El proyecto apuntó principalmente a conocer qué rol jugaron los niños y adolescentes pertenecientes al colegio Saint George's en la infección y trasmisión del brote que los afectó como comunidad a comienzos de marzo de este año, donde se informó que afectó a 52 personas que tuvieron un examen de PCR positivo, de los cuales sólo siete eran alumnos y 45 eran adultos, entre profesores, funcionarios del establecimiento y apoderados.
Según dieron a conocer los autores del estudio en el diario El Mercurio el pasado 7 de junio, entre los resultados de la investigación destacó que en el grupo compuesto por los alumnos del colegio -1009 menores seleccionados al azar-, el porcentaje de positividad en el test de anticuerpos llegó en promedio a un 9,9%, cifra que fue ampliamente superada por los adultos de esa comunidad, alcanzando en promedio al 16,6%, con un peak de un 20,6 entre los docentes del recinto.
A ello, añadieron que hubo casos positivos por esta infección en todos los cursos del establecimiento, pero que el porcentaje de positividad más alto se dio en el nivel preescolar, alcanzando un 12,3%, lo que coincide con que varios de sus profesores también se contagiaron. De hecho, agregó el doctor Juan Pablo Torres, académico del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente, “da la idea de que los niños se contagiaron a partir de los adultos, lo que es coherente con los datos iniciales que teníamos en cuanto a los casos de PCR positivos”.
A partir de estos resultados, el doctor Miguel O’Ryan, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad, agregó que pudieron concluir que “muchos casos de adultos contagiados aparecieron después de reuniones en el colegio”.
En todo caso, la mayor parte de los casos asintomáticos o de sintomatología leve fue entre los niños: el 40% de los que dieron positivo en el test de anticuerpos no reportaron molestias; sin embargo, esto mismo ocurrió sólo en el 18% de los docentes y funcionarios que también quedaron como positivos luego de aplicarse el test.
Metodología de autoaplicación
En el estudio participaron 1244 personas, de las cuales 1009 fueron estudiantes desde preescolar hasta cuarto medio elegidos al azar de un grupo total de 2700; los 235 restantes incluyeron a profesores, personal administrativo y auxiliar del colegio.
Todos ellos recibieron en sus domicilios, a partir del 4 de mayo recién pasado, un sobre conteniendo el kit para la toma personalizada de muestra y su procesamiento, cuya información resultante debieron ingresar a una plataforma informática en línea (RedCap) creada especialmente para ese fin. El sobre que recibieron apoderados, profesores y personal del colegio, además del kit contenía una infografía en la que, mediante un código QR o siguiendo una dirección de internet en sus respectivos smartphones, ingresaron a una página en la que consintieron digitalmente su participación en el estudio. Luego, respondieron una breve encuesta de síntomas específicos para las manifestaciones clínicas de la infección por coronavirus y conocieron mediante un video cómo debían aplicar el kit: así, una vez que tomaban la muestra de una gota de sangre y la ponían en el dispositivo, informaron los resultados en la misma plataforma, para lo que también adjuntaron una fotografía del kit ya empleado.
Además de los doctores Torres y O’Ryan, el equipo de investigación contó con el trabajo de las enfermeras Verónica de la Maza, Bárbara Torres y Anne Lagomarcino, de la Dirección de Innovación de la Facultad de Medicina; la infectóloga Cecilia Piñera, del Hospital Exequiel González Cortés y académica del Departamento de Pediatría Sur de nuestra institución; Daniela Simián, enfermera de investigación de Clínica Las Condes y las epidemiólogas María Teresa Valenzuela y Cintia Urquidi, que actualmente integran la Universidad de Los Andes.