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Más noticias

El director del ICBM, doctor Emilio Herrera, cuenta los planes de modernización del ICBM

Modernización del ICBM

Ensanchar el camino para avanzar juntos

A casi un año del inicio de su gestión en la dirección del Instituto de Ciencias Biomédicas, el doctor Emilio Herrera cuenta que el nuevo reglamento que sentará las bases de su reorganización en núcleos interdisciplinarios de desarrollo está en fase de aprobación. Pero que, además, han incorporado varios conceptos pivotales para su futuro; entre otros, nuevos apoyos a la academia, innovación y bienestar.

Doctor Juan Guillermo Rodríguez, sra. Carol Luco, sr. Jaime Carvajal, y doctores Alberto Vargas y Miguel O'Ryan

Para beneficio de los pacientes y de la formación de nuevos profesionales

Tres pilares para un futuro

Consolidando una relación de más de 20 años, el Centro de Referencia Perinatal Oriente de la Facultad de Medicina, Cerpo, firmó un convenio docente asistencial con el CRS Cordillera Oriente y el Hospital Luis Tisné, ocasión en la que además se inauguraron nuevas dependencias para esta unidad.

Doctor Fernando Cassorla, nuevo presidente de la Academia Chilena de Medicina

Por un período de tres años

Doctor Cassorla, nuevo presidente de la Academia Chilena de Medicina

En sus 60 años de existencia, esta corporación ha tenido 12 presidentes: sin excepción, todos académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Este legado continúa con el doctor Fernando Cassorla, académico del Instituto de Investigaciones Materno Infantil de nuestro plantel, quien ocupa el primer sillón entre los miembros de número de esta, “la conciencia reflexiva de la medicina en nuestro país”.

La Camerata Vocal ofreció un concierto para finalizar el 2024, organizado por la Dirección de Extensión de la Facultad de Medicina

Ovacionados en el Aula Magna

Música para despedir el 2024

Un bello concierto fue el que ofreció la Camerata Vocal de la Universidad de Chile a la comunidad de la Facultad de Medicina, como un regalo de fin de año que alegró la tarde de todos los asistentes.

Un espacio de encuentro, promoción de salud y bienestar universitario

VI Feria de Salud: Construyendo Salud y Bienestar en Comunidad

El Campus Eloísa Díaz acogió del 4 al 6 de diciembre la sexta versión de su Feria de Salud, un evento que, basado en la promoción y prevención de la salud, promueve el bienestar biopsicosocial y la formación integral de la comunidad universitaria y su entorno.

Primer boletín electrónico del Centro Colaborador de la OMS/OPS

Publicaciones que inspiran cambios para la salud de las mujeres

El Centro Colaborador OPS/OMS para el Desarrollo de la Partería en América Latina y Países del Caribe (LAC) en Chile, correspondiente al Departamento Promoción de la Salud de la Mujer y el Recién Nacido de la Universidad de Chile, lanzó su boletín electrónico, un recurso estratégico para fortalecer la partería profesional y la salud materna en Latinoamérica y el Caribe.

Actualmente lo preside el doctor Emilio Herrera

Comité de Bioética sobre Investigación en Animales: Mil historias de un cambio

Comité Bioética para Investigación en Animales cumple mil protocolos

El 2001 fue el año en que una decena de académicos y funcionarios de la Facultad de Medicina se unieron para colaborar ante una creciente necesidad: la de responder, desde una perspectiva bioética, por el buen manejo y bienestar de los animales utilizados en las investigaciones científicas realizadas en el plantel, a partir de los requerimientos establecidos por las instituciones externas que financian la ciencia, como Conicyt.

“De esos primeros miembros sólo permanecen los doctores Carlos Valenzuela y Patricia Iturra, académicos del Programa de Genética Humana, quienes siempre han estado muy comprometidos con el tema y con la perspectiva ética”, recuerda el doctor Emilio Herrera, académico del Programa de Fisiopatología del Instituto de Ciencias Biomédicas; miembro del CBA desde el 2012 y creador, un año después, del Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales (CICUA) de la Universidad de Chile, el cual preside desde el 2016. Actualmente, el CBA está integrado por 15 miembros con experiencia en bioética asociada a experimentación animal, de los cuales cuatro son veterinarios, ocho son académicos de diversas disciplinas y tres son funcionarios de la institución.

En sus inicios, añade el profesor, la metodología de trabajo de esta unidad establecía que todos los miembros debían revisar la totalidad de los protocolos de investigación que llegaban, y cotejar sus informes en reunión mensual. “Cuando asumí su dirección, en el 2014, me di cuenta de que esto era imposible de mantener, debido al creciente número de protocolos que recibimos; si en sus inicios eran cinco o 10 al año, actualmente son un centenar. Más aún, porque ninguno de los integrantes tiene dedicación exclusiva a este trabajo. Es así como en la actualidad, cuando llega un protocolo nuestro secretario ejecutivo, doctor César Romero –el único con horario contratado sólo para esta labor- se lo envía a tres revisores, quienes constatan que los procedimientos descritos se ajusten a la normativa bioética, entregan sus observaciones al investigador y este tiene un plazo para establecer las modificaciones sugeridas. Con esta medida, cada uno de nosotros revisa entre 20 a 25 protocolos por año”.

