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Formación, compromiso y excelencia

37 nuevos kinesiólogos y kinesiólogas para el país

En una emotiva ceremonia realizada el miércoles 9 de julio en el Aula Magna doctor Gabriel Gasic del Campus Norte, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile celebró la titulación de la promoción 2024 de kinesiólogos y kinesiólogas, marcando el cierre de una etapa formativa y el inicio de su ejercicio profesional.

Referente regional en políticas de innovación educativa

FMUCH lidera propuesta regional para desarrollo de microcredenciales

Nuestro plantel ha tenido un rol protagónico en la elaboración del documento “Marco referencial para el diseño y emisión de microcredenciales en instituciones de educación superior en América Latina y el Caribe”, recientemente publicado como parte del Proyecto MOCHILA, una iniciativa financiada por el programa Erasmus+ de la Unión Europea.

Nuevos caminos tras el retiro

Facultad de Medicina lanza talleres de capacitación para jubilados/as

En una ceremonia realizada el pasado jueves 3 de julio en el Campus Norte, se presentaron oficialmente los talleres de panadería y costura dirigidos a funcionarios y funcionarias de la Facultad de Medicina que se acogen a retiro. La iniciativa busca promover el emprendimiento y brindar acompañamiento en esta nueva etapa de la vida.

Hacia los ODS 2030

Encuentro UCHILE de Accesibilidad Universal, Territorio y Discapacidad

La Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) fue la sede del encuentro "Accesibilidad Universal, Territorio y Discapacidad hacia los ODS 2030", una jornada clave en la serie "Habilitando la equidad e inclusión en discapacidad". Este evento, impulsado por la Universidad de Chile desde una perspectiva interdisciplinaria y comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacia el 2030, reunió a expertos del ámbito académico, la sociedad civil y el sector público para abordar los desafíos y proyecciones en materia de accesibilidad e inclusión.

El proyecto Fondef 2025 “LacApta supresor de recurrencia tumoral y metástasis, estrategia farmacogénica biosegura neoadyuvante e intraoperatoria en cáncer de mama”, apunta a lograr que un nuevo aptámero se desarrolle como un biofármaco captador y bloqueador de Lactadherina, proteína que tiene un rol importante en la progresión del cáncer de mama.

Proyecto Fondef 2025

¿Es posible atrapar células metastásicas y quitarles poder invasivo?

La doctora Lorena Lobos-González, del Laboratorio de Comunicaciones Celulares del Instituto de Ciencias Biomédicas, lidera una investigación cuyo objetivo es precisamente ese: reducir la capacidad metastásica del cáncer de mama, con una nueva estrategia terapéutica orientada, además, a mejorar la calidad de vida de las pacientes.

Memoria, justicia y comunidad

“Queremos que su nombre nunca más se borre”

En homenaje a la vida y memoria de la exalumna, egresada y tecnóloga médica de la Universidad de Chile, Reinalda del Carmen Pereira Plaza, detenida desaparecida en 1976, la Escuela y el Departamento de Tecnología Médica renombraron su sala de reuniones, en un emotivo acto que renueva el compromiso de la Facultad de Medicina con los derechos humanos.

El proyecto del doctor Vivar apunta a describir un nuevo mecanismo de funcionamiento de las mitocondrias a nivel de las células cardíacas denominadas fibroblastos, de manera de modularlo farmacológicamente para evitar la fibrosis de ese tejido

Proyecto Fondecyt 2025

En busca de nuevas terapias para prevenir o revertir fibrosis cardíaca

El doctor Raúl Vivar, del Programa de Farmacología Molecular y Clínica del Instituto de Ciencias Biomédicas, apunta a describir un nuevo mecanismo de funcionamiento de las mitocondrias a nivel de las células cardíacas denominadas fibroblastos, de manera de modularlo farmacológicamente para evitar la fibrosis de ese tejido.

11 nuevos especialistas

Campus sur celebra a sus nuevos egresados

En una ceremonia cargada de emociones, el Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Sur de la Facultad de Medicina despidió a los becados que finalizan su etapa de formación en los programas de especialidades y subespecialidades en Pediatría, Cirugía Infantil y Enfermedades Respiratorias Pediátricas, Neonatología y Perfeccionamiento en Cirugía de Tórax Pediátrica.

¿Y con un tratamiento antibiótico?

¿Se puede prevenir el cáncer de estómago desde la adolescencia?

¿Se puede prevenir el cáncer de estómago desde la adolescencia?

Como todos los colegas de su especialidad, la doctora Lucero “defiende” un poco la infección por Helicobacter pylori entre sus pacientes; porque, aunque se desconocen las razones, el sistema inmune de los niños reacciona de manera distinta al de los adultos frente a esta bacteria: “En ellos estimula una vía que se llama T Reguladora, que es antiinflamatoria, por lo que disminuye la frecuencia de asma y de alergias. Por eso es que no tratamos esa infección mediante el uso de antibióticos, a menos que haya presencia de úlcera”, explica.

Pero aclara: “En los niños H. pylori es parte de su flora intestinal. Estudios más recientes de microbiota muestran que los menores con presencia de esta bacteria en su sistema digestivo tienen poblaciones bacterianas distintas a las de los que no la tienen. Por lo tanto, no se sabe con precisión si el efecto beneficioso a nivel de inmunidad se debe a H. pylori en sí o a la microbiota que lo acompaña”.

