Así lo dio a conocer el doctor Ricardo Verdugo, académico del Programa de Genética Humana del Instituto de Ciencias Biomédicas –quien además de liderar el “Estudio de la variación genética a nivel de genoma para la susceptibilidad y la gravedad de COVID-19 en la población chilena” encabeza este consorcio-, en el encuentro virtual realizado el 13 de octubre de 2020 que congregó a representantes de los proyectos participantes y que contó con la participación de Aisén Etcheberry, directora nacional de Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo.
En la oportunidad la directora Etcheberry felicitó la iniciativa, señalando que “estamos infinitamente contentos, porque el ver cómo las líneas de investigación se complementan y cómo se generan de manera natural proyectos asociativos es algo que sólo da cuenta de la madurez y la capacidad de nuestro sistema científico, y poder contribuir a que esto suceda nos da mucha satisfacción”.
En su presentación, el doctor Verdugo explicó que Contac19 representa el espíritu colaborativo y transdisciplinario de este grupo de investigadores, en su mayoría parte de proyectos con financiamiento ANID, además de otros sin estos fondos, y asociados a las universidades de Chile, de Santiago, La Frontera, Concepción, Austral, Magallanes y Los Andes. Además, cuentan con el apoyo de una extensa red de instituciones científicas y clínicas, públicas y privadas, a lo largo de todo el país.
Así, se plantearon como visión común el convertirse en líderes en investigación del hospedero y su interacción con SARS-CoV-2, gracias al interés común de colaborar de forma transdisciplinaria, compartiendo datos y otros recursos, además de prestándose apoyo mutuo, con una fuerte vinculación internacional. De esta forma, su misión es avanzar el conocimiento científico sobre los factores ambientales y genéticos del hospedero y del patógeno que afectan la susceptibilidad y la progresión de esta nueva enfermedad, para facilitar el desarrollo de soluciones en la salud pública y la práctica clínica con nuevos biomarcadores, blancos terapéuticos y estrategias epidemiológicas.
Reúnen muestra cercana a los 5000 pacientes
Entre sus objetivos está el crear cohortes de seguimiento prospectivo de casos de COVID-19 con procedimientos armonizados; hacer el reclutamiento y captura de muestras y datos con altos estándares éticos y de calidad -“gracias a la vinculación que tenemos con el Biobanco de Tejidos y Fluidos de la Universidad de Chile, que tiene mucha experiencia en este campo, lo que nos permite la creación de un biorepositorio COVID-19, que se gesta como un proyecto del consorcio”, dijo el doctor Verdugo-; maximizar la eficiencia del uso de los recursos y la productividad científica mediante colaboración; mejorar las estrategias de manejo clínico para esta infección y difundir los resultados obtenidos entre la comunidad científica, el público general y los tomadores de decisiones.
“Nuestro abordaje podemos sintetizarlo en una caracterización profunda de participantes; pacientes con datos anonimizados y compartidos entre los estudios; procedimientos estandarizados y trazables y el almacenamiento seguro de bioespecímenes y datos”. En ese aspecto, el investigador ahondó que los participantes que se incluirán se pueden describir desde personas sanas hasta los más severos en las unidades críticas de los hospitales de la red, llegando a un tamaño muestral agregado de alrededor de 5.000 casos, a todos los cuales se hará perfil genético así como caracterizaciones fenotípicas, clínicas, bioquímicas y de perfil molecular.
Finalmente, como consorcio proyectan su consolidación; postular a nuevo financiamiento para investigación, innovación y desarrollo; fomentar y mejorar la vinculación con redes internacionales, mejorando así la capacidad del país para responder a posibles nuevas pandemias con agentes infecciosos; responder con mayor velocidad en la investigación de nuevos agentes, por ejemplo con el establecimiento de la creación de una red de Biobancos y, por último, la generación de un espacio de divulgación científica.