El aumento en el número de protocolos revisados, agrega, no sólo se explica por el alza en la cantidad de proyectos que postulan a fondos concursables sino que porque hoy se incluyen los realizados por tesistas de diferentes programas de postgrado, y no sólo en el área de generación de conocimiento científico, sino también en las de docencia y producción. “Tanto los académicos como los estudiantes están tomando conciencia de que toda la investigación que hagan tiene que ser visada por un comité de bioética. Y esta mayor conciencia se relaciona con que hemos hecho talleres y educación en esta materia, pero además los mismos alumnos, en particular los nuevos, vienen con esta inquietud más establecida. Velar por el bienestar animal no sólo es un abordaje ético sino que en la práctica mejora indiscutiblemente la calidad de los resultados de las investigaciones científicas: un animal en óptimas condiciones da resultados confiables, válidos, reproducibles y con menor variabilidad, por lo que el investigador incurre en menores costos y se invierte un menor tiempo de trabajo”.

En todo caso, añade, una de las reglas en las que basan su labor es la de las “tres R”: “La primera se refiere al concepto de reemplazo, ojalá cambiar el modelo animal por otro siempre que se pueda, tales como los matemáticos, nuevos software o líneas celulares o hacer el cambio por modelos vivos menos sintientes, como en insectos. La segunda se trata de reducir, para disminuir al mínimo el número de animales utilizados en la investigación para tener resultados válidos, para lo cual hay métodos estadísticos e históricos del mismo laboratorio, pues el académico puede determinar detalladamente la cantidad de animales que necesitará antes de iniciar el trabajo. Y, por último, está la idea del refinamiento; es decir, mejorar todos los procedimientos para disminuir al máximo el sufrimiento o estrés animal”.

Reconocimiento internacional

La labor del CBA incluye otras responsabilidades vinculadas a la aprobación de protocolos de investigación: “Tenemos que hacer seguimiento de los protocolos, pues las instituciones que financian los proyectos solicitan estos informes para el momento de su cierre. Esto supone una entrevista con el investigador, visitar su lugar de trabajo y constatar que lo que hizo corresponde con lo que declaró en su protocolo. Eso nos ha ayudado a favorecer el diálogo y la retroalimentación con los investigadores, de manera que podemos hacer sugerencias para mejorar los procedimientos y el manejo de los animales, con lo que se facilita el avance de la ciencia. Con estas entrevistas y sugerencias, los académicos nos ven más cercanos, no sólo como una entidad que molesta con sus papeleos”.

En ese sentido, añade, también les corresponde la certificación de las dependencias que alojan animales. “Ver que cumplan con las condiciones establecidas para cada especie y certificar por una vigencia definida, para lo cual nuestros integrantes tienen ya sea la formación como veterinarios o son académicos con mucha experiencia en modelos animales, dentro y fuera de Chile; también muchos de nosotros participamos de congresos de bioética animal, en discusiones a nivel nacional, de alguna manera determinando las directrices o el reglamento que se aplica en el país”.

Desde esa perspectiva, agrega el académico, el Bioterio Central de la Facultad de Medicina cumple con las normativas y está certificado, así como otra veintena de unidades que alojan animales en todos los campus de nuestro plantel, “el desafío de este año es lograr la revisión y certificación de los recintos que justificadamente los tienen. En esa línea, hacemos las sugerencias para mejorar las instalaciones y además intentamos ayudar a los académicos a conseguir los recursos para adquirir los equipos o la implementación que señalamos, pero creemos que las instituciones financieras, en conjunto con la universidad, así como ponen exigencias de certificación bioética para la investigación que usa animales, debieran ayudar a los investigadores a contar con lo necesario para tenerlos en óptimas condiciones. Porque la certificación abre puertas a nivel internacional. Por ejemplo, el National Institute of Health reconoció el año pasado a la Universidad de Chile, mediante el CICUA, como una institución garante del bienestar animal, y eso es indispensable para obtener proyectos concursables con entidades como el propio NIH”.

Por último, el doctor Herrera informa que están abordando el tema de la tenencia responsable de mascotas, tanto a través del CBA como del CICUA; “estamos pensando era hacer jornadas de adopción, de manera de invitar a académicos, estudiantes y funcionarios que tengan afinidad con los animales –y que son los que los están manteniendo en las distintas facultades-, para conseguirles casa a esos perros y gatos, porque no están en bienestar y son una fuente de posibles enfermedades y accidentes con mordeduras”.