Al dirigirse a los egresados, la profesora Pohlmann destacó que “tienen que sentir un legítimo orgullo por haber alcanzado el perfil de egreso que se les puso como meta al ingresar como estudiantes en una universidad de gran prestigio. Eso siempre los va a respaldar, ya que aquí existe una cultura de permanente revisión para tomar decisiones oportunas y continuar siendo una institución de excelencia. Su formación, además, les distingue porque no solo ha estado centrada en la entrega de conocimientos científicos y biomédicos actualizados, sino que es una formación que, más que cuerpo, tiene alma; porque cada una de las actividades que se pensaron en forma deliberada durante todo este trayecto formativo buscó que ustedes desarrollaran la ética profesional, entendiendo que su quehacer debe estar siempre al servicio del bien común, con un profundo respeto hacia la dignidad humana, porque la salud no es una meta individual, sino que es un derecho colectivo. Además, son conscientes –por la formación que les hemos entregado como sello de la carrera y también como parte del modelo objetivo de la institución-, que sus decisiones personales y, desde ahora, las profesionales, tienen un impacto, y por ello van a contribuir a que se genere una sociedad más justa. A que haya un sistema alimentario más sostenible, se respete el medio ambiente, sean más conscientes con los recursos naturales y menos egoístas con las generaciones futuras. Sientan, entonces, confianza y no inseguridad, recordando siempre que esto implica una gran responsabilidad; primero, hacia ustedes, y luego hacia la sociedad. Los invito a mantener siempre ese instinto de curiosidad y a seguir actualizándose, porque los profesionales de las carreras de la salud deben estar siempre adelante en los avances de esta área del conocimiento”.
A nombre de sus compañeros de generación, la nutricionista Krishna Parra agradeció el apoyo, compromiso y entrega de profesores, compañeros, familiares y amigos durante la formación profesional recibida, y destacó el sólido compromiso con la ética y la sostenibilidad alimentaria con el que enfrentarán sus futuros desafíos laborales.
Compromiso y responsabilidad social
Por su parte, el doctor Miguel O’Ryan dijo a los nuevos titulados que “vuestra profesión ha evolucionado enfrentando los desafíos de salud de acuerdo a las necesidades del país. Esto ha significado el desarrollo de una gran capacidad de adaptación a distintos escenarios epidemiológicos, sociales y también de estrategias de intervención que demanda la población, implicando un gran compromiso y responsabilidad social, que es el sello de esta casa de estudios. Son ustedes imprescindibles en distintos escenarios, desde la salud pública a la industria alimentaria, pasando por la investigación, educación, políticas en salud, el deporte y un gran abanico de espacios que se han ganado gracias a la importancia que tiene la nutrición en la vida y salud de las personas”.
En ese sentido, relevó el reciente proceso de certificación de la Escuela de Nutrición, “cuyo veredicto, estamos seguros, será por el período máximo. Esto, porque está ligada a un departamento con fuerte desarrollo en el cultivo de la disciplina, lo que distingue a una universidad compleja como la nuestra, y que es la base para una formación basada en ciencia, lo que da sustento a una profesional altamente competente”.
Y es que, agregó, “los y las nutricionistas del presente tienen un rol fundamental en nuestra salud del futuro. Están listos para ejercer como los mejores, y para ser parte de la trama social de este país, que va a permitir que tanto ustedes como toda nuestra sociedad progrese en todas las dimensiones posibles. Todos nosotros tenemos una responsabilidad muy cercana a ese progreso, porque tiene que ver con algo tan preciado para la dignidad de cada persona como es la salud, y eso va más allá de las competencias y conocimientos profesionales; se relaciona con ser una buena persona en todos los sentidos. Ustedes están preparados para ello, porque creemos que lo que han demostrado en su formación y en los referentes que han tenido, que les dan la oportunidad para hacerlo. Aprovéchenla y trabajen para que para las próximas generaciones no sea un privilegio acceder a buena educación y buena salud; contribuyan a nuestra sociedad, ya no como estudiantes, sino como profesionales jóvenes, razonantes, críticos y autocríticos, y por sobre todo dialogantes. Esperamos haber logrado inculcarles también estos valores ciudadanos, y les invitamos a ser actores decididos para su país”.
Durante la ceremonia, la nutricionista Catalina Burgos Sáez recibió el premio al mejor rendimiento académico de su generación; además, Ayleen Carvajal Puga fue destacada por sus pares como mejor compañera.