En sus palabras a los egresados, el doctor Cortés resaltó el hecho de que son la primera generación de médicos formados en base al currículum innovado y centrado en el desarrollo de competencias profesionales; “al ser ustedes la “primera línea” de esta reforma, han debido sortear las dificultades que esto significa, y como escuela queremos agradecerles que hayan detectado y manifestado los problemas que surgieron, pues en base a sus comentarios y sugerencias ya estamos en la etapa de evolución curricular. Hemos retirado algunos contenidos e incorporado competencias en temas emergentes como es la multiculturalidad, medicina en población migrante, enfoque de género y otros. También hemos acortado horarios para que las generaciones siguientes cuenten con este beneficio”. Además, recordó que el año 2013 fue el primero en que se contó con el Sistema de Ingreso Prioritario de Equidad Educativa, de los cuales tres médicos son parte de la actual cohorte. Por último, hizo énfasis en la importancia de fomentar y valorar los lazos familiares y sociales a lo largo de su vida laboral: “antes de ser médicos son personas, y una buena persona será un buen médico; lo más importante es tratar bien a sus pacientes, pues son personas que sufren”.
A nombre de los egresados, se dirigió a los presentes la doctora Deania González Droguett, quien interpeló a sus compañeros de generación en base a preguntas acerca de las dificultades que debieron enfrentar durante los años lectivos y que pudieron afectar su desempeño académico o bienestar emocional, con el fin de denunciar prácticas que aún deben ser modificadas; pero también destacó a académicos, profesionales de la salud y estudiantes de niveles superiores que con generosidad y abnegación no sólo les prestaron apoyo, sino que también fueron un ejemplo a seguir y una confirmación de su vocación.
Al cierre de la ceremonia, el decano de la Facultad de Medicina, doctor Manuel Kukuljan, felicitó a los nuevos titulados por los logros alcanzados; pero en ese sentido relevó que esos resultados no habrían sido posibles sin la existencia de una rica trama social que a veces pasa inadvertida, compuesta por familiares, pacientes, académicos, instituciones de salud y educativas, entre otras, “red que ha permitido que nuestros talentos se desarrollen”. Por ello, señaló que ahora “es nuestra responsabilidad desde el punto de vista ético, como ciudadanos y profesionales, aportar para que cada persona en este país tenga las mismas oportunidades y derechos de lograr los objetivos que, como nosotros, se ha puesto en la vida. Tener acceso al máximo de dignidad y bienestar, y eso lo tenemos que construir como comunidad, dialogando día a día, porque lo que vemos como trama social hoy es insuficiente, pese a los grandes progresos que hemos alcanzado. Nuestra misión ahora es conversar y trabajar para un nuevo paso del progreso; creo que estamos en un hito de un cambio mayor en nuestro país. Y en ese sentido, como profesionales tenemos una responsabilidad mayor, debido a las oportunidades con las que hemos contado, que debemos asumir con mucha humildad. Hagámonos cargo de lo que nos toca hoy; estamos de acuerdo en que el sistema de salud actual es malo pues el Estado chileno se ha ido desarticulando, lo que es ineficiente desde lo económico hasta lo ético, por eso es que la principal universidad pública del país tiene un hospital clínico que es tratado por el Estado como si fuera privado, y así otros problemas que ahora estamos en condiciones de solucionar, y esa solución no vendrá de parte de una ideología, va a venir de parte del diálogo, del ejercicio de la racionalidad y de la aceptación de nuestra diversidad en todos sus aspectos”.
Durante la actividad, fueron destacados el doctor Esteban Forray Olivares, con el premio “Excelencia Académica 2019” y la doctora Emilia Sanhueza, como la mejor docente.