“Los periodistas, cada cierto tiempo, nos preguntan acerca de determinados temas y vamos juntando información; y uno se queda con la idea de que se podría explayar más en ellos”, dice el doctor Castillo. Baste con ver cada año, a fines de marzo y de agosto, los clásicos reportajes sobre “cómo afecta al cuerpo el cambio de hora” (alerta de spoiler: “en personas sanas, casi nada”), o las más recientes de “cómo daña el sueño el uso de pantallas” (“ese sí es un problema real”, explica).
Por eso es que decidió crear un texto útil para cualquier lector, en el que pudiera dar a conocer los fundamentos centrales del sueño, con definiciones básicas, etapas, patologías más frecuentes y consejos para su cuidado. “La idea era hacer un pequeño libro de apuntes sobre el sueño; pero creo que puede ser de utilidad también en las carreras de la salud, porque la formación al respecto –y especialmente en medicina, y lo sé porque doy clases-, no es muy buena. Por eso es que creo que podría servir a muchos médicos y personal de salud que está empezando a tener más contacto con el tema, porque intento entregar el contenido técnico de manera sencilla, ordenada y, además, haciendo muchas recomendaciones”.
De esta manera, el doctor Castillo –también integrante del Centro del Sueño de Clínica Santa María- señala que la publicación “parte explicando lo que es el sueño y el ritmo circadiano. Luego, y en base a las clasificaciones internacionales de las sociedades científicas en la disciplina, abordo las complicaciones más relevantes, como es el insomnio y sus características; las hipersomnias o el exceso de sueño y todas las enfermedades detrás de ello, y las parasomnias, que son trastornos conductuales del sueño, como el sonambulismo, pero hay muchas otras que no son tan infrecuentes como se piensa, y que muchas veces son subdiagnosticadas”.
¿Como cuáles?
Por ejemplo el trastorno conductual de sueño REM, y para eso valen las explicaciones previas referidas a las etapas del sueño. Normalmente en el sueño REM (sigla de rapid eye movements), que es donde ocurre la actividad onírica nuestro cuerpo está quieto, salvo por los movimientos oculares y la respiración; pero existen algunas enfermedades en las cuales se produce una desincronización de esas etapas y el cuerpo entonces no está paralizado como debiera estar y la persona actúa los sueños, y en general con mucha acción, lo que puede ser bastante dramático. Hay otras parasomnias en las que la persona se levanta a comer, sin tener conciencia de ello; es un sonambulismo asociado a un trastorno alimentario.
El texto sigue explicando el sueño a lo largo de la vida, “que es una revisión de las diferentes características que tiene el sueño ya sea en la infancia, adolescencia, embarazo, adultez o tercera edad, una serie de etapas en las que el sueño no es el mismo, lo cual es útil para comprender y distinguir lo que es normal en una edad de lo que no. Uno a veces recibe pacientes que se quejan que no están durmiendo bien y es que en realidad están tratando de dormir como si fueran adolescentes, y de adultos ya no ocurre así. En esta parte se puede ver cuáles son los límites de la normalidad en el sueño, que en mi experiencia son bastante más amplios de lo que piensa el común de la gente”.
La publicación cierra con “varios anexos con información específica, recomendaciones en general que pueden ser útiles a todo el mundo y, a sugerencia de mi editora –la abogada Cecilia Larraín, su esposa-, un glosario de definiciones, porque la idea es que el libro sea accesible para todos. Además, tiene dibujos que ayudan a la comprensión del texto, realizadas por la ilustradora Francisca Lagos”.
No a las benzodiacepinas
En ese sentido, el doctor José Luis Castillo explica que en su texto hay mucho énfasis en consejos respecto de cómo mejorar la calidad del sueño, que pueden ser simples y se pueden llevar a cabo a diario. “Además, hay que conocer cómo uno duerme. El sueño es muy personal; así como una persona sabe que hay alimentos que no puede comer porque le caen mal, hay que aprender cuánto necesitamos dormir, cuál es el mejor horario para hacerlo, qué cosas nos afectan el sueño, qué actividades podemos realizar para facilitarlo y eso es muy personal, varía de una persona a otra. Hay reglas generales, pero en un paciente con problemas de sueño –salvo que tenga una patología muy específica como la apnea- se debe revisar cómo duerme para hacer los cambios de hábito que necesita.
Por lo generalizados que son estos problemas, ¿son los que dan más pie a la automedicación?
Ahí los médicos tenemos una parte de culpa en eso, porque por nuestro desconocimiento de las características del sueño la respuesta más fácil frente a un insomnio es recetar un medicamento, un hipnótico, y así es como estamos llenos de benzodiacepinas, lo que es un problema comparable al que actualmente tienen en Estados Unidos con los opiáceos. Y el uso de las benzodiacepinas empeora el cuadro porque tienen una serie de efectos secundarios que pueden ser bastante graves.
¿Tienen algún beneficio los medicamentos naturales?