En adultos, en cambio, la presencia de H. pylori en el estómago estimula las vías Th1 y Th17, proinflamatorias y agresivas, causa de lesiones y molestias que, si no son tratadas, pueden derivar en úlceras y, posteriormente, en cáncer, el cual en Chile es la primera causa de muerte en adultos. “Entonces si se piensa en estrategias para la prevención o tratamiento de esta infección, la mirada apunta a disminuir la prevalencia de cáncer gástrico”, señala la dra. Lucero.

Buena en niños, mala en adultos

¿Cuándo se produce ese cambio en la relación entre el sistema inmune y la infección por H. pylori? Esa es la pregunta que intentará responder la investigación de la doctora Yalda Lucero. “No se sabe en qué minuto de la infancia el niño empieza a comportarse, inmunológicamente hablando, como adulto. Hay una edad o estado puberal en que la infección por esta bacteria pasa de ser beneficiosa a ser perjudicial; queremos estudiar desde los ocho a los 20 años el comportamiento del sistema inmune, tanto regulador como agresivo, e ir viendo a qué edad biológica, según el estado puberal, se produce este cambio, así como analizar el comportamiento de las poblaciones bacterianas o microbiota. De esta forma determinaremos la dinámica que se da en función de la edad en todos estos parámetros.

Para ello, reclutará a pacientes de entre ocho y 20 años que, por indicación médica, deban hacerse un examen de endoscopía, para lo cual contará con la colaboración de los hospitales pediátricos Roberto del Río, Luis Calvo Mackenna y Exequiel González Cortés, así como del Hospital Padre Hurtado y Clínica Alemana.

“Nuestro objetivo es que el estudio tenga una aplicación clínica en el corto plazo; entonces, la primera aplicación sería determinar la edad a partir de la cual durante una endoscopía valga la pena ir a buscar H. pylori y tratarlo, aunque no haya lesión; de este modo, establecerlo como una indicación que hasta el momento no existe. Si el niño o adolescente no tiene úlcera ni siquiera se trata de diagnosticar la infección, porque no se piensa en el cáncer, y nuestra meta es anticiparnos a ese escenario”.

Con ese fin, seguirán varias líneas de trabajo: una es ver qué tipo de H. pylori es el que está presente, en términos de factores de virulencia. “Son proteínas que producen daño en el hospedero; dos de ellas en particular, que se llaman Cag A y Vac A, que son proinflamatorias y oncogénicas. Entonces, las bacterias que las expresan, con mayor probabilidad van a desencadenar un cáncer o una úlcera duodenal o gástrica. Por ello nos interesa ver si los H.pylori que tienen ese factor de virulencia se asocian más a inflamación o a una determinada microbiota en particular”.

En materia de respuesta inmune, buscarán en sangre y en biopsia los marcadores de respuesta T Reguladora, de Th1 y de Th17, midiendo una amplia batería de citoquinas que van a decir si esa respuesta es mayor o menor comparada con los pacientes sin infección por H. pylori.

“Y otra cosa que vamos a determinar del hospedero son marcadores oncogénicos, pues ya en la adolescencia hay estudios que demuestran que están activos, con la idea de anticiparnos a la edad en que estos marcadores comienzan a expresarse. Estos oncogenes, tales como BTG3, kalicreína o SLC5A8, son genes que permiten la aparición de cáncer ya sea mediante la sobreexpresión o a través de la subexpresión”, explica la investigadora.

La idea, dice, “es llegar a cuándo realmente vale la pena empezar a tratar a estos niños, para prevenir el cáncer; a futuro, sería muy interesante que cerca de la edad en que determinemos que se produce el cambio en el sistema inmune frente a su relación con H. pylori, todos los adolescentes pudieran hacerse un test no invasivo –de aire espirado o de deposiciones- para ver si tienen esta infección y, si es así, tratársela”. Y es que, finaliza, “el desarrollo de cáncer requiere de 30 a 40 años o incluso más; en el minuto en que se trata al paciente, se controla la infección y se corta este proceso, por lo que el riesgo de presentar esta patología disminuye”.

Infección de persona a persona

H. pylori es una bacteria que afecta aproximadamente a la mitad de la población mundial; la mayoría la porta de manera asintomática. En Chile es más frecuente que en otros países, por lo que hasta el 70%, puede portarla, sin que se conozca a cabalidad la razón de este hecho. “Aparentemente tiene que ver con hábitos culturales, posible hacinamiento, nivel socioeconómico; en la medida que se avanza en cuando a desarrollo, la tasa de esta infección disminuye”, informa la especialista.

Se adquiere de persona a persona, el contagio es intrafamiliar y se trasmite aparentemente por la saliva; y ahí está el factor de hábitos o conductas culturalmente adquiridas: “la mayoría de las infecciones –no sólo por H. pylori- que se adquieren en la infancia son desde la madre, al darle al niño el chupete previamente chupado por ella, o compartiendo un alimento con la misma cuchara”.

Su tratamiento es bastante simple: dos semanas con dos antibióticos de uso habitual, como amoxicilina, metronidazol o claritromicina, entre otros, a lo que se añade un “inhibidor de bomba”, como es el omeprazol. “El problema es que como son tres medicamentos, cada 12 horas y por quince días, se dificulta la adherencia del paciente, por lo que no erradican completamente la presencia de la bacteria”. Y, aunque el individuo sea muy riguroso en seguir al pie de la letra las indicaciones de su médico, la reinfección es posible, aunque en baja medida: “En países como el nuestro es como de un 5% al año, lo que significa que en el transcurso de cinco o 10 años uno se podría reinfectar. Por eso es que habría que rechequearse en ese plazo o, si hay molestias digestivas, un poco antes”.