El académico, quien además es doctor en Ciencias Médicas de nuestra institución, explica que la diabetes mellitus tipo 2 es un importante problema de salud pública. “Pese a que gran parte del impacto de esta enfermedad deriva de sus complicaciones crónicas, en el país solo el 37% de los pacientes diabéticos tienen una adecuada pesquisa de retinopatía diabética, problema presente en el 25% esta población, y primera causa de ceguera en personas edad laboral”.
A ello, añade que “hace tiempo que vengo estudiando la pupila en enfermedades crónicas en general, en particular, el comportamiento de su dilatación y contracción. Cuando ingresé al doctorado la primera unidad de investigación que hice fue en relación a eso, junto al doctor Pedro Maldonado, director del Departamento de Neurociencia; ahí conocí la pupilometría, herramienta que después incorporé en mi tesis. Y me di cuenta de que en diabetes había ciertas cosas demostradas –como que la reactividad pupilar ante un estímulo luminoso, medida por pupilometría automática, se asocia a la presencia de retinopatía diabética y a su severidad-, pero que no estaba probada su utilidad clínica propiamente tal”.
Por ello, y junto a un equipo compuesto por los doctores Daniela Sandoval Huenchual, Macarena Moral López, Viviana Ulloa Pino, Mónica Nivelo Clavijo y Miguel Bravo, del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la Facultad de Medicina; la doctora Patricia Gómez, del Servicio de Endocrinología y Diabetes del HCUCH, y el doctor Rodrigo Vidal Sobarzo, del Servicio de Oftalmología del mismo recinto asistencial, ganaron el proyecto FONIS 2021 “Validación de la pupilometría automática para el tamizaje de retinopatía diabética en la atención primaria de salud”. “Considerando la rapidez, sencillez y bajo costo de este examen, podría constituir un importante apoyo para la atención primaria en el manejo del paciente con diabetes mellitus tipo 2”, añade el doctor Gajardo.
Así, el objetivo principal de este proyecto es determinar la precisión diagnóstica de la reactividad pupilar medida por pupilometría automática, en la pesquisa de esta retinopatía diabética realizada por el examen de fondo de ojo como test de referencia, en adultos con diabetes mellitus 2 bajo control en la atención primaria.
Examen sencillo de aplicar, no invasivo y de bajo costo
Para realizar el estudio, conformarán una muestra aleatoria de 242 pacientes con diabetes mellitus 2 bajo control en el Centro de Salud Familiar “Cristo Vive” de Recoleta. “A través de la revisión de la ficha clínica, obtendremos información de interés de los voluntarios, tales como comorbilidades, fármacos y control metabólico de la diabetes, entre otros”, señala el investigador.
Para medir la reactividad pupilar, un operador entrenado aplicará un protocolo de pupilometría automática –es decir, la medición automática de los diámetros pupilares durante un breve estímulo luminoso-, utilizando un pupilómetro clínico con cámara infrarroja. Esta evaluación toma apenas unos minutos, es de bajo costo, y se puede realizar en el mismo box de atención sin complicaciones asociadas. Además, a todos los participantes se les realizará un test de fondo de ojo, que es la referencia para diagnosticar la retinopatía diabética, el cual será hecho por un operador independiente y ciego a la herramienta anterior. “De esta manera compararemos y determinaremos la sensibilidad, especificidad y valores predictivos de la reactividad pupilar en el diagnóstico de retinopatía diabética. Si nuestros resultados son alentadores, se capacitará a personal de la atención primaria en el uso de la pupilometría automática, que pueden ser técnicos en enfermería de nivel superior (TENS), y gestionaremos su implementación progresiva”, explica el doctor Gajardo.
Y es que, finaliza, “si como esperamos la reactividad pupilar presenta una alta sensibilidad –cercana al 90%- en el diagnóstico de retinopatía diabética, podríamos decir que quienes no tengan este examen alterado tendrían una baja probabilidad de presentar esta complicación de la diabetes. Además, como el test de fondo de ojo debe ser aplicado por un oftalmólogo especialista, con equipamiento para estos fines, es más caro y de más difícil acceso para los pacientes y el sistema de salud. Una pupilometría automática que salga alterada sería un insumo adicional, factible de realizar rápidamente en el mismo box de atención, para priorizar aquellos diabéticos que requieren derivación rápida a oftalmólogo. Esto tendría un elevado impacto a nivel salud pública en nuestro país, al evitar además derivaciones innecesarias en pacientes con una pupilometría normal, disminuyendo los costos asociados a la atención de estos pacientes y mejorar las metas relativas a su control, lo que eventualmente, podría impactar en la morbimortalidad y discapacidad asociadas a esta enfermedad”.