La ceremonia fue presidida por el doctor Juan Pablo Torres, decano (s) de la Facultad de Medicina, acompañado en la testera por la vicedecana (s) y ministra de fe del encuentro, doctora Ulrike Kemmerling; la directora de pregrado, profesora Marcela Díaz; la directora de la Escuela de Kinesiología, profesora Mónica Manríquez; y la subdirectora del mismo plantel, profesora Alejandra Marín.
En el discurso de apertura de la ceremonia, la profesora Mónica Manríquez destacó el valor formativo y ético de la Universidad de Chile: “La mejor forma de honrar nuestra casa de estudios y su historia es desempeñándose ética y responsablemente, entregando sus conocimientos y habilidades para ser de este país un lugar donde cada día disminuya la inequidad”, expresó.
Con un mensaje de profundo compromiso social, la directora de escuela llamó a las y los egresados a asumir con responsabilidad su rol en el sistema de salud nacional: “La kinesiología cambia vidas. Les instamos a aportar en el desarrollo de nuestro país, lidiando contra la discriminación y exclusión social, desarrollando atenciones empáticas y afectuosas”.
Asimismo, subrayó el orgullo que representa para la institución cada nueva generación de titulados: “Este siempre será su hogar. Lleven con orgullo el haber pasado por estas aulas y pertenecer a la Universidad de Chile”, concluyó.
El solemne evento continuó con la entrega del diploma de título profesional a los, ahora, nuevos kinesiólogos y kinesiólogas de la Facultad de Medicina. En esta ocasión, el premio al mejor rendimiento de la generación 2024 recayó en la kinesióloga Catalina Quezada. Mientras que el reconocimiento al mejor compañero se lo llevó el kinesiólogo Vicente Romero. Finalmente, el premio anual a la trayectoria deportiva integral “Profesor Sergio Garrido González”, se lo llevó la kinesióloga Valentina Núñez, quien por estar fuera del país, fue representada por su madre, Silvia Reyes, quien recibió el reconocimiento en su nombre.
En representación de la cohorte 2024, la kinesióloga Angel Farías tomó la palabra, repasando los desafíos que marcaron la trayectoria universitaria de su generación, desde el estallido social hasta la pandemia: “Aprendimos a sostener la vocación, incluso en la incertidumbre. Nos frustramos, lloramos, dudamos, pero también crecimos”, mencionó.
Igualmente, enfatizó el carácter resiliente de su promoción y la conciencia social adquirida en el proceso: “Hoy nos convertimos oficialmente en kinesiólogas y kinesiólogos de la Universidad de Chile, pero más que eso, nos convertimos en profesionales con mirada crítica y un corazón empático”.
En su discurso, también agradeció a las familias por el apoyo durante los años de formación: “Estuvieron en cada crisis vocacional, en cada logro, y con tan solo un abrazo muchas veces lograron dar un aliento nuevo para seguir y perseverar. Gracias a ustedes logramos llegar aquí, en este valioso momento que marca el final de nuestro camino como estudiantes, pero también el comienzo de una nueva etapa llena de desafíos, ahora como profesionales de la salud”, finalizó.
Para concluir la ceremonia, el decano (s), doctor Juan Pablo Torres, entregó unas palabras a las y los egresados. En su intervención, valoró el esfuerzo colectivo detrás de la formación profesional de la generación 2024: “Este es un momento de mucho orgullo. Ser profesional es algo que ya nadie les quita, y también marca el inicio de nuevos desafíos para convertirse en los profesionales que Chile necesita”.
El compromiso con la salud pública fue uno de los aspectos que el doctor Torres instó a preservar como sello identitario de la Universidad de Chile: “Lo que nos diferencia no solo es la excelencia académica, sino también nuestro compromiso con la salud del país”, afirmó.
El decano (s) finalizó con un llamado a mantener viva la vocación de servicio y el espíritu transformador: “Ojalá nunca pierdan la capacidad de asombro. Esos sueños pueden ser verdaderos motores de cambio para nuestros pacientes y la salud de nuestro país”.
La ceremonia no solo marcó el término de una etapa académica, sino también el inicio de una nueva responsabilidad profesional. Con emoción, compromiso y convicción, las y los kinesiólogos de la generación 2024 se despidieron de las aulas llevando consigo los valores de una formación pública, de excelencia y con sentido social. La Universidad de Chile, fiel a su misión histórica, entrega así a la sociedad un nuevo grupo de profesionales preparados para contribuir activamente al bienestar del país.