas interacciones depende críticamente de la función de las células dendríticas intestinales (DC), las que orquestan diversos programas inmunitarios esenciales para preservar la integridad de la barrera intestinal. A pesar de los relevantes avances en esta área de investigación, aún se desconocen los mecanismos moleculares que confieren a las DCs la capacidad para regular la homeostasis tisular en microambientes complejos y dinámicos como el intestino.
El laboratorio que dirige la dra. Osorio ha descubierto que procesos derivados de estrés intracelular, tales como el estrés de retículo endoplasmático, pueden regular la funcionalidad de las DCs. Más aun, el sensor IRE1 de estrés reticular ha demostrado tener un papel clave en la biología y sobrevida de DCs intestinales. Estos antecedentes posicionan a este sensor como un regulador emergente de la homeostasis intestinal con potencial impacto biomédico. En este proyecto, elucidarán los mecanismos moleculares por los cuales IRE1 controla la función de DCs en el intestino mediante diferentes enfoques experimentales. Los resultados no solo revelarán este mecanismo de acción, sino que también tienen el potencial de contribuir significativamente al entendimiento de la homeostasis intestinal, impactando en la investigación inmunológica y en otras áreas biomédicas.