La competencia, realizada entre los días 10 y 12 de septiembre, reunió a 19 equipos de las principales universidades y centros formadores del país, desafiando los conocimientos y la capacidad de resolución clínica de los médicos residentes. En este escenario, la Facultad de Medicina se consolidó con un dominio absoluto, posicionando a sus cinco equipos participantes dentro de los diez primeros lugares de la clasificación general.
El primer lugar fue obtenido por el equipo de residentes del Programa de Medicina Interna del Hospital Barros Luco Trudeau del Campus Sur, integrado por los doctores Vicente Rayo (primer año), Bernardita Valenzuela (segundo año) y Diego Osorio (tercer año).
La segunda posición recayó en el equipo del Hospital San Borja Arriarán del Campus Centro, conformado por los doctores Gabriela Ortiz (primer año), Felipe Lobos (segundo año) y Sergio Pino (tercer año).
Uno de los aspectos que otorga mayor complejidad a las Olimpiadas es su exigente formato: cada equipo debe estar compuesto por estudiantes de los tres niveles formativos y contar, además, con representación de género. Al respecto, el doctor Felipe Carrillo, director del Departamento de Medicina Interna Sur, jefe del Programa de Título Profesional de Especialista en Medicina Interna del mismo campus, y tutor del equipo campeón, señaló: “Esto añade un desafío adicional al demostrar que la excelencia se distribuye equitativamente a lo largo de la malla curricular”.
El académico destacó, además, la trascendencia de este doble triunfo: “Este resultado reafirma que los estudiantes que se forman con nosotros en posgrado son los mejores del país. Además, confirma la excelencia académica que promovemos en nuestros residentes a lo largo de su formación”.
Por otra parte, el premio económico de un millón y medio de pesos recibido por los campeones fue, según explicó, solo un incentivo adicional: “El verdadero reconocimiento es el prestigio académico alcanzado a nivel nacional. A partir de este hito, nuestros estudiantes reciben reconocimiento como futuros especialistas destacados y actuales alumnos de alto rendimiento académico”.
Compromiso con la salud pública y el futuro
Para la Universidad de Chile, la excelencia formativa está estrechamente ligada al compromiso con la salud pública. “Todos nuestros estudiantes se forman en hospitales públicos o vinculados a la red estatal, lo que garantiza la pertinencia y exigencia de nuestros programas”, enfatizó el doctor Felipe Carrillo.
Por esto, no dudó en catalogar la importancia de este logro para la institución: “En términos del programa, para la Universidad de Chile, este triunfo representa de manera fiel el espíritu de excelencia y servicio que caracteriza a nuestra institución, ya que confirma el alto estándar de la formación entregada en la Casa de Bello”.
El haber triunfado por segundo año consecutivo, añadió, tiene un significado profundo para el cuerpo académico del Departamento de Medicina Interna Sur: “Este hito es fruto del esfuerzo constante y del trabajo en equipo que hemos desarrollado durante años. El haber ganado, por supuesto, nos entrega una sensación de mucha satisfacción y ganas de seguir mejorando”.
La instancia, a su vez, funciona como un motor de motivación interna: “Sin duda vamos a seguir participando, porque la experiencia ha significado una retroalimentación muy positiva para los becados y para todo el programa”.
Finalmente, el director proyectó el impacto de este logro en el desarrollo institucional: “Nuestro objetivo es que los residentes destacados se integren posteriormente al cuerpo académico, manteniendo y proyectando la excelencia a largo plazo. Esperamos, por ejemplo, que el doctor Diego Osorio, que egresará próximamente, se incorpore a nuestro staff docente”.
Este inédito doble triunfo consolida a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile como el principal referente en la formación de especialistas en salud de nuestro país, ratificando la calidad y excelencia de sus programas de posgrado.