Lo único que no es tan natural es la melatonina, que también se está prestando para un abuso importante al menos en Estados Unidos, donde se ha expresado preocupación de que pudiera tener efectos colaterales especialmente en relación al sistema inmunológico, y en los niños y adolescentes; pero la melatonina sí tiene efectos en sueño, claramente facilita su inducción. Todos los demás productos llamados naturales no tienen resultados comprobados; pero no hay que despreciar el efecto placebo, porque si entre los problemas para conciliar el sueño está la ansiedad, la dificultad para desconectarse de las preocupaciones del día, en la medida en que tomar una agüita de hierbas o un vaso de leche tibia ayuden, bienvenidos sean. Pero no hay evidencia de funcionamiento real.
Estamos en Chile: ¿afecta realmente el cambio de hora?
Dejo la recomendación que da la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño, que es evitar el cambio de hora y mantener el huso horario natural, que es el que corresponde al de invierno. El adelanto de la hora sí se ha demostrado deletéreo en algunos pacientes con cardiopatías, deterioro cognitivo y diabetes mellitus, pero a la gran mayoría de la población no lo afecta; es mucho peor para la calidad del sueño cuando trasnochamos el fin de semana, si nos quedamos viendo televisión hasta tarde o si comemos abundantemente y tomamos mucho alcohol. Eso tiene consecuencias mucho mayores en el sueño que el cambio de horario.
¿Qué pasa con la excesiva exposición a pantallas?
Ese es un culpable real. La luz de las pantallas, incluso con los filtros que traen los computadores y celulares, inhibe la producción natural de melatonina, eso está probado, entonces es absolutamente contraproducente para la inducción del sueño fisiológico. La recomendación es en general una hora antes de ir a dormir no exponerse a pantallas, tratar de hacer otras actividades, leer, escuchar música, pero no pantallas. En mi experiencia veo que es un problema, porque la gente piensa que lo que es perjudicial son la televisión o el computador, por su tamaño, pero también lo es el celular, y es más complicado en adolescentes, porque naturalmente su sueño tiene un desfase: tienden a dormirse más tarde y a despertar también más tarde, entonces les cuesta la conciliación del sueño y ahí es donde las pantallas agravan eso.
¿Las nuevas tecnologías orientadas a ayudar a regular el sueño, como son diferentes aplicaciones, sirven?
Ahí tengo sentimientos encontrados. Por un lado han ayudado a que haya más conciencia al respecto, pero no hay ninguna aplicación probada como para demostrar realmente las etapas del sueño y su calidad. Los pacientes llegan mostrándome gráficos y diciéndome que estoy durmiendo así o asá, y cuando se les hace un estudio de sueño los resultados no tienen mucha relación con lo que arrojan esas herramientas. Las únicas aplicaciones que son más útiles son algunas para detectar ronquidos y hay algunas gratuitas bastante eficientes, sirven para que la persona tome conciencia. Y respecto a aplicaciones para favorecer el sueño, yo descartaría las que tienen imágenes, por el tema de estar expuestos a luminosidad que disminuye la melatonina, pero sí se pueden rescatar las que tienen música o son programas de relajación, para facilitar el sueño. Pero tapando la luz.
¿Qué tan grave es el problema de la apnea y los ronquidos?
Entre hombres en edad media es lejos el principal trastorno del sueño, entre un 10% y un 20% lo sufre. En el libro se muestran las formas de diagnosticarlo –entre los cuales el examen por excelencia sigue siendo la polisomnografía- y las posibilidades de tratamiento, desde las más sencillas a las más complejas: bajar de peso, dispositivos de adelanto mandibular para mejorar la capacidad de la vía respiratoria alta y el CPAP o máquina de ventilación asistida como el tratamiento más importante de la apnea obstructiva. Ahí está explicado cómo usarlo, sus complicaciones y efectos.
¿Los métodos diagnósticos han tenido avances significativos?
La polisomnografía es la mejor porque siendo un procedimiento incómodo –hay que conectar una serie de cables, lo que genera un sueño incómodo- es un examen muy sensible; aunque el paciente duerma dos o tres horas, sirve para detectar si hay apnea o no. Pero un gran avance que se dio en pandemia, porque no se podía hospitalizar a las personas para hacer la polisomnografía, fue que se desarrolló un equipo portátil, que se instala y usa a domicilio, que está disponible en Chile y que es igualmente sensible. El problema es que no siendo demasiado caro no es muy reconocido por los seguros de salud, por lo que no tiene mucha cobertura y a los usuarios le sale más barato el tradicional.
“El buen dormir. Trastornos, mitos y terapias del sueño” está publicado y distribuido por Ril Editores, en formato físico y digital. Cuenta con la presentación del doctor Ennio Vivaldi, ex rector de la Universidad de Chile y reconocido investigador en el área del sueño de la Facultad de Medicina, y será lanzado el 4 de agosto de 2022 a las 19 horas en un encuentro que contará con la participación de los doctores Enrique Jadresic, psiquiatra y académico de nuestro plantel; Cristián Ugarte, director médico de Clínica Santa María y Rodrigo Hernández, director de área Clínica del mismo recinto asistencial. La actividad se realizará en el auditorio principal de esta institución, ubicada en Avda. Santa María 0500, Providencia.