El pasado 4 de octubre de 2024, la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) dio a conocer los resultados de la convocatoria para proyectos de investigación e innovación en prevención de accidentes y enfermedades profesionales. Esta iniciativa, amparada bajo la Ley N°16.744, destina alrededor de $1.500 millones de pesos para financiar estudios orientados a la salud ocupacional, con el propósito de fortalecer la prevención de riesgos y mejorar el bienestar de las y los trabajadores del país.
En ese contexto, el proyecto titulado “Desafiando la Altura: Mujeres Chilenas y la Hipoxia Intermitente Crónica”, liderado por la doctora Morin Lang, kinesióloga y profesora asociada del Departamento de Kinesiología de la Facultad de Medicina, se adjudicó un financiamiento de más de $54 millones para su ejecución, patrocinado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS). “Este es un proyecto de investigación que busca identificar los mecanismos cardiocirculatorios vinculados a la respuesta fisiológica de las mujeres expuestas a la gran altitud geográfica”, explicó la investigadora.
El estudio será desarrollado en colaboración con la Universidad de Atacama (UDA) por un equipo multidisciplinario de investigadores. La profesora Pamela Astudillo, académica del Departamento de Kinesiología de la UDA, participará como investigadora alterna. Como co-investigadores, se suman el doctor Héctor Contreras, director del Departamento de Oncología Básico Clínico de nuestra facultad; las doctoras Carolina Rodríguez y Johana Soto, junto al profesor Rodrigo Torres, todos académicos del Departamento de Kinesiología de nuestra facultad; el profesor Carlos Ibarra, del Departamento de Kinesiología de la UDA; y el doctor Ignacio Méndez, gerente de Salud de Cobre Chile en Anglo American.
Una investigación pionera
La iniciativa, única en su tipo a nivel nacional, es la primera en abordar, desde una perspectiva de género, los efectos de la Hipoxia Intermitente Crónica (HIC) en mujeres que trabajan en altitudes superiores a los 3.000 metros sobre el nivel del mar. El estudio analizará cómo la HIC afecta la presión arterial, la variabilidad de la frecuencia cardíaca y otros indicadores cardiocirculatorios, incorporando además factores específicos como el ciclo menstrual y el uso de anticonceptivos hormonales. “Trabajaremos específicamente con mujeres que viven a baja altitud y que trabajan en altura bajo un régimen de turnos 7x7 y o 4x3”, detalló la doctora Lang.
Las mujeres que trabajan a gran altitud bajo sistemas de turnos rotativos —alternando períodos laborales en altura con descansos en zonas más bajas o a nivel del mar—, especialmente en la industria minera del norte de Chile, se enfrentan constantemente a desafíos fisiológicos, psicológicos y sociales únicos derivados de la Hipoxia Intermitente Crónica. Esta condición fisiológica, que es producto de la exposición recurrente a la altura, puede provocar alteraciones cardiovasculares como el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como trastornos del sueño y disfunción autonómica.
Si bien investigaciones previas en hombres han demostrado la asociación de la HIC y un mayor riesgo de hipertensión, los efectos específicos en mujeres han sido escasamente abordados. Además, “estos resultados no son extrapolables, debido a que las mujeres podrían experimentar respuestas diferentes debido a factores hormonales”, señaló la kinesióloga. “Este es un tema que ha estado invisibilizado durante mucho tiempo. Las mujeres que trabajan en faenas de altura enfrentan condiciones que no siempre han sido abordadas con perspectiva de género, y con este proyecto buscamos cambiar eso”, añadió.
Desde un enfoque multidisciplinario, la investigación abordará el impacto de la HIC en la salud cardiovascular, metabólica y mental de las mujeres expuestas regularmente a la altura. Asimismo, ofrecerá recomendaciones para la prevención de enfermedades profesionales en este contexto. “Queremos comprender no solo las consecuencias fisiológicas, sino también las implicancias psicosociales de la exposición crónica a la altura”, agregó la doctora Morin Lang. “Muchas veces, las medidas de prevención no consideran las particularidades de las trabajadoras, lo que genera brechas significativas en la seguridad y salud laboral”.
El desafío invisible de las alturas
El estudio evaluará a un mínimo de 72 mujeres de entre 18 y 65 años, trabajadoras de las mineras Los Bronces (Región Metropolitana) y Caserones (Región de Atacama), entre otras, con al menos dos años de exposición a la HIC.
Las participantes serán sometidas a mediciones de presión arterial, frecuencia cardíaca, calidad de sueño, actividad física y biomarcadores hormonales, tanto durante su permanencia en faenas ubicadas a más de 3.000 metros de altitud como tras su regreso a sus hogares a nivel del mar. Para ello, se utilizarán dispositivos como monitores ambulatorios de presión arterial, electrocardiogramas y aplicaciones móviles para el registro del ciclo menstrual. “Las participantes serán clasificadas según el uso de anticonceptivos y la etapa de su ciclo reproductivo, incluyendo a mujeres jóvenes y aquellas en etapas de peri o menopausia”, precisó la académica.
El proyecto, que actualmente se encuentra en fase de reclutamiento, contempla un trabajo colaborativo con comunidades laborales, instituciones públicas y expertos nacionales. “El propósito de esto es llenar un vacío en la investigación sobre los efectos de la Hipoxia Intermitente Crónica (HIC) en mujeres, generando información clave para la prevención y el manejo de riesgos cardiovasculares en trabajadoras mineras”, afirmó la profesora.
Asimismo, se busca desarrollar un modelo predictivo que permita identificar a aquellas trabajadoras con mayor riesgo de hipertensión en gran altitud, facilitando la implementación de estrategias preventivas personalizadas. “Esperamos que los resultados de esta investigación contribuyan directamente a mejorar las políticas de prevención en Chile”, comentó la líder del proyecto. “Las mujeres en minería y en otros sectores de alta montaña merecen condiciones laborales seguras y adaptadas a sus necesidades reales”, sentenció la doctora Morin Lang.
El informe final del estudio se entregará en marzo de 2026, y se espera que sus resultados contribuyan a mejorar las condiciones laborales y de salud de las mujeres que desempeñan roles en la minería y otras industrias expuestas a la altura extrema.